Capítulo #15

Luego de esos besos tan apasionados, Nick me habla con una voz llena de mucha seducción, ambos quedamos jadeantes, sin embargo, algo me hizo sentir temerosa e insegura.

- Vamos a un mejor lugar.

- Creo que no Nick, debo ir a casa.

- ¿Por qué? Vine por ti, para estar juntos y me dejaras así…

- Lo siento Nico

- Ni siquiera sabes que decir, solo disculparte…

- ¿Qué más quieres que te diga?

- No sé, es que siento que no llegamos a nada.

- Al menos déjame llevarte a tu casa.

Durante todo el camino a casa vamos en total silencio, apenas eran unas cuadras y las sentí infinitas, solo podía mantener mi mirada hacia la ventana.

Al llegar frente a mi casa, estaba aliviada, y de repente llegó a mi mente una decisión, es más una convicción. Voltee a ver a Nícolas antes de abrir la puerta del vehículo.

- Sabes, tienes razón, no estamos en la misma sintonia... Es mejor dejar las cosas hasta aquí. ¡Adiós!

- ¿Qué? No Sofía, debemos hablar.

Nicolás baja del auto al mismo tiempo, da una pequeña carrera hasta alcanzarme y me sostiene para que le mire y me habla:

- Perdóname princesa, no quiero que te sientas presionada.

- Sabes que me gustas mucho nena y soy hombre, pero me comportaré. ¡Lo prometo!

- Nico, por favor.

- Está bien princesa, te dejaré tranquila para que lo pienses esta noche.

- Nicolás creo que no estas entendiendo, no quiero nada más, pero tienes razón hablemos otro día.

Tal vez no fue la mejor manera de terminarlo, fue algo muy inmaduro de mi parte, pero en mi mente se repetía una y otra vez “es lo mejor”. Entre a casa, mi madre en la cocina preparando la cena y la pequeña viendo sus dibujos animados. En mi mente se repetía la imagen de nuestros besos, pero había miedo y dudas en mi corazón, casi me dejo llevar por algo mas carnal y sabía que no estaba preparada para entregarme a El.

Siento atracción física hacia Nicolás, eso no lo puedo negar, sin embargo, no siento amor y cada que recuerdo cada letra escrita por mí “desconocido” mi corazón y mi cuerpo reaccionan diferente, me siento feliz, tranquila, aun sin conocerlo.

Pero a mi mente llega el rostro de una persona, el recuerdo del brillo de sus ojos, la sonrisa encantadora, pero es mi amigo, tengo retratos y bocetos que trazo cada vez que lo imagino… ¿Pero realmente es él o solo es mi imaginación jugando una broma pesada?

El resto de la semana evite por completo encontrarme con Nick en la universidad, no respondí sus llamadas, ni mensajes. Mis amigos me preguntaban por él y simplemente les cambiaba el tema o les decía que estaba ocupado. las únicas que estaban al tanto de todo, eran mis amigas y mi mamá, que sola se dio cuenta.

Se que no debo negarlo, pero estoy retrasando lo inevitable, debo ser valiente y darle la cara a Nick para darle un punto y final a esto, que quizás no debió comenzar. No quiero herir sus sentimientos, porque todos estos días entendí que nunca he sentido nada y si fuera al contrario, se que yo estaría en medio de un mar de lágrimas con el corazón destrozado. No quiero ser la mala ni mucho menos, pero también debo ser honesta.

.-.-.-.-.-

Llegó el sábado esperado, es la fiesta de la pequeña Victoria, esta más feliz que nunca, dando saltos por todos lados, y por supuesto soy feliz de verla así. La tarde ha sido todo una locura, entre mi madre, Diana y yo nos hemos encargado de las decoraciones, pero es agotador, la próxima vez lo pensaré antes, mas tarde se unió Karina para ayudar. Aun así Tuve que contratar a un animador, ya que eso si no se me da muy bien, además que entretener a un montón de chiquillos de 6 años con un montón de azúcar en sus cuerpos, no, ni me lo imagino, con Vicky es suficiente.

La tarde inicia, los invitados comienzan a llegar, ya se siente el ambiente de festejo, Vicky esta vestida de una hermosa sirenita, mi madre como una reina y yo como una mariposa, de grandes alas, así lo quiso la cumpleañera, Diana también se cambió, con su disfraz de gata. Es como una versión de Alicia en el país de las maravillas que solo Vicky puede entender.

En el momento en el que estoy bajando de las escaleras, para ayudar con los invitados, mi celular comienza a timbrar en señal que ha llegado un nuevo mensaje de texto:

Recibido de: *UNKNOW*✉️

Sonrisa encantadora, mirada que enamora, mi corazón late a mil por horas, con tu belleza poseedora de la más hermosa corona y aún más espectacular tu alma cautivadora.

*******

En el momento menos esperado, esas palabras tan hermosas me hacen perder el equilibrio, justo cuando pienso que voy a caer escaleras abajo, siento unos brazos que me rodean.

— Por poco caes princesa.- .

- Henry, gracias por salvarme.- .

- De nada.

Mi madre quien iba pasando en ese momento, levanta mi celular, quien no corrió con la misma suerte, me lo entrega y saluda a Henry afectuosamente para seguir su camino, no sin antes verificar que estuviese ilesa, su mirada de RX examinando todo.

- Te dejo en buenas manos hija, atenderé a los invitados

- ¿Estás bien? ¿Te lastimaste?.- .

- Estoy muy bien, gracias a ti... -

- Esa hermosa sonrisa me enamora aún más.- .

- Te dejo, debo ir a atender a los niños.- .

Todo el rato a pesar de estar ocupada con los invitados, me distraje muchas veces viendo como Henry interactuaba con los niños, bailaba y reía de manera tierna e incluso inocente. Robando mi sonrisa de manera inconsciente.

- Ey pequeña, estas en las nubes… -

- Bueno, con ese bombón cualquiera, hasta yo, pero ya esta apartado

- ¿Que dices? Estas loquita amiga, pero así te quiero

- Ay amiga, como te hago entender, ya quisiera que aterrizaras…

- ¿Qué hablan chicas? Creo que todos estos niños no dormirán esta noche, mucha azúcar.

- Luego que todos estos enanos se retiren, será nuestro momento de chicas…

La fiesta ha ido de la mejor forma, los niños interactúan con el animador, han participado de los concursos de baile, los padres que están presente también han disfrutado, veo que al fondo ha llegado Nicolás y se acerca.

- Nick! Que sorpresa verte. Pensé que no vendrías -

- No podía faltar, te ves hermosa. - .

- Gracias. - .

- ¿Podemos hablar?

- Creo que no es el momento, ni el lugar. Por si no te das cuenta

- Podemos salir, no me importa…

- Es la fiesta de mi hermana, ¿lo recuerdas?

- Bien…

Sencillamente lo dejé allí y me fui a disfrutar de la fiesta. Sin dejar de sentir la mirada pesada de Nicolás sobre mí…

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