Capítulo 17

( Donato )

Me desperté con una sensación de opresion en mi pecho, hoy era un día muy doloroso para mí, mi pequeña, mi bello angelito hoy cumpliría añitos, observé la foto que guardo como mi más preciado tesoro en mi mesa de noche, desee con todas mis fuerzas tenerla conmigo, poder abrazarla decirle lo mucho que su padre la ama, no tenía ganas ni fuerzas de nada, sólo quería quedarme en mi cama y no salir de aquí en todo el día

Levante vista y observe el cuadro que estaba frente a mi, abarcaba prácticamente la mitad de la pared de mi  habitación, era un cuadro de Roma lo había mandado a hacer hace varios años atrás y sonreí ella el único motivo por el cuál seguía viviendo sin ella ahora sí que ya no me importaría vivir, Roma era como ese rayito de luz y esperanza que alumbraba mi vida, mi unico motivo para luchar día a día

Le envié un mensaje a mi mano derecha que consiguiera un ramo de flores, las más hermosas que hubiera, luego me levanté y di un baño, cuando baje ya tenía las flores sobre la mesa de la sala las tome y conduje hasta el cementerio en dónde estaban los restos de mi pequeña bebé, deje y las flores y hablé

- Hola bebita hermosa, hoy sería tu cumpleaños no tienes ni idea de lo mucho que te extraño, me hubiese encantado que pudieras vivir y festejar tus cumpleaños, enseñarte a andar en bicicleta, llevarte a tus clases de ballet o karate si quisieras, escuchar tus primeras palabras y escucharte llamarme papá, no hay un día en que no piense en ti, nunca olvides que papá te ama con su alma - limpie mis lágrimas y continúe - Sabes hoy veré a Roma, es la mujer de mis sueños, por ella sigo luchando, me hubiera encantado que ella hubiese Sido tú mamá todo habría Sido diferente. Ya debo de irme, papá vendrá pronto, adiós mi pequeñita papá siempre te amará

Me levanté, tomé aire y me retiré en el camino me encontré al encargado de cuidar el lugar

- Disculpe podría decirme si alguien ha venido a aquella tumba - dije señalando dónde se encuentra mi bebé

- No señor, nadie viene a la tumba de ese bebita a excepción de usted o de sus padres

- Gracias - le extendí unos billetes y me retiré

Sentí coraje de saber que la madre de mi hija Jamás haya Sido capaz de venir a dejarle al menos una flor a nuestra hija, pero no sé de qué me alarmó si cuando vivía no le daba ni la más mínima Atención que podía esperar ahora.

Fui hasta la pista en dónde ya me esperaba mi Jet privado para llevarme a Sicilia, unas horas después ya estaba aterrizando, 6 uno de los autos que me estaban esperando y conduje hasta la mansión Leone, la cuál era la más grande de toda la isla, al entrar esperaba ser recibido por alguna empleada pero para mí sorpresa fui recibido por el mismo Mauricio Leone

- Te estaba esperando vamos a mi despacho - dijo secamente y así lo hice lo seguí en silencio

- Toma asiento... Donato no le daré vueltas al asunto sabes que te quiero como un hijo, pero no voy a permitir que juegues con mi princesita, cuáles son tus verdaderas intenciones con mi hija? - pregunto me miraba sin pestañear

- las mejores Mauricio amo a Roma con toda mi alma, la he amado siempre y tú lo sabes si estuve casado fue por qué mi padre me obligó, pero Roma siempre ha Sido y será mi gran amor y estoy dispuesto a hacer lo que sea por ella - dije y pude notar una leve sonrisa en su rostro

- Bien porque sabrás que con mis hijas no se mete nadie y te repito te quiero cómo a un hijo pero no me va a temblar la mano si tengo que darte la lección de tu vida si haces llorar a mi princesa... No sé si olvidaste lo que le pasó al primero y último que hizo llorar a una de mis hijas - pregunto Mauricio y yo negué con mi cabeza como olvidar aquel día

recuerdo que tenía quince años estábamos todos reunidos cuando llegó Cara sollozando porque el novio con el cuál llevaban cuatro años de novios le había Sido infiel, Mauricio enloqueció por qué el siempre dice que nadie tiene permitido hacer llorar a su reina y sus princesas, envío a buscar al tipo y una vez que lo trajeron fuimos todos los hombres, a la bodega en dónde lo tenían Mauricio lo golpeó hasta el cansancio, lo dejo tirado en el suelo y se sentó para observar cómo Lorenzo y benicio también lo golpeaban, luego ordenó que le quitarán la ropa y lo amarran a su mesa de tortura, tomó una especie de hacha y Zas literalmente lo castro, después ordenó que lo dejarán en la puerta de algún hospital, el tipo sobrevivió pero quedó inservible para toda la vida, porque nadie se mete con las princesas de Mauricio Leone

- Como sabrás mañana por la noche nos iremos de viaje y estaremos fuera algún tiempo puedo irme tranquilo?

- Por supuesto que si Mauricio, amo a Roma con mi alma y la protegeré con mi vida lo juro

- Bien porque si aparecías lo que tienes en medio de tus piernas trataras a mi hija como la princesa que es - dijo y nos dimo un fuerte apretón de manos

- Le diré a la empleada que llame a Roma

El día pasó rápido, nunca me había sentido tan feliz como con Roma, sin darse cuenta había logrado que mi dolor se apagará un poco, estábamos sentados viendo el atardecer, cuando de repente y sin esperarlo Roma me beso y que beso, le correspondí y confesé mis sentimientos, escucharla decir que también me ama y que jamás se fijó en otro hombre fue lo más dulce y maravilloso de mi vida, la lleve a su hogar y luego fui a la mansión que me había comprado en Sicilia no quería estar lejos de mi princesa ahora mi hermosa novia.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***