Capitulo 10

_Por aquí señor._

Axel estaba tranquilo en el albor, jugaba con dos palitos, imaginando que construía una casa en un árbol.

_Axel, baja de ahí._

El niño lo vio y aunque sintió algo de miedo, no le hizo caso, para él no era peligroso lo que hacía, pero al estar a tres metros de altura no era bueno si caía.

_Ni le grites Alejandro, puede tener miedo._

Sus manos eran pasadas por su cabello, estaba molesto y asustado a la vez, Robert y Lucca trataban de calmarlo, hasta que escucharon un alboroto, era Oriana peleando que la dejaran pasar, ya había mucha gente, estudiantes, profesores y personas que trabajan en el colegio.

_¡Axel¡, ¡Axel! Mi amor._

_Orí, volviste, construiré una casa en este árbol._

_¿Mi amor, ese albor no es tan lindo, Quieres bajar y buscar otro??_

El chico observó un poco, aunque su trastorno le dificultaba prestar atención, su ventaja era que podían ser mejores que cualquiera cuando algo les interesaba.

_No puedo solo._

_Yo te ayudo, mi amor._

Ella buscaba algo para ayudarlo, pero su tío se la detuvo, sentía miedo que se hiciera daño, ya ellos habían llamado a unos rescatistas.

_Señorita, deje que mi gente haga su trabajo._

_De acuerdo._

Oriana se apartó un poco, sin quitar la mirada de Axel, sus manos estaban en su cara, sus piernas estaban inquietas, olvidó a todos a su alrededor, solo quería ver a Axel pisando suelo y cuando ya lo bajaron se acercó y lo abrazo, llorando, sintió tanto miedo, se había encariñado mucho con el.

_No vuelvas hacer eso Axel, te pudo haber pasado algo mi niño, no debes hacerlo si no estás con un adulto._

Alejandro se giró para secar una lágrima, se puso serio y se acercó para tomar a su hijo en sus brazos.

_Vamos a casa, Axel._

_Ve con Aurora Axel, quiero decirle algo a tu padre._

Cuando ya el niño estaba lejos, donde no podía escuchar, Oriana respiraba con algo de dificultad, ambos se dieron la cara y fue Alejandro quien quiso hablar primero.

_No me..._.

_Escuche bien señor._

Oriana lo interrumpió señalándolo con el dedo.

_No me importa si le gusta o no, que yo trate a Axel, pero igual lo voy a hacer, no le estoy haciendo un daño, el daño se lo hace usted, irresponsable, insensible, falta de amor, busque ayuda, cuando se me pase la rabia, hablamos de otras cosas que necesitaremos hacer, si me denuncia, yo también lo haré y créame que será usted Quien pierda más que yo._

Prácticamente, le grito todas esas palabras, ni siquiera dejo, que él dijera algo, ella no sabía que esas palabras eran como dagas directo al corazón de Alejandro.

_Mañana vendré a verte, Axel, no hagas nada peligroso._

_Pero yo me quiero ir contigo._

Con sus manitos agarrados a Oriana, sentía que si se iba, lo dejaría otra vez, tenía cosas interesantes por hacer con ella.

_Mi amor, papá te extrañará..._

_Él no me da abrazos, ni me cuenta cuentos y tampoco juega Conmigo, tú sí._

Más rabia sentía Oriana, quería entender, quería darle el beneficio de la duda a Alejandro, por qué no podía creer que había en su corazón, para que no disfrutará de su hijo, para que no le diera amor de padre.

_Señorita, mi jefe le manda a decir, que si no tiene problemas, duerma en la mansión con el niño._

Oriana, al ver la sonrisa de ese niño, no se pudo resistir, aunque sabía que no era recomendable, debía hacerle ver, que en cualquier momento, ella se iría.

_Solo hoy y no dormiré contigo, tienes tu habitación y yo la mía._

Era suficiente para ver esa sonrisa tan bella, Alejandro veía de lejos sonreír a su hijo y sentía que se lo perdió tanto tiempo, no era un buen padre, no estaba haciendo las cosas bien, solo por pensar en otra persona y no en ellos.

_Disculpa a mi sobrina, cuando se molesta es como su madre, dice lo que piensa y aún más si tiene otras acumuladas._

Robert sentía pena por su amigo, esas palabras eran fuertes, aunque Oriana no tenía la intención de herirlo, sin saber lo estaba haciendo.

_No hay problema, tal vez dice la verdad._

Alejandro caminó a su auto y fue directo a un club, necesitaba embriagarse y olvidar todo por un momento, Robert y lucca fueron a su hogar, fue un día duro para ellos también.

_¿Señorita?, ¿necesita algo?_

_No, vaya a descansar, solo tomaré agua y terminaré unas cosas._

Oriana tomó asiento en el sofá de la sala, ya era media noche, pero ella anotaba todo lo que cambiaría para Axel, tenía sus auriculares y al pensar que no había nadie a esa hora, solo tenía su pijama algo corta.

_¿Qué hace despierta a estas horas?_

Un muy ebrio Alejandro entró y la observó, una mujer muy bella, le hablo, pero ella no escucho, estaba escuchando su música relajante, hasta que tocaron su hombro y grito.

_¿Es usted loco? ¿Quiere matarme?_

_La loca es usted, despierta a estas horas, con solo una luz encendida y unos auriculares._

Se sentó tocando su corazón, sentía que se saldría en cualquier momento, dedicándole una mirada asesina, que causo risa en Alejandro, Oriana volvió a ver esa sonrisa, está vez algo diferente, si tan solo lo hiciera seguido o para su hijo.

_No estoy loca, anoto lo que no se debe dar a Axel y lo que sí._

Cuando se calmó un poco, fue que hablo, sin darse cuenta, que Alejandro se había quedado dormido en el sofá.

_Hay, oye?, Dios se quedó dormido, lo dejo aquí?._

Tenía una mano en la quijada y la otra en la cintura, pensaba como llevar a ese hombre a su habitación, hasta que escucho unos pasos, bajar las escaleras, volteo y se alegró al verla.

_Nana, que bueno que baja, ayúdeme a llevarlo a su habitación._

Como pudieron ambas lo llevaron, la nana salió cuando ya estaba acostado, Oriana le quitó los zapatos y el saco, se acercó al oírlo hablar solo.

_Luce,ro, vuelve mi amor..._

Oriana sintió pena, se imaginó que sufría por la madre de su hijo, la noche fue larga para Oriana, pensaba en Alejandro, si él no curaba ese corazón, no ayudaría a su hijo por completo, el amor y el cariño de él, eran importante para el niño.

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