Si juro.

Felipe fue por su hermana menor, y al encontrarla conversando con el profesor su corazón se alegró porque pensó que hermana se había ido de regreso sola a la finca.

 María---: Ñaño, viniste yo pensé que Yanet vendría por mí.

Felipe---: Yo siempre estaré cuando me necesites.

Ubaldo---: Bueno como ya llegó tu hermano, yo iré a la oficina, mañana no hay clases así que puedes descansar para el gran día, felicidades María mereces llevar esa bandera y ojalá la del colegio también la lleves.

María---: Lo haré profe.

Felipe salió junto a su hermana, como haces meses que no lo hacían, él tenía cuatro meses de se había casado, ya no vivía con su madre y hermanas y su visita eran muy pocas pero aun así cuando estaba con sus hermanas él las consentían, gesto que no fue bien visto por su esposa, porque ella quería toda la atención de Felipe para ella.

Felipe---: Comemos helados y te voy a dejar a la casa.

Mirian---: Apúrate Felipe, nuestra casa queda más lejos que la de tu mamá

Felipe---: Compro unos helados y nos vamos.

Mirian---: ¡Helados! Felipe no debes gastar el dinero en tonterías (mirando a Maria sería).

María---: Ñaño ella tiene razón, deberíamos irnos rápido.

María entendió que Mirian su cuñada no quería que su hermano gaste el dinero, además ella ya no era tan pequeña como antes ya tenía 10 años y pronto irá al colegio.

Felipe---: Solo era helados, que puede valer un helado.

Mirian---: Necesitamos dinero nuestro hijo viene en camino y cada centavo es útil, tu hermana ya no es una niña.

Felipe respiró con mucho enojo, su esposa era una egoísta y daba entender que no apreciaba para nada a sus hermanas, su corazón estaba divido, por un lado, está su esposa que ama y pronto le dará un hijo... pero al otro lado estaban sus hermanas su madre que juro cuidar y proteger hasta el último día de su vida.

Fidelina---: Hijo, tenías semanas que no venías ¡hola Miriam!

Mirian---: ¡Hola! ¿Cómo está suegra?

Felipe---: Vinimos a dejar a Marita.

Fidelina---: Gracias hijo, pensé que te ibas a quedar está noche.

Mirian---: Nos gustaría, pero Felipe tiene que madrugar (ríe con mala gana).

Felipe---: (la mira enojado) Si madre, vendré este domingo.

María---: ¿No vas a mi juramento de bandera?

Mirian---: Mi esposo tiene que trabajar, tienes que entender.

Felipe---: Claro que estaré ahí, así haya un terremoto estaré ahí te lo prometo (la abraza)

Mirian hizo sus ojos hacia arriba para contener su coraje, por su parte Fidelina se sentía incómoda, ya que Mirian siempre mostraba rechazo hacia ellas, pero ella se mantenía en silencio para no incomodar a su hijo.

Felipe---: Nos vamos mami, (mirando a María) estaré ahí mi campeona.

Felipe tomo de la mano a esposa y salió de la casa de su madre, mientras Fidelina y sus hijas lo miraban a través de la ventana, hasta que él salió de su campo de visión.

Yanet---: Mi única cuñada es una auténtica bruja, a veces me gustaría decirle a mi hermano los gestos que nos haces su mujercita.

Fidelina---: Hay que entenderla está embarazada, pero tampoco podemos incomodar con chismes a tu hermano... Vamos a comer.

Mientras María y su familia tenían dificultades con la esposa de Felipe, mientras que en un barrio suburbano, unas cortinas funerarias decoraban la puerta de una villa muy humilde.

La familia Hidalgo Murillo estaba de luto, La mala alimentación y el exceso de dulces llevo a la muerte al miembro principal de la familia, El Manuel Hidalgo el cuarto hijo de la familia apenas de 10 años miraba con lágrimas en sus ojos a su madre que lloraba en el ataúd donde se encontraba a su esposo.

Vilma---: Y ahora que haré sin ti amor, y nuestros hijos están pequeños, Manuel y Mariela son los que más te necesitan (llora)

Henry---: Tranquila mamá, hay que dejar ir a papá.

Huber---: Mami, ven a la habitación.

Vilma---: No, yo quiero estar aquí junto a mi marido.

Maritza---: Mamita, hazlo por Manuel y Mariela que te están mirando, mamá están llorando ya papá se fue ahora hay que continuar sin él.

Vilma miro a sus hijos más pequeños que lloraban en una esquina de la sala, ella los abrazos para consolar y lloro junto a ellos.

Al día siguiente como 26 de septiembre día de la bandera nacional del Ecuador, todos los estudiantes de sexto grado se esmeraba por ponerse un uniforme nuevo y las niñas hacerse el mejor peinado, Yanet por su parte se esmeraba por hacerle el mejor peinado a su hermanita, ya que ella era la alumna estrella de ese año, como mejor alumna tenía el honor de llevar la bandera nacional.

Fidelina---: Vamos, ya estamos tarde.

Cuando ellas llegaron ya Felipe estaba esperándolas, después de saludar llamaron a todos los estudiantes para que se firmen e iniciar el apto solemne, el director de la escuela el director los profesores ingresaron primero y ocuparon cada cual su lugar en la mesa directiva, minutos después hizo su presencia María Mera y sus escoltas y tras de ellas salieron todos los estudiantes del sexto año, formando una fila.

El director dio el inicio del apto solemne, proclamando abanderada a María Mera eso hizo llenar de orgullo a Fidelina y sus hermanos, todos aplaudieron, pero unos ojos se cristalizaron que no demoraron en salir las lágrimas y aplaudía con orgullo al ver cómo la pequeña María recibía la bandera, Aurelio Tubay permanecía oculto mirando a su segunda hija triunfar, solo que él no podrá festejar junto a ella, por otra parte, Manuel Hidalgo, después de sepultar a su padre fue en compañía de su hermano mayor para realizar el apto solemne que le exigían a todo estudiante del sexto año, como el llegó atrasado le tocó jurar solo en la dirección de la escuela en compañía de su hermano y el director.

El "SI JURO", al mismo tiempo en diferentes establecimiento pronunciaron unos niños que estaban destinados a cocerse, aunque el escenario era diferente, pero sus emociones también lo eran, María Mera estaba feliz por tener a sus hermanos y madres aplaudiendo y festejando sus logros, mientras que Manuel Hidalgo tenía mucha tristeza en su corazón porque había perdido a su padre para siempre.

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