Parte 8

-Por aquí ya pasamos para ir al cine ¿No?- preguntó Dam muy feliz de poder ver a tanta gente caminando cerca de ellos, y no me imagino cómo se hubiera puesto si estuviera paseando por la ciudad.

-Sí, me parece muy curioso que te acuerdes si solo viniste una vez-

-¿Cómo no podría recordarlo? Si fue uno de los días más felices de mi vida- dijo él muy emocionado viendo algunas cosas que antes no les había prestado atención, Eli sintió un cosquilleo en el estómago al escuchar esto, y al verlo rió con ternura porque le pareció que tenía unas actitudes muy lindas, cómo si él nunca hubiera estado en un lugar así; ella se puso a pensar que cada que podía visitar el lugar en las vacaciones miraba las calles exactamente igual que él, haciendo que le diera nostalgia y se le llenaron los ojos de lágrimas, trató de no llorar y creyó que el seguir hablando haría que se le olvidara eso momentáneamente.

-Me dijiste que sabes nadar, pero ¿También sabes surfear?-

-¿Surfear? No, soy terrible, ni siquiera tengo buen equilibrio para mantenerme de pie en una tabla-

-Si algún día quieres aprender te puedo enseñar- él la miró sorprendido.

-¿Tú sí sabes surfear? Eso sí que no me lo esperaba- Dam estaba entusiasmado por verla surfear aunque fuese una vez -sí, sería emocionante intentarlo-

-Bueno, debo advertirte que no soy tan buena como mi tía-

-¿Tu tia también sabe?- dijo él aun más impresionado.

-Sí, de hecho fue ella la que me enseñó, a mí y a mi hermana, pero Clara es una mejor alumna que yo-

-Vaya, a mi también me estaba enseñando mi tío...bueno no es mi tío, es el mejor amigo de mi mamá solo que como lo veía como un hermano mis hermana y yo lo llamamos tío…bueno era el mejor amigo de mi mamá- a Eli le dió demasiada curiosidad.

-Supongo que él también debe vivir por acá ¿No?- Dam se quedó pensativo.

-Se podría decir que sí-

-¡Entonces podríamos ir a verlo!- ella emocionada lo tomó del brazo pero él se plantó muy bien en el piso haciendo que por poco se cayera Eli.

-¡No!- ella lo miró y tenía una expresión de temor -es que en este momento no debe estar en su casa- Dam trató de disimular, pero a Eli le pareció una actitud muy extraña ¿Realmente no estaba su tío? actuó tan extraño, como si él no quisiera que se conocieran, muchas de esas cosas le pasaban a ella por la cabeza -mira ahí está el kiosko- dijo él señalando hacia el frente pues era una de las pocas cosas que conocía de la superficie, Eli volteo a ver y asintió, ambos se acercaron y disfrutaron del paisaje con mucha gente paseando, familias y parejas teniendo un lindo momento de convivencia; Eli tenía mucha curiosidad pero no sabía si debía preguntar, apenas se conocían y tal vez podría ser demasiado entrometido de su parte el indagar más al respecto y poder resolver sus dudas, pero no se quedaría con la curiosidad, en algún momento ella le preguntaría o volvería a sacar el tema si es que él no se lo llegaba a contar más adelante. Así que se quedaron en silencio mucho tiempo, hasta que ella no pudo con su hambre y tuvo que hablar.

-¿Crees que podamos ir a la repostería de mi tía? es que ya se me antojó algo- él asintió y fueron hacia allá. Al entrar él se quedó asombrado por la gran variedad de aperitivos que estaba viendo, era como si estuviera cenando en su castillo, solo que se veían más llamativas las cosas que estaban en esa tienda; Dam tomó un cupcake y lo iba a probar, pero luego recordó que se encontraba en un lugar distinto al mar y su reino, así que se detuvo y se acercó a la caja registradora.

-¿Cuánto sería por esto?- dijo él estando muy apenado por haber estado a punto de comerlo sin pagar -¿Tú no quieres uno?- le preguntó a Eli, la cual que estaba buscando a su tía con la vista.

-Claro- ella sonrió, por lo regular no hubiera aceptado, pero estaba demasiado hambrienta como para haber rechazado la oferta y había olvidado su dinero en la casa de su tía. Cuando Dam terminó de pagar los panes, la cajera se recargó en la barra donde estaba colocada la caja registradora.

-¿Eli buscas a tu tía?- dijo la cajera.

-Sí ¿Dónde está?- le contestó Elizabeth.

-Ah ella se fue hace como una hora, dijo que tenía muchas cosas que hacer- Eli la miró extrañada porque recordaba que su tía ya no tenía ningún pendiente en la casa, a menos de que se refiriera a la preparación de la comida o cena.

-Bueno gracias, entonces te dejamos- Eli le sonrió.

-Espera ¿Ese es tu novio?- Dam escuchó lo que dijo y se sonrojó.

-¡Ah no! él es mi amigo- dijo ella muy nerviosa llevándose a Dam hacia afuera, la cajera rió.

-Bueno, tal vez no lo sea pero estoy segura de que te gusta- la cajera dijo en cuanto cerraron la puerta de la repostería, después volvió a reír.

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