Capitulo 6

La tarde paso rápido y justo cuando lucca abre los ojos, ve como se encuentran ambos, al sentir que Mili también estaba por despertar, cerró sus ojos, y más la apretó a él, era un sueño tenerla así, tan cerca y sin gritarle cosas.

_Pero este qué se cree?... ¿Lucca?_

Verlo dormido tan cerca de ella, no le permitió actuar como loca, sintió una corriente eléctrica por todo su cuerpo al ver como lucca la tenía, mordió su labio inferior y eso logro verlo lucca, disimulando un poco, la muy descarada recorría todo su cuerpo con la mirada.

_Acaso eres gorda, que te agarras toda la cama?._

Mili volteó a verlo y lo empujo haciendo que cayera al piso, ahí estaba nuevamente ella, con sus arranques locos y malvados.

_Idiotaaa, no me dejaste dormir._

Levantándose de la cama y caminando a pasos agigantados al baño, estando ahí se reía sola, había dormido como un bebé, mientras que lucca sonreía aún en el piso, se levantó y camino a afuera.

_¿Se estaban matando?_

_Algo, ¿Ya cocinaste?_

El chico tomo asiento en el pequeño comedor, con una sonrisa de burla, haciendo que Orí negara con la cabeza, no sabía cuando se darían cuenta de que nacieron para estar juntos.

_Buenos días, querida prima, voy de salida._

Él detallaba a Mili, estaba muy hermosa, demasiado hermosa para salir sola sin él.

_¿Para dónde vas tan arreglada?_

_No es de tu incumbencia._

No desayuno, salió sin voltear atrás, con la atenta mirada de lucca, quien no quiso desayunar más, sus celos se activaron a morir, solo pensar que alguien la mirará, se odiaba, no decirle que la quiere solo para él.

_Estás en tu casa, primo, tengo cosas que hacer._

Ori dejo todo limpio y salió a su habitación, el día era maravilloso y ella lo aprovecharía con su lindo amiguito, no le hizo caso a las palabras de ese hombre, se confiaba que el caso no visitaba a su hijo al colegio.

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_Señorita, Varela, muchas gracias por ayudar al niño Caicedo, no imaginé que su padre aceptará que lo trataran, se lo hice saber una vez y no lo tomo nada bien._

Una sonrisa fingida salió de Oriana, si supiera esa mujer, que ese hombre no quería que se acercara a su hijo, que todo fue inventado por ella y que estaba en peligro de ir a la cárcel por él.

_No se preocupe, es bueno no molestar al señor, mientras su hijo esté bien._

Ambas caminaban al patio donde estaba el chico, la directora la dejo y fue a su oficina, donde la esperaba alguien que no pensó ver.

_¿Señor Caicedo?_

_¿Como está directora, tiene unos minutos?_

_Por supuesto, justo estaba hablando con la psicóloga de su hijo, debo decirle que ha mejorado mucho, me alegra saber que acepto que lo trataran._

Alejandro escuchaba y se llenaba de ira, como se atrevía hacer algo con su hijo sin su permiso, estaba rojo de la ira, pero disimulaba ante la directora, se lo había advertido y no obedeció.

_¿Claro, donde los ubico?_

_Están en el patio trasero._

Lleno de ira y a pasos agigantados salió Alejandro, ya su mente llevaba miles de cosas por decirle a Oriana.

_Me gustan mucho estas galletas._

Oriana preparaba galletas ricas y bajo en azúcares, estaban riendo muy tranquilo, cuando una voz muy potente sonó atrás de ambos.

_¡¡Axel!!_

El niño llegó rápido a su lado, Oriana sentía que su corazón se iba a salir, pero no lo demostraba, solo tenía miedo por el niño, no quería que lo castigarán, no era bueno para su autoestima.

_Ve afuera, tengo que hablar con la señorita._

El niño obedeció a su padre, pero se quedó lo suficientemente cerca para oír lo que decían.

_¿Acaso no entendió lo que le dije? No la quiero cerca de mi hijo, no me haga hacer que vaya a su país nuevamente sin carrera, es la última vez que se lo digo.._

_Está bien, señor, disculpe por tratar de ayudar a su hijo._

Tomo las cosas que tenía y se fue, no podía aguantar las ganas de llorar de la rabia que sentía, lamentaba mucho no poder seguir tratando al niño, ya había descubierto que Axel tenía TAHA, una condición que se debía tratar y así darle una mejor vida, tanto a él, como a los que les rodea, si seguía haciéndolo, su familia se preocuparía al saber que estaba detenida.

Horas después

_ Manrique, perdón por hacerte esperar, estaba resolviendo un problema _

_No te preocupes hombre, quiero presentarte a Lucca Álvares._

Alejandro se acercó y lo saludo con un abrazo, ya sabía quién era, espero bastante una respuesta del chico, era muy difícil convencerlo cuando se trataba de negocios.

_Es un gusto tenerte aquí, espero esta reunión sea fructífera._

_El gusto es mío._

Lucca se sintió en confianza, tomaron asiento y empezaron hablar de negocios, las ideas que tenían y el nivel, los tres trabajarían en un gran proyecto, donde la tecnología, Los autos y el glamour se unían.

_Esto es un gran logro._

_Por qué no vamos por un trago?._

Lucca y ale vieron a Robert, no estaría mal, de todas maneras ambos estaban estresados o uno más celoso que nunca, no lo pensaron más y fueron por esos tragos, sin pensar que l ávida los sorprendería aún más.

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