Excepcional

Capítulo 7

Emiliano estaba preparando el nuevo proyecto para el rancho, había convencido a su padre de poner su propio rastro así también comercializarían la carne de sus propias crías. Para poder llevar acabo el proyecto estaba esperando a su mejor amigo a que regresara al país. Y sin más espera llegó.

Emiliano estaba supervisando la vacunación del ganado, cuando recibió un mensaje de Victoria. Últimamente ella se tardaba más en contestar, algo sucedía pero ella no le había querido contar. Sentía mucha necesidad de verla y poder platicar con ella. Saber que estaba bien, ya había pasado dos meses desde que se conocieron. Era el momento de regresar para verla, esta vez llevaría a su hijo con él. Emiliano se lo había prometido.

—Emiliano te estoy hablando.—dijo Marcelo.

—Marcelo volviste perdón estaba pensando.—respondió Emiliano mientras lo saludaba.

—Que te tiene tan disperso en tus pensamientos, cuéntame cómo va todo?.—preguntó Marcelo

—Aquí todo bien, esperándote para llevar acabo el proyecto.—respondió Emiliano

—Estas seguro, dime cómo vas con Laura?.—preguntó Marcelo

—Esa mujer, se casó con alguien haya en su tierra. Siempre me mintió, solo fui una distracción para ella.—respondió Emiliano

—Nos mintió todo el tiempo al parecer, bueno ya sabes cómo son la mayoría de las mujeres en nuestro círculo social. Frívolas, manipuladoras y sin responsabilidad afectiva ya sabes niñas caprichosas.—dijo Marcelo

—Eso no es justificación para jugar con los sentimientos de las personas, pero ya da igual, pero gracias a que fui a encararla conocí a alguien muy especial. Me eh mensajeado con ella todos estos días, te juro Marcelo es excepcional.—dijo Emiliano

—Vaya eres rápido, demasiado rápido. Cuéntame de ella, si te impacto así algo especial debe tener.—dijo Marcelo

—Primero que nada cabe aclarar que solo somos amigos, pero algo tiene que me llena de paz y tranquilidad. Además de que confió en ella, me hace reír con sus ocurrencias. No entiendo que es pero me siento muy bien estando en contacto con ella. Planeo visitarla el fin de semana para que conozca a mi hijo.—decía Emiliano

—Vaya amigo pues se ve claramente que ella te impacto demasiado, tenía muchos años que no te expresabas así de alguien. Dime algo es bonita, de donde es?.—preguntó Marcelo

—Es la mujer más bonita que eh visto, sencilla y amable. Fuerte y tiene una voz preciosa. Ella es de Tlaquepaque en Jalisco.—respondió Emiliano.

—Pues me alegra que te haga feliz aunque sea por que tienen una amistad. Pero ese brillo en tus ojos tenía años sin verlo. Bueno cambiando de tema me encontré a tu eterna enamorada en Europa, de echo estaba con tu hermana Daniela.—dijo Marcelo

—De quien hablas?.—preguntó Emilio

—De quien más de Cemrre Gaxiola, al parecer su madrastra y sus medias hermanas estaban de vacaciones con ella. Pero solo me encontré a ella y a tu hermana, obvio me preguntó por ti. Aunque no dudó que Daniela la puso al tanto de todo.—respondió Marcelo

—Cemrre, la mujer que mi madre quería imponernos a Rodrigo y a mi para casarnos. Solo por ser hija de Amador Gaxiola, aún recuerdo todo lo intensa que se ponía mi madre por no hacerle caso en sus pretensiones. Yo siempre la miré como la amiga de mi hermana, y hasta como amiga mía. Pero ya sabes mi madre y sus ideas.—dijo Emiliano

—Pues va a regresar a vivir a México, tal vez ahora si tenga la oportunidad de robar tu corazón. Más ahora que sabe que enviudaste, se abre el sorteo para la siguiente afortunada en ganar tu amor.—dijo Marcelo.

Emiliano solo pensaba en Victoria, debía conocerla más. Y descubrir que era esto que ella le hacía sentir y el por qué.

Más tarde llegaron a comer a casa de los padres de Emiliano.

—Marcelo qué gusto verte hijo, como te fue en tu viaje?.—preguntó Pilar.

—Maravilloso señora Pilar, tuve la oportunidad de ver a Daniela.—respondió Marcelo.

—Me alegra que se hayan encontrado, es bueno ver un rostro familiar cuando se viaja solo. Pero pasen mi esposo está en llamada en cuanto se desocupe se servirá la comida.—dijo Pilar

Santiago llegó para saludar al Tío Marcelo.

—Hola campeón pero que grande te has puesto, salúdame.—dijo Marcelo

Santiago chocó su puño con él, y se acercó a su padre.

—Ven hijo es hora de comer.—dijo Emiliano

Pilar llamó a la niñera para que se hiciera cargo de Santiago.

—Mamá yo puedo darle de comer a mi hijo.—dijo Emiliano.

—Para eso tiene a su niñera, para que se encargue de él. Además tú también debes de comer.—dijo Pilar

En ese momento llegó el señor Gerardo.

—Buenas tardes familia, Marcelo bienvenido.—dijo Gerardo

—Es un gusto saludarlo señor.—respondió Marcelo

—Disculpen la tardanza estaba en llamada con Rodrigo, pero adelante sirve la comida Rosa.—dijo Gerardo

—Como usted ordené señor.—contestó Rosa.

Mientras les servían la comida, La señora Pilar preguntó que había hablado con su hijo Rodrigo.

—Lo mismo mujer siguen en Ciudad de México esperando a que le den un resultado favorable ya que no han podido concebir, Deborah está desesperada.—respondió Gerardo

—Pues si Deborah no puede darle un hijo a Rodrigo, siempre existe la posibilidad que mi hijo vuelva a casarse.—dijo Pilar.

Emiliano se molestó por el comentario.

—Por favor madre, Rodrigo ama a su esposa. Las personas no son desechables. Es tan inhumano de tu parte decir algo así, hay otras opciones como la adopción.—dijo Emiliano

—Que! eso jamás. yo no voy a permitir que mi Rodrigo traiga a esta casa a alguien que no sea de nuestra misma sangre.—respondió Pilar

—Basta Pilar, te recuerdo que ese no es asunto nuestro. Estamos aquí para apoyar a nuestros hijos, sea cual fuera su resultado o decisión debemos estar para ellos. Y si deciden adoptar, será un Larios lleve o no nuestra sangre.—dijo Gerardo

Todo en el comedor se había puesto incómodo, Emiliano se levantó de su asiento.

—Hijo termina de comer.—dijo Gerardo

—Se me quitó el apetito, tengan buen provecho.—dijo Emiliano.

Marcelo también se levantó y fue detrás de Emiliano.

—Siempre es lo mismo contigo, es por eso que tenemos dos de nuestros hijos lejos. Donde no puedas controlar sus vidas.—dijo Gerardo

—Ahora vas a culparme solo por querer lo mejor para ellos, todo lo que hago es por su bien.—respondió Pilar

—Por su bien deberías aprender a conocer a tus hijos y no quererles controlar la vida. Si me disculpas también perdí el apetito, que te aproveche.—dijo Gerardo y se levantó del comedor.

Pilar era una mujer orgullosa, soberbia y con muchos prejuicios. Con ideas algo atrasadas, pero amaba a sus hijos aunque exagerara en su manera de actuar con ellos.

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