Capítulo 6

... Después de una hora estoy vestida y unas señoritas muy amables, me atendieron con el maquillaje, y el peinado, quise que sea sencillo, ya que no me gusta estar sobrecargada.

Tengo un vestido color uva, señido a mi cuerpo y una abertura en la pierna, tengo un moño muy alto, y los zapatos son cómodos, Renzo se encargó de que fuesen cómodos. Voy bajando las escaleras y Renzo no está.

Bueno salgo al jardín a tomar aire fresco, aunque aquí el clima es un poco frío, voy a volver a subir por un suéter o algún abrigo y cuando me giro, Renzo trae un abrigo de acorde a mi vestido, siempre mantiene esa mirada sería que a veces me causa miedo y otras veces me da vergüenza.

 ° ¿Ya estás lista?

° Si, eso creo. Las chicas se encargaron de todo.

° Bueno caminemos que quiero regresar rápido.

Subimos a una limusina increíble y por dentro es tan espaciosa. Vaya que lujos que se dan los ricos.

Esta casa está lejana igual que la otra, no entiendo por qué a Renzo le gusta vivir alejado de la ciudad.

° Soriana, te estoy hablando. ¿Dime estás bien?

° Si ... Si yo. Estoy lista.

... Renzo me da la mano y bajamos, la recepción o reunión es en un lujoso hotel, muy grande y por dentro es tan increíble. Las personas parecen ser de alto nivel, por la manera de vestir.

Renzo me tiende su brazo y yo lo tomo, Entramos juntos ante las miradas de las personas. Renzo saluda en el camino a algunos hombres de barba y vientre abultado. También hay una mujer que se muerde los labios y no separa su vista de Renzo.

Yo solo observo y dentro de mí unos celos se hacen presente. Llegamos a nuestra mesa, hay una botella de champán y algunos bocaditos. Renzo me sirve una copa de champán y yo sonrió por su amabilidad.

° Dime, no estás nerviosa.

° No, solo que me siento rara en reuniones como estás, aquí no conozco a nadie.

° Bueno a mí si me conoces y también soy tu esposo. Soriana te pido que no seas tan evidente ante nuestra situación, aquí en esta reunión tengo enemigos, no quiero que te dañen, además no lo permitiré, pero por favor actúa normal.

° Con lo que me dices, me causas miedo. Y si mejor nos vamos, no quiero que se repita lo del otro día.

° Tranquila, tengo a mis hombres en todas partes. No estamos solos.

... Con lo que me acaba de decir, me bebo la copa entera, y así una y otra. Me he bebido tres copas y mi cabeza me da vuelta. Veo que Renzo está serio como de costumbre. Aquí solo hay gente hablando de tratos y dinero, yo me siento sofocada. Mientras Renzo está hablando con un señor de edad, yo me voy al baño.

Entre tanto pasillo no sé donde está el baño, Me paro y observo a mi alrededor, no logro ver ningún letrero o señalizados que diga donde está el baño.

 ○¿Está buscando algo?

... Me doy vuelta y veo a un hombre de cabello rubio, me asusto por el sonido de su voz.

° Yo... Si estaba buscando el baño, pero con tanta vuelta, creo que me perdí.

○ Sabes, el baño de damas está en el pasillo anterior a mano izquierda.

° OK, muchas gracias.

... Sigo por el pasillo que me indico aquel hombre y si efectivamente pude llegar, entró y me mojo el rostro. Cuando me voy a limpiar las manos, veo en el espejo la imagen de alguien, me giro y no hay nadie aquí, eso sí que me asusto más que la mirada fría de Renzo. Salgo y hay un hombre afuera a mitad de pasillo. Tengo miedo y estoy sola.

Camino despacio y trato de no verme asustada.

○ Hola dama, dígame que trato recibió en su llegada a nuestro país.

° Yo. Bien. Permiso que mi esposo debe estar esperando a que llegue.

○ ¿Renzo Falcón Kirchner? El es su esposo, ja, ja, ja no creí que ese patán se llegara a casar algún día.

° Déjeme pasar por favor.

° No hay prisa.

... Este hombre no se quita del camino y mis nervios están a flor de piel.

Él se va acercando a mí y yo retrocedo despacio. Si grito, con el ruido que hay en la reunión nadie me podrá escuchar.

° Hey Carter, deja a mi esposa en paz.

Sal de aquí si es que no quieres tener la boca llena de sangre.

○ Falcón. Tanto tiempo sin saber de ti. Y mira ahora regresas casado a tu país de origen, dime tu esposa sabe quien eres en realidad.

° Cariño ven, salgamos de aquí. Quítate de nuestro camino Carter y saluda a tu padre de parte mía.

... Renzo toma mi mano y nos vamos, yo estoy que tiemblo de miedo.

° La próxima vez que quieras ir al baño avísame, así este no se te volverá acercar.

Renzo toma mi bolso y salimos de la reunión, las miradas las puedo sentir a cada paso que doy, la mirada de Renzo es de miedo, trasmite un sentimiento de ira y nadie lo mira a los ojos.

¿Quién es en realidad?

¿Qué es lo que oculta en su pasado?

° Sube al auto Soriana, el frío te puede enfermar.

... Subo sin decir nada y el camino a casa es incómodo, mis ojos me pesan al igual que mis pies, me quito los zapatos porque ya no resisto.

° ¿Te sientes bien?

° Solo me duele la cabeza, debe ser por el viaje.

° Deja y te ayudo con el otro zapato, pronto llegaremos.

... Me sorprende lo que me dice, me quita la correa de los zapatos y el contacto de su piel hace que me erice la piel.

... Al fin llegamos a la casa, voy descalza porque traigo solo un zapato en mi mano. Subo con cuidado y veo que me lastimé la uña, quizás el uso de tacones por casi un día entero me pasó factura.

Subo a mi habitación, todo está oscuro. Al parecer a esta hora todos duermen, no se escucha ningún ruido.

...Llego y me tiro sobre la suave sabana que me espera, no me quito el vestido y sé que en algunos segundos mis pesados párpados se cerrarán....

...(Renzo Falcón Kirchner)...

Esta mujer me hace dudar de mis actos, quiero que no se confunda conmigo, solo trato de proteger su vida, ya que ella salvo la mía, pero me es imposible hacerlo si soy yo el que quiere seguir confundido con ella.

Vaya que es tan difícil poder manejarme lejos de ella. La observo dormir y su rostro es tan angelical, me causa un bochorno dentro de mí y mi corazón se acelera con su mirada. Veo que se acostó con vestido. Me acerco y trato de bajarle el cierre. Lo hago con éxito después de varios intentos al tratar que no despierte. Son las tres de la madrugada y mañana a primera hora iré a ver a los Valttino. No quiero ningún roce con mi esposa, no dejaré que nadie dañe a la mujer que salvo mi vida.

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