Es mi hija.

La pequeña María empezó a entrenar con profesionales, desde el primer día empezó demostrar mucha habilidad, cada día las treinta días del mes ella fue persistente en sus entrenamiento, de lo cual fue ganando cinturón cada calor tenía un rango, Ubaldo no se arrepiento de entrenarla, era su mejor alumna que al ver el esfuerzo del hermano por pagar las mensualidades, termino dandole la beca completa.

Felipe---: Gracias.

Ubaldo---: La niña tiene un año entrenando y se destaca muy bien, por eso no me molesta darle la beca, es una excelente estudiante muy disciplinada y eso es muy importante en una persona que practica este deporte es la única que ha llegado a obtener el cinturón azul.

 Felipe---: Mi hermana tiene potencial, lo bueno que desde que está aquí entrenando ha mejorado su carácter.

Ubaldo---: Este deporte lo ayuda a controlar sus emociones si la niña tiene un carácter muy fuerte es como si ella estuviera rodeada de solo niños y no tenga niñas para su compañía.

Felipe---: Si hay niñas pero más pequeña ella por eso más se reúne con niños de su edad.

Mientras Felipe conversaba de lo interesante que era su hermana menor en unas de las parroquias rurales de la ciudad de Porto viejo llegaba de visita un hombre que escapó por el temor de haber matado a su mujer embarazada...

Vecino---: ¿Aurelio que trae por aquí?

Aurelio---: Yo, vine de visita, pero veo la casa de Fidelina en ruinas, ¿qué no hay nadie viviendo ahí?.

Vecino---: La viuda vendió su parte que le corresponde como viuda del señor Mera y la parte que le toca a sus hijos se los repartió en sus cuatro hijos, donde estaba la casona le corresponde a la última hija del difunto la niña Yanet solo que ella todavía no se casa y por eso está un poco abandonado.

Aurelio---: ¿Y dónde vive ahora Fidelina?

Vecino---: Ellos viven en un recinto cerca de la ciudad de Manta, ella vive con sus tres hijos porque Dolores y Mirella ya tienen familias.

Aurelio---: Tres, querrás decir dos.

Vecino---: No son tres, Yanet, Felicito y su última hija, no sé cómo se llama pero debe tener nueve a diez años o algo así.

Aurelio---: Muchas gracias, vecino, iré a dar una vuelta porque estoy esperando a mi esposa que vino a visitar a sus padres.

 Aurelio caminó por el lugar, mientras recordaba, momentos buenos que vivió con Fidelina, pero al conocer su joven amante Apolonia todo cambio se había vuelto agresivo y su anhelo de tener un varón y tener su descendencia era su prioridad, ya tenía a Martha y no quería otra hija, pero que se ha enterado de que la niña nació sintió alegría en su corazón.

Sixta---: ¿Aurelio que haces aquí?

Aurelio---: Viene con Apolonia, ella vino a visitar a sus padres.

Sixta---: ¿Ya tienes hijos?

Aurelio---: Si tengo tres y Apolonia va por el cuarto hijo solo esperamos que está vez sea una niña.

Sixta---: Como es la vida, rechazaste a una hija hace nueve años y ahora anhelas una en tu matrimonio, eso si es nuevo.

Aurelio---: Si, pero ella nació.

Sixta---: Si nació es una niña, muy bonita pero para tu desgracia nunca sabrás a qué sabe sus abrazos (ríe)

Aurelio sintió un frío en su corazón, era la primera vez después de tanto tiempo piensa en aquella niña, la partera tenía razón él jamás podrá abrazarla, se cansó de caminar y fue en busca de su esposa para volver, ellos habían hecho residencia en una parroquia rural del cantón Sucre que no estaba muy lejos de la ciudad Manta.

Durante en regreso él estaba pensativo, la hija que deseo que no naciera ahora tenía nueve años y cada minuto se desesperaba por saber cómo es, por un momento pensó que se parecería a Martha o algunos de sus hijos, talvez se aparece a su madre con los ojos azulados, fue lo primero que pensó.

Apolonia---: ¿Qué estás pensando?

Aurelio---: En nada, y el bebé como va.

Apolonia---: Se mueve mucho, según Sixta dijo que esperamos otro varón, Aurelio tengo miedo que me dejes porque no te doy una hija.

Aurelio---: (sonríe) No, no va a pasar buscaremos a la niña juntos.

Aurelio sonrió, Martha tenía once años ya era una señorita pero no era lo mismo tener a una hija dentro de su matrimonio.

Después de dos semanas Aurelio busco el dicho recinto fue a la iglesia del lugar y pregunto por la familia Mera, el sacerdote le dijo lo que él quería escuchar, como era de mañana busco el nombre de la escuela donde supuestamente estudiaba María.

Cómo María no lo conocía él la pudo seguir sin problema, cuando ella bajo del bus junto a sus amigos tomaron cada uno, sus bicicletas y se fueron cada cual a su casa.

Aurelio---: Tiene que ser ella, ya que es la única niña, tiene los ojos iguales a lo de su mamá, también es hermosa como lo es Fidelina.

Aurelio se sentó, a pensar en como preguntar y llegar al lugar correcto, tampoco quería que Fidelina se entere de que él está en el recinto, cuando vio a Fidelina de lejos bajo su sombrero para que ella no lo reconozca, Fidelina iba con una canasta de víveres y a su encuentro fue María y Yanet para ayudarla a cargar.

Aurelio---: Sabía que era ella, se parece a la mamá es tan hermosa y es una niña grande, Fidelina hace hasta lo imposible para que sus hijos estén bien.

Aurelio sonrió, porque ahora ve lo hermosa que es Fidelina, y lo buena madre que es, pero lo que más le alegro fue ver a su hija...

Él se quedó en lugar por un poco de tiempo y en tres conversas pudo investigar un poco de la pequeña María.

Cómo era de tarde y ese día ella iba al dojo decidió ir a jugar con sus amigos.

Óscar----: Porque no fuiste a entrenar.

María---: No, mi maestro tenía reunión, dijo que eran para las competencias que se vienen.

Iván---: Ya vamos a jugar.

Óscar----: Como no estamos completos que sea arco libre.

Los niños empezaron a jugar divirtiéndose como siempre Aurelio al salir de una tienda con una funda de agua en sus manos, al percatarse que María estaba jugando entre ellos, a él eso le parecía algo malo antes sus ojos.

Aurelio---: ¿Pero qué es eso, porque está jugando y actuando como hombre?

Pero al verla como domina el balón sonrió porque no siquiera sus hijos juegan así como ella lo hace.

Hombre---: ¿Se quedó impresionado al ver cómo juega esa chiquilla?

Aurelio---: Sí, juega bien.

Hombre---: Esa niña tiene alma de hombre, actúa como varón.

Aurelio no dejo de mirarla, tanto fue el deseo de que ella fuera un varón, que en su inconsciente ella actúa como uno, él quería acercarse a ella pero no sabía cómo hacerlo sin levantar sospecha, miro la tienda y compro muchos bolos de agua, y le ofreció a sus los niños que jugaban en el parque.

Aurelio---: Niños quieren agua, vengan veo que juegan bien tomen un bolo.

Los niños dijeron gracias porque ellos tenían mucha sed, María estaba con los demás niños y Aurelio personalmente le dió el agua en sus manos pero al tocar sus manos, María sintió temor y su corazón empezó a latir por alguna razón sintió mucho miedo al tocarlo.

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