Capítulo 12

MATÍAS…

Realicé todos los exámenes que podía, esta mañana, y por la tarde me quedé en casa. Estaba pensando en todo lo que Rafa había dicho, cada palabra, todas dirigidas a mí con la intención de herir, de hacerme ver el monstruo que fui.

Si ella supiera que ya tengo conciencia de todo eso... Simplemente no tenía idea de que su dolor fuera tan tangible... Me dolió más ver su expresión mientras hablaba, que las palabras mismas.

Yacía en el sofá, viendo una carrera de autos, cuando la puerta de mi sala se abrió bruscamente, miro en dirección anticipando quién es, y en unos segundos el sonido alto de tacones caros resuena por la sala con cada paso de Madson.

Ahí se fue mi paz…

— ¿Puedo saber qué haces aquí? — digo mirándola bien serio.

— Cariño… — hago un gesto para que deje de hablar.

— Ya basta, Madson, he escuchado tu voz lo suficiente. Ahora sal de mi casa — continuo tumbado en el sofá, poco me importa su presencia.

— ¿Así que es esto? — habla con voz de llanto, me lo merezco… — ¿después de todo lo que vivimos, me vas a echar así? ¿Y nuestro compromiso?

— ¿Te refieres a nuestros encuentros, no es cierto? Porque eso es todo lo que ha sido nuestra "relación" durante todos estos años — la miro y veo sus ojos llenos de lágrimas — no empieces. Eres horrible cuando lloras — ella suspira y ahora me mira furiosa.

— ¿Es esa tu última palabra? — habla ahora con voz firme.

— Es lo que dije ayer en la joyería. ¿O estabas sorda?

Ella levanta la barbilla y se da la vuelta, marchándose exactamente como entró: caminando con fuerza y haciendo ruido con el tacón. Finalmente me veo libre de ese engendro de satanás. Solo servía para gastar mi dinero y gritar como una actriz porno en la cama.

Miro la TV y me doy cuenta de que he perdido el interés en verla, me levanto irritado y voy a mi gimnasio, no entrené esta mañana, así que aprovecharé para entrenar ahora. Empiezo una serie de ejercicios, piernas, pecho, brazos.

Solo cuando ya estoy completamente sudado, paro un momento para respirar y beber agua. Entro a casa horas después de estar en el gimnasio y encuentro a mi ama de llaves en la cocina.

— Hola Greta — dejo un beso en su cabeza.

— Hola mi niño, ve a ducharte, que estoy terminando la cena.

— Greta... Ya te he dicho que no quiero que estés todo el día en la cocina. Ya te dije que me las arreglo.

— Escuché una parte de tu conversación con Madson… — levanto una ceja.

— ¿Estabas escuchando tras las puertas, jovencita? — digo conteniendo la risa y ella se molesta.

— No, muchacho descarado. Iba a llevarte un aperitivo y escuché la conversación. No es mi culpa que ella haya prácticamente gritado para que todos oyeran.

— Siempre lo hacía, parecía ser su diversión.

— Estoy contenta de que por fin haya terminado. Nunca me gustó ella. No sé cómo pudiste llevar esa relación tan lejos...

— Necesitaba entrenar el cardio, Gretita... Y sabes que no soy muy partidario de correr — ella me da una palmada y salgo corriendo de la cocina — Sé que me quieres.

— ¡DESCARADO! — grita justo cuando estoy subiendo los primeros peldaños de la escalera.

Llego a mi habitación y voy directo al baño, realmente necesito una ducha. Abro la ducha y me quedo bajo ella, sintiendo el agua caliente relajar todo mi cuerpo, los músculos tensos, mis pensamientos confusos, mis latidos acelerados…

Apoyo la cabeza en la pared fría y empiezo a pensar en los ojos tristes de Rafa... Sus ojos, su boca, eso ha sido lo que más ha ocupado mis pensamientos recientemente, lo que más llena mi mente.

Recuerdo lo que ella dijo sobre Pedro, cómo se entristeció al saber que había sido "maleducado" con el padre...

Termino mi ducha y me pongo solo un pantalón de chándal, cojo una dosis de whisky en un vaso y voy hasta mi balcón, miro más allá del gran jardín de la propiedad, este es un condominio cerrado, y mi casa está alejada de las demás, lo que hace que los alrededores sean silenciosos, solo interrumpidos por el canto de algunos pocos pájaros.

Respiro hondo y vuelvo a mi habitación, me pongo una camiseta y bajo a cenar, Greta ya se había ido, dejó todo listo en la encimera de la cocina, así que me siento y empiezo a comer, mientras tanto, accedo a Instagram y busco el perfil de Rafa, lo encuentro fácil, es público, empiezo a seguirla y a mirar las fotos que tiene de ella y de los niños.

Es una sonrisa más linda que la otra, parece ser su primer Instagram, porque al desplazarme por la página, encuentro fotos de ella embarazada, de los gemelos recién nacidos, de uno, dos años... Durante todos estos años nunca había buscado en ninguna red social, hasta ahora...

Daría todo por verla embarazada otra vez... Estaba tan hermosa... Sigo mirando las fotos de ellos y guardo la mayoría en mi galería. Termino todo y me voy a acostar, mañana planeo ir a visitar a mis padres y el domingo... Visitar a mis hijos, y claro... A Rafa.

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