capítulo 13

■ Cristóbal Soler...

Fue una sorpresa verla entrar de la mano con el reconocido CEO, Renzo Falcón Kirchner, un reconocido empresario y dueño de innumerables propiedades.

Se ve tan feliz y tiene un anillo en su dedo anular. Siempre fue hermosa.

Y yo... Yo siempre fui un idiota con ella, solo quise su cuerpo y lo tomé cada vez que lo quería. Por no decir cuando estaba caliente.

Fueron noches en que si disfrute de ella, pero luego otras mujeres se me insinuaba y allí voy yo tan estúpido que no podía decir que no, estaba con algunas clientas y empleadas en la misma oficina y hasta en mi departamento, claro que lo hacía cuando mi abuela no estaba.

Ella no me mira para nada y Leonardo ya se dio cuenta de que ella está aquí, solo nos separan dos mesas y puedo sentir su gran amor de ellos dos.

Él le toma su mano y acaricia su mentón, mientras la acerca y besa sus labios, ella le corresponde.

Vaya que es muy duro verla lejos de mí. Me giro al no poder seguir con esto y mi amigo se da cuenta, levanta la mano y saluda al gran Renzo Falcón.

○ ¡Hey!

Renzo Falcón Kirchner, definitivamente usted no puede estar mejor que nunca. Hermano que alegría volver a verte.

° Vaya... Pero eres tú...

Ja... Leonardo viejo amigo y tú que haces aquí, pensé que seguías de viaje.

... Veo como se unen en un gran abrazo como dos viejos conocidos y yo me siento avergonzada, ya que Soriana cruza su mirada con la mía, fue algo rápido.

° Mira te presento a mi esposa Soriana Pirelli Montreal.

○ Hola Soriana, ya nos conocemos, tuvimos un par de proyectos en los cuales trabajamos juntos. Una mujer muy amable e inteligente.

Te felicito amigo.

° Y dime que te trae por aquí, lo último que supe de ti era que vivías en otro país y que estabas por casarte.

○ Ya sé quien te lo dijo. ¡Meyer!

° Si así es, coincidimos en un viaje juntos.

... Mientras Renzo y Leonardo hablan veo que Cristóbal Soler se va. Para mí mejor, ya que no quería sentir su presencia.

Leonardo se despide y antes de eso Renzo lo invita a un día de relajo en algún bar.

° Renzo amor, siento que ya no puedo comer nada más, estoy satisfecha.

° OK . Pediré la cuenta para poder marcharnos.

Salimos del restaurante y vamos camino a la empresa, ya no hay más reuniones solo algo que firmar y nos vamos a casa.

Siento como esas semanas se fueron volando, son tres meses que vivimos juntos, estamos felices, nos divertimos mucho, pero a Renzo le toca hacer un viaje y aún no tiene fecha de regreso. Me quedo sola en esta inmensa casa, siento que en cada paso que doy logro ver su silueta y siento su perfume.

No puedo negar que lo hecho de menos y mucho, me llama a cada momento que puede hacerlo y yo espero ansiosa su llamada.

Son las nueve de la mañana y estoy camino a la empresa, tengo que verificar el cargamento y también tengo que hacer una visita a una refinería para ver como va el proceso de los productos.

Llego acompañada de Melis, especialista en la materia. Vamos viendo cada estancia de la fábrica y al parecer todo marcha bien. Llamo a la oficina y pregunto si mi cita de las once ya está confirmada, me informan que sí.

Salgo de la refinería y voy camino a la clínica, en esta última semana he tenido un cansancio terrible y el apetito me ha jugado muchas malas pasadas, así que quiero descartar cualquier virus que pueda estar incubando o quizás mi hígado está enfermo.

Me recibe la doctora Liz Venturo, me toma la presión y también el pulso. Veo que me hace caras.

° Dígame doctora ¿Está todo bien con mi pulsación o quizás algo terrible este pasando?

○ Tienes las pulsaciones aceleradas y tu presión también, quiero descartar cualquier duda, te realizaré un examen de sangre ahora mismo, ven por favor acompáñame.

... Sigo a la doctora espero y no sea nada grave, vamos entrando a donde me realizarán los análisis, me siento y ella saca una jeringa y yo respiro antes del pinchazo.

Listo me saca sangre y me dice que dentro de diez minutos sabremos que me está ocurriendo.

° Tomo mi teléfono y veo que Renzo me ha enviado algunos mensajes y una foto de su rostro que es tan bello, suspiro al verlo aunque sea por fotos...

Le quería decir que estoy a la espera de unos resultados y justo me llama la doctora, paso a su consultorio.

○ Soriana tengo aquí los resultados de tus exámenes.

Tu hemoglobina está bien, pero también...

... Ese, pero me da un poco de miedo y si encontró alguna enfermedad en mí y es grave.

○ Soriana estás esperando un bebé.

° ¡Que yo!

... Me quedo sin palabras por lo que acaba de decirme la doctora, un bebé.

○ Ahora tendrás qué tener una cita con una ginecóloga, iras con mi amiga Iris, ella te examinará y así podrá saber con exactitud cuanto tiempo lleva este pequeño o pequeña dentro de ti.

° OK, Gracias... He yo. ¿Dijo un bebé?

Yo tengo un bebe... un bebe dentro de mí.

○ Pues sí, Soriana estás casada y los bebés se forman dentro de una pareja como la de tu esposo y tú, no te tengo que explicar que es lo que pasa en una cama cuando estás con tu esposo ¿o si?

° Si... Yo aún no puedo asimilar la noticia de que tengo un bebe dentro de mí.

○ Pues así es... Ve con Iris para que ella te vea, pero ya.

... Me despido de la doctora y ella tan amable me da un abrazo que me hace saber que esto no es un sueño. Me siento afuera del consultorio de la ginecóloga y espero su llamado, tengo en mis manos mi bolso y no sé si llamar a Renzo hablar y contarle que tendremos un bebé.

Cuando estoy a punto de presionar llamar, la ginecóloga me llama.

Guardo mi teléfono y paso. Me saluda y me ayuda a subir a una camilla.

Me descubro mi barriga plana aún y ella aplica un gel, es un poco frío, pero bueno así creo que es el procedimiento.

○ Veamos Soriana cuanto tiempo está aquí esté pequeñito o pequeñita, mmm, tiene buen tamaño. Tienes aproximadamente siete semanas.

Ahora escuchar como late su corazón cito que ya está formada al igual que él.

° ¿Es un niño?

° No, aún no es certero saber si es un niño o niña, tendrás que venir dentro de cuatro semanas para saber su sexo.

Salgo de la clínica con la mirada perdida, me quedo observando a las personas que transitan por la acera y una mamá viene con un carrito de bebé, sonrió y una lágrima cae por mi mejilla, me tocó mi vientre y aunque no sea notorio se que tengo una nueva vida dentro de mí.

Subo a mi auto y voy a casa, en el camino pienso sobre lo que acaba de pasar, ya no somos dos, sino que pronto seremos tres.

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