Agradable visita.

Después de que Chávez acatara la orden de la princesa, está solo podía tener un aliado tan leal a su familia, tan justo ante cualquier injusticia así que no dudo en llamar a Lorenzo y contarle a detalle todo lo que había pasado, Lorenzo estaba indignado no sabía que clase de persona era su hermano, un monstruo en toda la extensión de la palabra.

Al día siguiente, Abigaíl despertó aún estaba en el piso y en ropa interior eso quería decir solo una cosa ese animal no volvió, pero si Renzo había ido en la madrugada, pero no sé inmutó al verla en el piso, con sus pestañas húmedas, su nariz roja y sus ojos hinchados, solo se giró y se fue dejándola nuevamente bajo llave.

Abigaíl se puso de pie, admiro la habitación donde estaba, intento abrir la puerta, pero fue en vano, busco el baño y entro necesitaba una ducha, se sentía como la mierda, volvió a llorar mientras el agua caía por su cuerpo, en sus pensamientos solo estaba su abuela, necesitaba salir, necesitaba verla por última vez.

Renzo estaba en el despacho, donde dio órdenes claras, nadie entra, nadie sale sin su autorización, mando a comprar algo de ropa para la chica, mientras que una de las mujeres de limpieza , le llevaba el desayuno.

Por motivos obvios, Giacomo llamo a Renzo explicándole que Rossi estaba muerto y el cuerpo de la abuela de Abigaíl no aparecía por ningún lado, solo suspiro y se encaminó para resolver sus propios asuntos.

-Recuerden lo que dije, nadie entra y mucho menos salen sin mi autorización. Vince vendrá en algunas horas entendieron.

Dos de mis hombres asienten mientras me voy, un mensaje de chiara me pone en alerta, pero no hay de que preocuparme, nadie sabe de esta casa.

Eso era lo que Renzo creía, no se imaginaba que la mujer a la que llamaban princesa, no por nada sería la futura dama de la cadena, no por nada era la mujer más importante que tenían los De Lucca .

Vince era un blando si se trataba de chiara, este al verla se puso nervioso y no lo oculto como lo acostumbraba a hacer.

-Vince que gusto verte, estoy buscando a Renzo.

Vince: Señorita chiara, que la hace pensar que mi jefe está aquí?

-Si no es así, entonces que haces tú aquí? Eres el jefe de seguridad de mi adorable bestia así que es obvio no.

Los gritos de Abigail se escucharon por toda la casa haciendo que Chiara levantará la ceja y muy elegantemente empujará el fornido cuerpo de Vince de la puerta, para subir escalera arriba y ver cómo el dulce ángel brasilero tenía por los cabellos a una de las empleadas.

Abigaíl quería irse, pero Fany una de las empleadas y amante de cama de Renzo no se lo permitía, así que como toda fiera, saco sus uñas.

Vince ayudó a Fany mientras chiara sostenía a Abigaíl quien tenía el rostro aruñado, pero al ver a Fany se sabía quién había ganado esto.

-Vince llévatela de aquí.

Vince: Señorita por favor, salga usted también, nadie puede entrar aquí son órdenes de su primo.

-Que parte de que te largues no has entendido Vince.

El hombre muy a su negativa se fue ayudando a Fany, mientras que Abigail se enrollaba de nuevo la toalla y miraba de pies a cabeza a Chiara.

Abigail: A ti te conozco. Eres la chica del restaurante.

-Así es, ahora mismo también podría ser tu salvación Abigaíl.

La chica me mira frunciendo el ceño, nuevamente noto su desconfianza y es lógico, sus ojos están hinchados y no es para menos.

-Mi primo te ha hecho algo?

Vaya que pregunta la mía, como si no fuese suficiente todo lo que a pasado.

Abigail: Porque debería confiar en ti, eres familia de ese animal.

-Porque soy la única que puede ayudarte a salir de aquí, no te pido que confíes en mí, pero sí que me des la oportunidad de ayudarte, todos sabemos que eres la obsesión de Renzo desde hace dos años, no por nada estás aquí.

Abro los ojos de par, como que obsesión desde hace dos años, esto debe ser una broma, mi pecho sube y baja rápidamente, Chiara me cuenta por encima lo que según ella sabe y obviamente sé que miente, pero no sé por qué, pero confío en ella.

Abigail: Está bien, acepto te daré una oportunidad. Pero que es lo que según tú, yo puedo hacer…

-Eres inteligente linda, puedo darte lo que tanto deseas y es el cuerpo de tu abuela, pero debes empezar por ganar un juego de poder, entre el egocentrismo de Renzo y tu maldito orgullo y dignidad, en este mundo eso se acaba para sobrevivir y créeme tú eres la presa en estos momentos, en ti está decidir si sigues como clavo o te vuelves martillo.

Abigail: Quiero ser el puto martillo que acabe con tu primo.

-Excelente, pues empieza por despojarte de tu pureza, dale lo que tanto quiere, Déjalo mucho más atrapado de lo que ya está, ponlo en la palma de tu mano como si fuese una pluma con la que juegas sin ningún esfuerzo, que no exista ningún tipo de aire que pueda quitarlo de tú dominio. Una mujer puede hacer lo que quiere si sabe cómo usar su inteligencia y algo más.

Abigail mira por unos segundos a chiara a quien detalla sin perder nada de vista, sus largas piernas, su hermoso cabello, su cuerpo perfecto, esa mirada que encandila a cualquiera y sobre todo esos pensamientos retorcidos que podrían llevar todo un mundo abajo si fuese necesario.

Abigail: Te queda claro que no se qué hacer, nunca este tú me entiendes.

-Nena, para eso estoy aquí, debes conseguir que Renzo te de privilegios sin siquiera acostarte con el, la obsesión dél Diavolo te puede llevar a la gloria si así lo quieres, seducelo olvídate de la moral, es vivir o morir.

Una sonrisa, una alianza Abigaíl repasa en su mente esa última palabras VIVIR O MORIR.

Abigail: Porque me ayudas? No me conoces.

-No hay necesidad de llegar a conocerte para saber que lo que Renzo está haciendo contigo, es lo peor. Mi primo es una versión de su padre, pero con mucha más maldad el día que conozcas a tus suegros entenderás el porqué lo hago.

Suelto una risa al ver el rostro de Abigail ante la palabra suegros, espero que esta chica no se enamore de lo monstruoso que puede llegar a ser Renzo.

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