-Bien, hora de buscar los ingredientes para crear a un bello niño-se quitó su bata y fue de nuevo a su casa, se colocó una gabardina de color negro, salió de su casa tomando un bolso grande, en el cual se traería todos los ingredientes una vez que los encontrara, subió a su camioneta, y se fue a buscar los ingredientes que iba a necesitar.
Manejo hasta salir de la ciudad y se dirigió al bosque, al llegar al inicio de este, bajo de la camioneta y se internó entre los árboles, camino de forma pausada hasta llegar a un lago en el cual había una cascada, se sumergió en las cristalinas aguas y nado hasta la cascada, cerró los ojos una vez que estuvo bajo las aguas de la cascada, dejando que las aguas de esta le cayeran encima empapándola por completo. Cuando volvió a abrir los ojos se vio en el mundo donde todas las criaturas magicas, míticas y de fantasía vivían, salió del lago y saco del bolsillo de su abrigo una bolsita de plástico de la cual extrajo un papel.
-Bien, ahora veamos que ingredientes voy a necesitar-dijo empezando a caminar-Para la pureza e inocencia que lleva todo niño necesitaré los cabellos de un unicornio y la pluma de un ángel, que también me servirá para la comprensión, la pluma también me servirá para la honestidad y la obediencia, para alegría y el carisma el ala de una hada, para su dulzura y calidez un rayo dorado del sol naciente, para su fuerza e independencia el pelaje de un grifo, y para la tranquilidad una lagrima del lobo de los sueños, ah y no se me puede olvidar del agua de la gruta de la juventud, para que el niño sea de piel fresca, juvenil, tersa y radiante-termino de decir mientras guardaba el papel.
Conseguir la mayoría de los ingredientes fue fácil, ya que tanto los ángeles, como los unicornios y las hadas eran seres dulces y gentiles, y solo tuvo que pedirles permiso para tomar lo que necesitaba y ellos se lo dieron sin dudar, la lagrima del lobo de los sueños también fue fácil, ya que la criatura era muy pacífica, y solo tuvo que hacer que bostezara un poco para que soltara una lagrima, cosa fácil ya que el lobo siempre estaba durmiendo guiando el sueño de las personas, con el rayo del sol solo tuvo que ir al este en donde siempre quedaban rastros del nacimiento del sol como pequeños rayos danzantes, con una pequeña vasija de barro logro atrapar un pequeño rayo,.
Lo que si se le complico fue el pelaje del grifo ya que esta criatura al ser mitad águila y león, tiene un muy mal temperamento, tuvo que esquivar varios de sus zarpazos y dar un gran salto para evitar que se la comiera, y cuando al fin logro obtener parte del pelaje, se escapó solo por un suspiro de que la hiciera picadillo con sus garras, pero lo que si no se salvo fue su gabardina.
-Haaaa-dio un suspiro resignada al ver su gabardina rasgada casi hasta la mitad de su espalda-Tendré que comprarme otra.
Luego de obtener el pelaje del grifo solo le faltaba el agua de la gruta, lo cual obtuvo con mucha facilidad, solo te iba que tener cuidado de no tocar el agua si no quería ser de nuevo una niña, ya con el agua guardada en su bolso se iba a retirar de la gruta cuando una hermosa y refinada voz le hablo.
-Que gusto verte Yumiko.
-Lo mismo digo Kou-dijo ella mientras se daba vuelta para ver al apuesto joven de cabellos rebeldes, cortos hasta el cuello de color negro con las puntas grises, de piel blanca, y unos ojos de un profundo tono azul, vestido con una elegante túnica blanca con bordados de azul celeste, él cual caminaba sobre el agua de la gruta hacia ella -¿Qué hay de nuevo?
-Nada en particular-dijo él con una sonrisa-Veo que te encargaron otro pedido-dijo al ver el bolso que colgaba de su hombro-Sigo sin entender cómo es que tus creaciones envejecen de forma normal si les echas agua de la gruta de la juventud
-Tú sabes bien su envejecimiento se retardaría solo si les agregara más de diez gotas del agua, pero como solo les agrego unas cinco, eso basta y sobra para que envejezcan como humanos normales, así es el poder de tu gruta.
-Sí, ya lo sé, y tú tienes suerte ya que así no envejecerás casi, ya que al estar manejando a diario el agua de la gruta retardara tu propio envejecimiento.
-Eso ya lo sé-dijo ella cerrando los ojos un momento- No tienes que repetírmelo siem...-se calló cuando sintió un rápido y fugas beso en los labios, Yumiko se movió para darle un buen golpe al atrevido ese, pero Kou ya se había alejado como diez pasos de ella-¡Kou ya te he dicho que no hagas eso!-espeto molesta.
-Sí, pero no te hago caso, porque me encanta besarte, y tú sabes bien que lo hago por me has gustado desde el primer momento en que te vi entrar a la fuente, cuando viniste con tu padre hace ya 9 años.
-Era una niña Kou, ¿Cómo te enamoraste de mí a esa edad? Condenado pedófilo.
-No soy ningún pedófilo, cuando eras niña solo me llamaste la atención, empecé a enamorarme de tí cuando cumpliste los quince años.
-Será mejor que me vaya-dio media vuelta para irse.
-Ya verás que algún día lograre conquistar tu corazón-dijo él antes de perderla de vista.
Mientras, fuera de la cueva en donde se encontraba la gruta, Yumiko respiro profundo antes se seguir con su camino, ya iba llegando a la cascada cuando se llevó los dedos a sus labios recordando lo de hace un momento.
-Siempre me dice lo mismo, me pregunto si debería darle una oportunidad, después de todo él es quien más cerca ha estado de mí después de mi padre muriera. Aún recuerdo a la perfección el momento en que lo conocí.
Flash back
Caminaba justo detrás de su padre mientras entraban en la cueva en donde se encuentra la gruta de la juventud, según la explicación que su padre le había dado.
-Ya llegamos mi pequeña-dijo con una sonrisa, mientras Yumiko observaba el lugar con suma fascinación.
Era una cueva de luz azulada con un estanque de aguas claras, cun una pequeña cascada de dónde salía agua.
-Es hermoso.
-Verdad que sí, ahora te mostrare como debes de tomar el agua,-dijo mientras de su gabardina, sacaba un pequeño frasco de cristal, y se inclinaba sumergiendo en frasco en el agua con delicadeza, cuidando de que su piel no tocara el agua, al terminar con su tarea se levantó, tapando el frasco y lo seco con un pañuelo-Listo, podemos irnos mi corazón.
Yumiko asintió, pero luego su vista se desvió a un punto en específico de la cueva, en donde vio la figura de alguien oculto en las sombras, sintiendo algo de miedo, Yumiko se escondió detrás de su padre, agarrando fuertemente con sus manos su gabardina.
-No tengas miedo-le dijo él en un susurro-Él es el guardian de la gruta, y también un buen amigo, no nos hará daño-la miro y sonrió, luego volvió su vista hacia donde se encontraba la figura-Que bueno verte Kou.
-Lo mismo digo Takahiro-dijo un joven muy guapo de ojos azules, vestido con una túnica blanca saliendo de las sombras, y dirigiéndose había ellos- El hecho de que vengas seguido quiere decir te está yendo bien con tu negocio, y no sabes cuánto me alegro-dijo contento.
Takahiro solo sonrió, gesto que Kou le correspondió, pero sintió la mirada de alguien más sobre él, así que bajo la vista y vio que detrás de su amigo se encontraba una niña la cual lo veía con curiosidad, misma curiosidad que el mostró al ver su pequeño rostro.
-¿Quién es esta hermosura de niña?-pregunto mientras se ponía a la altura de Yumiko.
-Es Yumiko, mi hija.
-¡Vaya!, no sabía que tuvieras una hija, te estas volviendo viejo amigo-le dijo con burla.
-Mira quien habla, el que tiene más de 800 años-contrataco Takahiro, y luego miro a su hija-Ten cuidado con él, a pesar de que se ve joven es un anciano con muchas mañas y secretos, estate atenta porque buscara engatusarte-dijo con un exagerado tono de preocupación mientas hacía gestos muy exagerados, por lo que Yumiko supo que solo bromeaba.
-¡Oye, no me avergüences ante una dama tan bella!-se quejó Kou moviendo frenéticamente los brazos, lo que le causo gracia a Yumiko, la cual no pudo evitar reírse un poco-Vaya, que risa más hermosa, ¿Qué edad tienes lindura?
-Nueve años-dijo apenada por el halago, sus mejillas se sonrojaron levemente.
-Pero que tierna eres-dijo, y en su mano derecha hizo aparecer una hermosa rosa de color azul-Es pero que te guste-se la entregó-Una flor hermosa para una niña hermosa.
-Gracias-dijo mientras tomaba la rosa, y su sonrojo aumentaba.
Fin de flash back
-Mejor no pienso más en eso y me ocupo de mi trabajo-dijo para sí, mientras entraba en el lago y se colocaba bajo la cascada, mientras una sonrisa surcaba su rostro ante el recuerdo.
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