Capítulo 2

( Lorenzo )

Esto de ser un jefe de la mafia a veces es tan agotador, se que es lo que elegí, mi padre desde muy chicos nos preguntó que es lo que queríamos y Benicio decidimos seguir sus pasos pero aveces quisiera tirar todo a la mierda y poder vivir tranquilamente

Tengo tres mejores amigos, Donato quién es el hijo de mi tía Sam y mi tío Antonio, Giuliano hijo de mi tía Kimberly y mi tío Giuseppe y Tomás quien es hijo de uno de los guardaespaldas de confianza que tenía mi padre, Elio era su nombre bueno lo es, ya que aún vive solo que ya se jubiló

Los dos primeros manejan la mafia heredera de sus padres, papá era el jefe de toda la mafia italiana pero cuando se casó con mamá decidio repartir su poder con sus mejores amigos de modo de agradecimiento por todo lo que siempre hacían por el, además quería tener mas tiempo para mí madre y la familia que comenzaban a armar, es por eso que Donato maneja la parte norte de Italia y Giuliano la parte sur, mientras que la parte restante la maneja otros mafiosos mientras no que no pisen mi territorio todo está bien.

Tomas además de ser uno de mis mejores amigos es mi médico de confianza, el es médico cirujano, y su hermana trabajo como sirvienta primero en la mansión de mis padres, luego en la mansión de Benicio y hace algunos meses se fue a Polonia a vivir con un novio que conoció, o eso es lo que nos dijo antes de irse, aúnque yo creó que se canso que mi hermano la usará como muñeca inflable, ya que a benicio no le importa quien sea total de satisfacer sus necesidades, flaca, gorda, joven, mayor que el, lo que venga le viene bien, eso sí siempre que la chica quiera, jamás se ha soprepasado con ninguna mujer y si lo hiciera no quedaría ni el recuerdo dw el porque mi padre lo mataría.

Hoy es sábado por la noche, es una hermosa noche estrellada, me senté un rato en el balcón a observar el mar, mientras bebo un vaso de mi whisky favorito, pienso en tantas cosas, suspiré al recordar a mi amor, mi hermosa morenita, llevo tantos años amándola en silencio que a veces duele hasta respirar, Giulia, tiene la edad de mi hermana mas chica, es la hija de tía Kim es una hermosa princesa, dulce, alegre, entusiasta, también se recibirá pronto con mi hermana de diseñadora de modas, cuando mis padres enviaron a Roma a estudiar a Londres mis tíos hicieron lo mismo con Giulia, desde entonces solo la he visto dos o tres veces, en ese entonces aún era una adolescente pero ahora ya debe de estar hecha toda una mujer, muero por volver a verla, pero a la vez creo que será peor tenerla cerca y no poder abrazarla, besarla, decirle lo mucho que la amo..

Estoy enamorado de ella desde que era apenas una niña de doce años, en ese entonces yo ya tenía dieciocho años, durante mucho tiempo me enoje conmigo mismo por enamorarme de una pequeña, me sentía un pervertido, un maldito pervertido y con ese pensamiento fueron pasando los años, cuando la volví a ver ya tenía quince años, pero en ese momento me enteré que a mí hermano y a Tomás también les gustaba y entonces preferí callar, guardar mis sentimientos en lo más profundo de mi alma y tratar de olvidarla pero eso jamás ha sucedido y no creo poder arrancarme este amor

De mi pecho.

Suspiré y le di un último trago a mi copa, a lo lejos se sentía música, tal vez provenía se alguna fiesta en la isla, había noches como esta en las que me sentía tan sólo, tan deprimido, a veces me preguntaba de que mierda me sirve el tener tanto poder y dinero si no puedo comprar la felicidad, ni el amor de la mujer que amo, mis padres me dieron todo el amor del mundo, pero ya no están conmigo y con Benicio no puedo contar mucho, tengo una mansión tan inmensa que hasta me pierdo en ella, se siente tan fría y vacía, todo irradia soledad y tristeza, hay días en los que solo desearía morir, para dejar de sentir está angustia que siente mi pecho..

Arrojé el vaso contra la pared y tome las llaves de mi auto deportivo y comencé a conducir sin rumbo tomaba las curvas a gran velocidad, tal vez tenga suerte y falle en alguna y caiga al precipicio

Después de conducir por más de una hora llegue a un bar, que en mi vida había venido, entre y me senté en la mesa más alejada posible, me pedí una botella de whisky y comencé a beber, ya habían pasado varios minutos cuando decidí que lo mejor era volver a casa e intentar dormir, me levanté y caminé hasta la salida pero los gritos de una chica me detuvieron en seco, cinco tipos de más o menos mi edad sostenían a la fuerza a una chica, me acerque a observar mejor y pude ver cómo entre dos de ellos la habían acostado en la mesa de billar, mientras otros intentaban quitarle la ropa, para violarla, me iba a meter a defenderla, porque es lo que siempre mi padre nos enseñó a la mujer se la respecta por sobre todas las cosas, pero algo me freno, su rostro, era Candela Router, la hija del maldito que casi mata a mi madre, ese cerdo infeliz había destrozado la vida de mi madre y ahora su hija se encontraba en una situación parecida, estaba en guerra conmigo mismo, por un lado estaba mi corazón que me decía que no podía dejarla ahí, que no me debía de olvidar que tengo hermanas y madre y que si algo les pasará, quería que alguien las ayudará, es lo que mis padres me dirían pero por otro lado estaba mi cabeza que me recordaba todo lo que mi madre había sufrido en manos de ese maldito, me gano la cabeza y me di la vuelta salí del bar y subí a mi auto

Comencé a conducir pero cuando iba a subir a la carretera, mi corazón volvio a hablar, golpeé el volante con fuerzas

- MIERDA, MIERDA, MIERDA - Grite golpeando el volante

Di la vuelta en U y regrese al bar, baje del auto y entre, ya le había arrancado casi toda su ropa mientras ella lloraba y suplicaba que no le hicieran daño, por suerte aún no había llegado hacerle daño, me pare detrás de ellos y con mi voz más molesta que tengo les indique que la soltaran

- Suéltala!! - dije molesto

Ellos me miraron y sonrieron

- Tranquilo amigo que tú también te nos puedes unir - dijo uno de ellos riendo a carcajadas

- Que la suelten ahora mismo he dicho pedazo de bestias..

Al terminar de hablar cuatro de ellos comenzaron a rodearme mientras otro aún sostenía a la chica para que no fuera a escapar, los idiotas estos se preparaban para atacarme, me reí en mis adentró, pobres infelices, si supieran que mi padre me ha entrado para matar desde que tengo quince años, a estos cuatro me los como en sándwich

En un abrir y cerrar de ojos los cuatro estaban tendidos en el suelo inconscientes, que me agradecieran que los dejé vivos, bueno aunque no se si enteros, el que sostenía a la chica salió corriendo como un cobarde al verme masacrar a sus amiguitos, me quite el sacó y se lo pase a la chica que estaba Prácticamente desnuda

- Vamos te llevaré a tu casa - dije pero la chiquilla ni se movió me observaba aterrada como si la fuera a descuartizar en vida

- No creés que si quisiera hacerte daño ya hubiera hecho o dejado que ellos lo hicieran contigo?.. Tienes dos opciones o vienes conmigo o te quedas aquí a esperar que los tipos estos despierten.

- Es.. Es.. Está bien Se..señor - dijo tartamudeando

Subimos a mi auto y le pregunté su dirección apenas si pude escucharla, conduje por alrededor de veinte minutos hasta llegar a las afueras, se quitó el saco y me lo devolvió, me agradeció y salió huyendo como si yo fuera Jack el destripador o no se que..

Volví a mi casa me di una ducha y como todas las noches se me venía haciendo costumbre tome una pastilla para dormir, mañana será otro día solo espero que sea un poco mejor que el de hoy..

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