Huida

Los días pasaron hasta que llegó el momento de empezar mi plan.

Todo debía salir en la primera, si me descubrían todo se iba por la borda porque me vigilarán como vigilan a Zac.

‘Este es el día’.

El día que haría la locura de asaltar la caja fuerte.

“...”

Llegó un poco más de media noche cuando todos dormían y poco a poco silenciosamente me acerqué a la oficina de la directora.

‘Vamos’.

‘Yo se que puedo’.

No había nadie, lo bueno que al ser un orfanato común no había magia que protegiera el lugar.

Al entrar cerré la puerta con cuidado y me acerque a la caja fuerte poco a poco.

Tal vez había visto demasiadas películas.

“...”

El click que abrió la caja fuerte después del segundo intento.

Vi todo lo que había en el interior.

La bolsa de monedas, un collar extraño y otras cositas que se puede usar de intercambió estaban frente a mi y tomé todo lo que pude para cerrar la caja pero fue cuando escuche pasos acercándose al lugar.

“¡!”.

Miré la ventana a mi lado y rápidamente salí y me recargue en la barandilla.

La puerta se abrió para que la directora se viera acercarse a sentarse en su silla.

“...”

¿Qué hace aquí a mitad de la noche?.

Al final deje de preocuparme para ver hacia abajo.

Si doy un mal paso, caeré.

Me estremecí al ver la altura en la que estaba.

"Seré rica".

El murmullo llegó a dónde estaba.

"Quién diría que Celeste me daría la riqueza".

"Si, es increíble todo el oro que nos darán por esa niña".

"¿Quién será realmente?".

"..."

Habían dos personas en la oficina de la dirección.

Me estremecí después de escuchar eso y empecé a tomar camino.

Poco a poco me fui moviendo del pedazo de madera en el que estaba mientras me agarraba casi con las uñas para no perder el equilibrio.

Llegué a la ventana de la esquina que da al pasillo y empecé a entrar pero los pasos volvieron a sonar para que el vigilante que estaba con la directora apareciera viendo a los alrededores.

Me quede afuera siendo lo más silenciosa que se pudiera.

'Maldición'.

Con un suspiro interno continúe esperando a que pudiera entrar pero después vi el árbol del otro lado.

‘Bajaré por ahí’.

Aferrándome por la pared como pude llegue a donde estaba el árbol.

No pude evitar sentir pánico, algo mal y terminaría muriendo en el acto o al menos lesionada gravemente.

Bueno si muero al menos lo intenté.

‘Depende de ti patas de popote (muerte)’.

'Si falló procuraré darle una paliza a San Pedro por haberme traído a este lugar'.

Salté con todas mis fuerzas para terminar sujeta con mi brazo desocupado y me sujete bien.

‘Hu’.

Con fuerza empecé a acomodarme para descender del árbol.

Respiraba agitadamente por la acrobacia que acababa de hacer.

Me acerque a la salida para.ver si había una probabilidad de salir ahora o tener que esperar a mañana, pero el segundo vigilante estaba del otro extremo.

Parece cárcel.

Suspiré y empecé a caminar pensando en el plan original.

‘Primero esconder el dinero’.

Corrí hacia la cercanía de donde se detiene el carruaje al otro día y empecé a excavar un poco para esconderlo con la maceta.

‘Bien’.

Después de esconder el dinero entré poco a poco para irme a mi cama.

Nadie se dio cuenta hasta el otro día que el dinero había desaparecido.

“¡Maestros!”.

La directora fue directamente contra los maestros que tienen acceso a la dirección para empezar a buscar al culpable.

En una pequeña maleta estaba lista para irme del lugar.

‘Es hora de intentarlo’.

Todos estábamos en clase cuando se escuchó el grito de la directora de su molestia por haber perdido el dinero.

"Maestro, tengo que ir al baño".

"Por favor".

El maestro asintió y siguió con la clases de matemáticas.

Corrí hacia los dormitorios y saque mi maleta preparada para solo tomarla y salir.

El carruaje que trae los víveres estaba en el lugar como cada semana.

Espere el momento.

De la maceta la bolsa de monedas la guardé entre la ropa y cuando terminó de descargar la verdura empecé a correr para subir dentro del carruaje.

“....”

Me hice bolita con las cajas de madera que traía dentro el carruaje y me oculté.

El encargado de traer víveres terminó de colocar las cajas para después subir e iniciar el trayecto hacia el pueblo.

Salí del orfanato sin que se dieran cuenta hasta tiempo después.

La ropa de niño me había tomado también me la puse en lo que llegamos al pueblo más cercano.

Cuando el carruaje se detuvo empecé a descender poco a poco y me fui perdiendo en las calles del pueblo.

Tenía una pequeña sonrisa de victoria.

‘Ahora voy a salir de este pueblo’.

El primer lugar donde me buscarán será este lugar.

Empecé a buscar a los alrededores para acercarme donde estaban los mercantes.

Compré lo necesario que era un morral y una capa, una daga, sin olvidar la comida con las monedas de baja denominación de la bolsa.

Después corrí a dónde habían más carruajes para salir del pueblo.

“Sale el carruaje a Saint”.

La voz se escuchó a lo lejos y corrí hacia ahí.

Saint es cercano a las montañas, en el mapa del imperio las montañas estaban del otro lado de este lugar y opuesto al marquesado, como una especie de triángulo equilátero.

Si llego a las montañas estaré cerca de la frontera.

“Niño”.

Escuche la voz de quien conduce que me observó con el ceño fruncido.

“Mi padre vive aquí y mi madre está en Saint, ella está enferma tengo que ir a verla”.

Dije diciendo cualquier tontería y él asintió con sospecha pero aún así me dejó subir al carruaje.

Empezaba mi aventura por sobrevivir.

Subí y me acomodé en el carruaje para que empezará a avanzar.

Habían varias personas que iban también a Saint.

Así fue como empecé mi camino a otro lugar.

Solo esperaba tener el tiempo suficiente para llegar lejos.

En el orfanato Sara y los otros niños empezaron a preocuparse por no verme regresar del baño y cuando terminaron las clases solo vieron que no estaba.

“Tampoco están sus cosas”.

“...”

Todos lo supieron, ella había huido.

“¿Por qué?”.

Nadie sabía la razón pero ellos se miraron mutuamente, mientras buscan el dinero ellos no se darían cuenta de que Celeste había salido del orfanato.

“¿Les decimos?”.

El niño negó y dijo.

“Solo finjamos que no la hemos visto”.

“...”

Sara frunció el ceño y negó primero.

“La calle es cruel”.

“Pero ella debe de tener sus razones, no digas nada por ahora Sara”.

El niño habló recordando la mirada de su amiga desde que se enteró que iba a ser adoptada por el marqués ella se hizo más nerviosa como si no le agradará la idea.

“Esperemos a que ellos lo descubran”.

“...”

Sara asintió a su amigo pero su amiga es más preciada.

"Qué divertido, Celeste huyó".

El niño que siempre intentaba huir vio que ella lo había logrado.

"Sara, no la acuses como lo haces conmigo, si es tu amiga apoya su decisión".

"Pero.."

"¿Acaso no sabes quién es el marqués Couoh?".

"Es un maldito que adopta niñas para matarlas, es por eso que ella huyó".

El niño miró fríamente a Sara y la amenazó.

"Si le dices de Celeste es como si tú la matarás".

Sara se sorprendió por las palabras crueles.

Al final Sara fue con la directora a avisar que Celeste se había ido del orfanato dos días después.

“¡!”.

La cara de la directora cambio de tonos de color e inmediatamente empezo su busqueda.

“Antes de que llegue el marqués Couoh encuentrenla”.

Los maestros empezaron a buscarla por los sitios cercanos pero nadie sabía de la niña de cabello negro y ojos azules.

Y los que supieron de un niño parecido solo negaron. Ese niño estaba lejos del sitio aun así y no era su problema.

Poco tiempo después el marqués se enteró de la noticia y una búsqueda exhaustiva inicio secretamente por el imperio.

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