capítulo 11- ataque...

La noche llegó y con ella el banquete de despedida, varios nobles han aprovechado para hacer negocios, a excepción del Duque Parisi, pues muchos saben que sus negocios no andan bien, mientras que la Duquesa, solo se la pasa presumiendo sus riquezas, por supuesto esa noche no la excepción pues presumía de un nuevo collar de diamantes azules y un lujoso vestido con detalles de joyería cara, las mujeres no dejaban de halagar su gran elegancia, pero aunque estuviera rodeada de otros nobles, lo que le molestaba era el hecho de no poder acercarse a la princesa, en especial porque la marquesa De Rosa, Lila, se la pasaba cerca de Alisa, por supuesto, era su asistente y tenia que estar al pendiente, mientras que el Marqués, se dedicaba a hablar con los otros ministros de la corte, todo eso lo envidiaba la duquesa, saber que gente de estatus menor al suyo, tenía mejores amistades.

— sabe madam Lila, he notado que mi hermano y lady Liliam se han vuelto cercanos, quizás un compromiso entre ellos podría funcionar.—

La marquesa se sorprende ante las palabras de Alisa, no esperaba que le propusiera algo así.

— sería un honor para mi familia unirse a la familia imperial, pero no quiero obligar a mi hija a un matrimonio político, no creo que su hermano este de acuerdo y Liliam, como puede notar no es muy educada...— Lila deja salir un suspiro.

Y es que Liliam estaba en la mesa de postres, probando algunos bocadillos, apenas llego prefiero quedarse en esa zona. Alisa deja salir una risilla.

— es justo lo que mi hermano necesita. Es verdad que no les puede obligar, quizá si lady Liliam se queda, mi hermano no tiene asistente.—

— ¿quiere que Liliam sea asistente de su hermano? No se si mi hija pueda cumplir las expectativas.—

Si bien Liliam ha sido educada desde pequeña, no suele ser alguien de calificaciones perfectas. Lila le dice a Alisa que se lo hará saber a Liliam y le avisará de su respuesta. Uriel por su parte estaba en el trono, aburrido de escuchar a los ministros hablar, los escucha todos los días, pero pronto dirige su vista hacía Liliam quien prueba las galletas de nuez, tenían un gran sabor, Holly que estaba de compañía de la duquesa, puede notar que el príncipe no deja de ver a Liliam y eso le molesta, porque ella no logra captar su atención, también puede notar que Chase se ve molesto, pues Liliam ando por ahí como si nada, pero por el momento no puede decir nada, la Duquesa tendría sospechas; para cuando se da cuenta, Uriel iba camino al balcón, así se excusa para decir que irá a tomar aire, la duquesa se lo permite y rápidamente se dirige hacía donde vio salir a Uriel, es su momento. Sale al balcón y finge sorpresa al verlo ahí.

— ¡oh! Alteza, me disculpo no sabía, solo quería tomar un poco de aire, tanta gente es abrumadora.— habla con una voz suave y tímida.

— entonces disfrute del aire.—

Uriel la cruza para regresar dentro, dejando a una Holly muy molesta y aún más al ver que Uriel se acercó a Liliam.

— parece que a lady De Rosa le gustan los postres.—

— son deliciosos, debería probar esto, sabe rico.—

Liliam no dudo en ponerle un pequeño caramelo de chocolate en la boca al azabache, aunque el hacer eso, solo llamo la atención de los presentes, pues nadie se atrevería a cometer tal indiscreción ante el príncipe heredero, Liliam al darse cuenta que todos la miran, levanta un plato para ocultar su cara.

—¿aun me siguen mirando?— le pregunto a Uriel.

— te mirarán por siempre...— se burla.

Uriel, quien no suele comer dulce, se comió el pequeño chocolate.

— tenía razón lady De Rosa, el caramelo sabe delicioso.— agrega Uriel.

Al escucharlo, los presentes parecen calmarse, aunque les siga pareciendo irrespetuoso lo que Liliam hizo, si el príncipe no se enojó con ella, no se pueden quejar.

— tragame tierra y escupeme en otro mundo donde sea una reina rodeada de concubinos sensuales...— murmura.

Uriel quien estaba cerca, solo se aguanta la risa por sus palabras, en verdad le parece curioso que la chica actúe de manera muy diferente a una señorita de sociedad. La chica aun se cubre con el plato, pero Uriel se lo quita y le ofrece la mano.

— salgamos salgamos de aquí.—

— ¿eh? Yo...bien.—

Sostiene el brazo del azabache y se van a la salida del salón. Casi del otro lado del salón, Alisa observa todo y sonríe.

— su hija definitivamente llamo la atención de mi hermano.— agrega Alisa.

— supongo que si...— Lila deja salir un largo

suspiro.

Liliam y Uriel caminan por los pasillo, aunque Liliam no sabe que decir, solamente aceptó para salirse de ese lugar.

— aún no le he informado a su padre sobre el Duque Parisi, recuerde ser cuidadosa, en especial porque tiene gente siguiéndola.—

Uriel observa en todas direcciones, puede sentir la presencia de varias personas siguiéndo a la pelirosa entre las sombras, seguramente son asesinos profesionales, esperando el momento para atacar.

— ¿no se esta burlando de mí?— observa por todos lados, pero no hay nada.

— por lo visto no conoce la discreción, pero no bromeo. Venga.—

Uriel le toma la mano y la hace seguirlo hasta el jardín trasero, alejándose a una distancia donde ya no hay guardias, por supuesto estos les ven irse, pero saben que no es necesario seguir al príncipe heredero.

— ¿a donde vamos? ¿No estará pensando pedirme un favor sex*al? —

— ¿de donde saca esas ideas tan morbosas? —

— es que nos estamos alejando y no hay nadie que nos vea, usted es un hombre y yo una mujer hermosa y sexy.—

— mis gustos no son las niñas...—

Liliam se detiene y aparta la mano para pegarle un puntapié al azabache, quien se queja.

—¿por que hace eso? Quiero ayudarla y me ataca.—

— por decirme niña, para su información soy sensual, cualquier hombre sería afortunado de estar conmigo.— presume.

— claro, pero siga caminando, un poco más y...—

Antes de poder terminar de hablar, Uriel levanta la mano y cuando Liliam se da cuenta, este a sostenido una daga en su mano, que iba directamente hacía Liliam.

— pero que...—

Pronto se ven rodeados de varios hombres enmascarados, quienes se preparan para atacar con sus dagas y espadas, Uriel solo sonríe con burla.

— deben de estar tontos para atacar a un brujo con esos juguetes.—

— y a un demonio...— se señala así misma.

Los hombres de inmediato atacan, mencionando que deben capturar a la chica, Uriel rápidamente levanta una barrera para cubrirse a ambos y esta se expande empujando con fuerza a sus atacantes, lanzando a cada uno lejos de ellos. Los hombres se ponen de pie, solo para ver como Uriel se transforma en una feroz bestia de ojos rojos

Liliam también se asusta, si bien se va acostumbrando a ese mundo, apenas lleva poco tiempo y no sabía que los demonios podían transformarse en esa forma, los hombres aquello se notan asustados, ponen ante ellas sus espadas, pero sus manos tiemblan, saben que aunque corran alguno de ellos terminará alcanzando por dicha bestia, Uriel gruñe levemente y corre para atacar atrapando a uno del cuello, el cual desgarra con sus garras ante la mirada aterrada de los demás, Liliam se cubre el rostro con ambas manos, pero abre los dedos para ver, tres de esos hombres habían caído y uno de ellos aprovecha para sujetar a Liliam por detrás y coloca la daga en su cuello.

"Si vienes hasta aquí le corto el cuello." Menciona asustado.

Uriel da unos pasos hacia adelante, mientras que Liliam se ve tranquila.

"Nos iremos con la chica, si nos sigues la matamos."

Los hombres restantes se van alejando seguidos de aquel hombre que va jalando a Liliam, pero ella le pisa el pie con el tacón causando que se descuide y le sujeta la mano donde tiene la daga, aprovechando la posición para tirar del brazo por sobre su hombro y logra derribarlo, al tenerlo sobre el suelo lo patea.

— maldito cobarde, usarme de rehén ¿crees que a ese tipo le importó? Solo míralo ahí tranquilo...— señala a Uriel.

Y si, aquella bestia solo estaba sentado observando, los otros al ver la escena aprovechan para correr, deben alejarse de aquella bestia.

— ¿a dónde piensan que van bola de cobardes?— grita Liliam.

La chica comienza a correr tras ellos y para que no escapen, levanta una mano creando un círculo mágico el cual lanza un hechizo de hielo que les congela los pies, así puede alcanzarlos.

— muy bien, digan quien les envió...—

Liliam sujeta a uno y le da un puñetazo en la cara, al ver que no habla, le hace la misma pregunta,, pero este sigue querer hablar y la agarra del cabello, tirando de este hacia atrás, así que Liliam hace lo mismo y le sujeta del cabello.

— suéltame maldita loca...—

— tu suéltame delincuente de quinta...—

Uriel ya tenía forma humana y se acercó noqueando a los otros que quedaban, pero era divertido ver esa escena, ambos agarrados de las greñas sin querer soltarse.

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