PARTE 7

Se la pasaron muy bien en ese lugar, a pesar de que solo vieron una película, disfrutandolo cada uno a su manera, Eli vió la cara de Dam llena de emoción, creyendo que era muy adorable; ella no dejó que él pagara, a pesar de que Dam había juntado dinero para poder salir en una ocasión así, se dieron prisa para poder ir a cenar a la casa de la tía Clarice.

-¡Tía ya llegamos!- gritó Eli abriendo la puerta de la casa, Dam entró muy apenado.

-Compermiso señorita- Dam se quedó quieto sin saber si podía entrar con los zapatos o qué debía hacer para poder entrar, por lo regular cuando quería entrar a las habitaciones de sus hermanas pedía permiso para poder pasar y cuando quería ver a su padre debía primero hacer una reverencia.

-Pasen, traje pastel ¿Quieren comer o solo cenar?- preguntó la tía Clarice con un mandil puesto. Dam pasó muy apenado, Eli miró a Dam esperando su respuesta.

-Esta bien la comida, gracias- dijo él en voz muy baja, nunca había estado dentro de una casa, quería mirar a todas direcciones y tocar las paredes, pero no podía hacerlo pues estaba seguro que lo mirarían raro.

-Bueno entonces será comida y postre- dijo Eli sentandose esperando la comida, la tía Clarice la miró con las manos en su cadera.

-No señorita, este no es restaurante- Eli suspiró con angustia y se levantó para colocar los cubiertos, Dam quería ayudar pero no sabía que hacer, solo se quedó parado y decidió preguntar antes de estorbar.

-¿En qué les ayudo?-

-En nada, solo lavate las manos, eres el invitado- le contestó la tía Clarice ¿Lavarse las manos? qué era eso -¡Ah perdón! puedes hacerlo aquí en la tarja, toma el jabón- Dam se acercó y se enjugó las manos junto con jabón y después se sentó sin secarse las manos, el resto de la noche fue menos estresante, pues era pollo rostizado, no necesitaba cubiertos más que para el pastel; cuando terminaron él se despidió y se marchó a su castillo, fue muy triste para ambos la despedida pero habían acordado verse al día siguiente, y se encontraron sin ninguna complicación en el risco a la misma hora.

-Hola, dime qué no llegué tarde- dijo Eli viendo de nuevo que Dam ya estaba ahí.

-No, soy yo el que termina llegando antes- dijo él un poco apenado.

-¿Quieres que está vez vayamos a caminar a la orilla de la playa?-

-No parece una mala idea, pero después de eso me gustaría que fuéramos a pasear entre la gente- Eli se quedó intrigada por la petición de Dam pero asintió.

-Claro, ahí podríamos comprar algún postre, mi tía tiene una tienda cerca del cine, más específicamente frente al kiosko del centro- dijo Eli muy feliz; ambos comenzaron a caminar por la orilla, Dam quería preguntar por lo que era una repostería pero creía que a ella le parecería absurdo. Se quedaron en silencio más tiempo de lo normal, pero ese silencio no era incomodo, era muy tranquilizante para ambos estar ahí escuchando el sonido de las olas en su constante vaivén; Eli se quitó los zapatos y se acercó más al mar, sentir en sus pies la arena que enterraba sus pies cuando se acercaba el agua la llenó de alegría, recordando la razón por la cual prefiere estar ahí que en la ciudad.

-¿Sabes nadar?- preguntó Dam interrumpiendo su satisfactoria experiencia.

-Sí- Dam asintió, y ella al darse cuenta que no siguió la conversación agregó -¿Tú sabes?- Dam sonrió.

-Soy muy bueno y muy rápido- después recordó que era de ese modo cuando tenía la coleta, pero con las piernas no estaba seguro de que tan rápido era, así que pensó que sería una buena idea comenzar a practicar el nado con piernas.

-¿De verdad?- dijo ella incrédula.

-Bueno, al menos eso es lo que yo creo- dijo él riendo.

-Me gustaría comprobarlo, así que un día tenemos que ir a la piscina- Dam la miró con extrañeza, ella no comprendió su reacción y estaba dispuesta a preguntarle cuando Dam cambió de tema.

-¿Qué otras cosas hay aquí? porque yo no conozco mucho- ella rió.

-No lo dirás en serio- cuando ella notó que Dam no bromeaba lo miró con extrañeza -¿Que acaso no vives por acá?-

-Sí y no- Dam no sabía cómo explicarle o si podría hacerlo.

-Ah ya entiendo, vives muy alejado de ese lugar pero es cerca así como mi tía ¿Estoy en lo cierto?-

-No salgo de mi casa más que para visitar la orilla de la playa- ella estaba atónita, así que lo tomó del brazo haciendo que a él le latiera el corazón rápidamente.

-Esto no se puede quedar así, entonces no solo iremos al kiosco, conocerás el lugar completo, conocerás todo Martippe- Dam ni siquiera se detuvo a pensar qué era eso que mencionaba, pero Eli se refería a la pequeña localidad que estaba cerca de la playa.

-¿Y sí nos dará tiempo de recorrer todo?- preguntó él cuando ella ya lo había soltado de la mano, caminando por las veredas y ella rió.

-Creo que estas haciendo muy grande al lugar, lo terminas de recorrer en unas cuantas horas caminando ¿Por qué crees que casi no hay autobuses y transporte público?- Dam cada vez estaba más confundido con las cosas que Eli mencionaba, trataba de memorizar lo más que podía los nombres de las cosas que no conocía, porque sabía que podría recurrir después a alguien conocedor de los humanos y su vida terrestre, así que la primer persona que se le vino a la mente era Fionn el que fue el mejor amigo de su mamá, pues estaba tan obsesionado con ellos que a Dam le parecía extraño que no hubiera hecho lo posible por ir a vivir a la superficie, por desgracia sí lo había intentado pero le trajo graves consecuencias.

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