Una larga charla entre Abigaíl y chiara dio pie, a un juego peligroso, el cual estaba a punto de empezar, Abigaíl no estaba segura de hacer nada para acercarse a su verdugo, pero chiara tenía razón no solo podía entregarse, dejar que Renzo la usara y cuando esté se cansará la botara como un trapo viejo.
Abigaíl vio como su ahora aliada manipuló al guardia y este cuando Renzo volvió no dijo nada, ella quería hacer eso, así que lo único que hizo fue esperar que ese imbécil viniera a la habitación y así fue, para la cena fue el mismo Renzo quien fue por ella.
Apenas la puerta fue abierta me pegué a la pared, por segundos nos quedamos mirándonos fijamente, su cercanía me ponía nerviosa, quería golpearlo, pero no podía, debía actuar como chiara me explico que hiciera, no debía ser evidente, ya que por supuesto yo había llegado aquí, a la fuerza.
Estaba tan cerca de mí, que tuve que levantar mi cabeza para poder verlo, no voy a negar que su altura me encantaba, por un momento cerré los ojos con miedo cuando acarició mi mejilla, para luego tocar mi cabello.
-Tu cabello, me fascina. Tu olor exquisito un olor a coco tal vez, combinando con vainilla quizás.
Dios está invadiendo mi espacio personal, lo empujó sutilmente, pero no sé mueve, mejor dicho solo le acaricie el pecho, lo escucho reír para luego sentir como acaricia mi brazo derecho subiendo su mano lentamente, causándome escalofríos en mi espina dorsal, malditas hormonas traidoras.
Abigaíl: Aléjate de mí.
-Tienes miedo Abigaíl.
Sus ojos profundos están de un color mucho más intensos me mira casi que a punto de comerme, pero logró apartarme de sus garras en el momento justo, mi pecho sube y baja frenéticamente y cuando lo miro nuevamente, tiene una sonrisa en sus labios que me confunde.
- Cenarás conmigo. Tienes 5 minutos, luego vendrán por ti.
Dice eso y se va sin mirar atrás, así como dijo paso ese hombre Vince, vino por mí, ni siquiera me miró solo me llevo escalera abajo hasta lo que entendí era el comedor.
Fui muy observadora como me dijo Chiara, no podía perder de vista nada de la casa, ahora que la detallaba era muy bonita, amplia y muy elegante, pero sé que está no es su verdadera casa ahora que la recuerdo, esta es la misma que él me ofreció aquella vez.
-Maldito.
Susurró llegando a la mesa, y él me mira nuevamente, me indica dónde sentarme, pero no le hago caso me siento mucho más lejos de él.
Renzo: No te voy a comer si así tú no lo quieres.
Lo miro mal y el imbécil solo sonríe, revisa su celular, mientras Vince se sienta con nosotros y hablan sin ningún tipo de preocupaciones, acerca de cargamentos, envíos, armas y sobre el regalo para su muñeca.
Es un descarado tiene novia, maldito infeliz pobre chica, la cena llegó y Vince se va dejándonos nuevamente solos.
-Podrás salir, tendrás seguridad, tendrás tu celular nuevamente, no harás nada estúpido, porque puedo volver polvo a tu amiga cómo se llama? A claro Bianca.
Lo miro con rabia, apretando mis puños en la mesa el lo nota, pero también levanta una ceja al ver que ni siquiera proteste a lo que dice.
-Algo si quiero que te quede claro Abigaíl, no voy a esperar mucho tiempo para que decidas lo que quiero tienes exactamente una semana que empieza a correr a partir de hoy. Eres inteligente sé que sabrás tomar decisiones.
Intento decir algo, pero el hombre de la caverna me calla y dispone a comer yo hago lo mismo pues tengo muchísima hambre, Después de comer él solo me observa.
Abigaíl: Que me ves.
Me levanto, para irme, pero antes me acerco a él a la altura de su oído, mientras él sigue con su mirada al frente.
Abigail: Jamás esperes de mi una respuesta, eres un maldito enfermo y no sabes cuánto te odio.
Provoca, atormenta, seduce sin que se dé cuenta de lo que haces, cada que tengas oportunidad háblale al odio, Renzo es un ser sin paciencia atacará cuando menos lo esperes y ese será tu momento de volverlo loco.
Recuerdo muy bien las palabras de chiara y eso hago, sonrió al sentir sus pasos tras de mí, no voy a negar que tengo miedo, perder mi virginidad con alguien como Renzo de Lucca no me agrada pues siempre soñé, con que mi primera vez sería con el amor de mi vida, pero no fue así. Recuerdo de él llegan a mi mente causando mucho más miedo en mí, debo controlar mis emociones, no puedo dejar vencerme por nada del mundo.
Cuando pensaba entrar a la habitación donde antes estaba, siento su agarre fuerte en mi brazo empujándome a la pared, nuevamente estamos demasiado cerca nuestros alientos se juntan y mis nervios se hacen notar de nuevo.
Renzo: No juegues conmigo Abigaíl, porque te puedes arrepentir.
-Quien dice que estoy jugando contigo.
Me inclino un poco y muerdo su labio inferior, sabe cómo esconder sus emociones perfectamente, pero se le nota en su mirada que está sorprendido.
Renzo: No me retes niña, porque puedes perder en el intento.
Se inclina y me deja un casto beso en los labios para luego irse, entro a la habitación y de inmediato miro por la ventana hasta que lo veo salir con Vince, él sabe muy bien que lo observó, pero lo ignora a la perfección sube a la camioneta y se va.
Un largo suspira dale de mí, pero de inmediato mis ojos se llenan de lágrimas pues el recuerdo de mi abuela llega a mi mente.
-Necesito verte de nuevo abuela, Necesito despedirme de ti, así que esto que hago es por ti.
Me cambio de ropa y me meto a la cama dejando que mis lágrimas corran por si solas, hasta que me quedo dormida.
Renzo iba a el club donde una de sus tantas chicas lo esperaba, pero ese breve momento con Abigail no podía sacarlo de su cabeza, necesitaba coger, necesitaba sacársela de la cabeza por lo menos un momento.
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Laura Coliz
está obsesionado con Abigail y se v al club a buscar a otra pa bajarse la calentura mientras deja Abigail encerrada
2024-02-03
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