Capitulo 12 – Ya te conocía

Esa noche llegó mi padre a mi habitación y se sentó en la cama para luego decirme que lo acompañara, me tomó de las manos y se notaba que estaba feliz, hasta me abrazó, cuando mi padre no suele ser muy cariñoso conmigo, solo en ocasiones especiales.

-Hija ¿Que te parecería casarte con Habib? – después de esas palabras se me vino a la mente las palabras de Habib en el parque

-Papá hasta no hace mucho se suponía que debía casarme con Tomi y ahora piensas que debo casarme con Habib, no entiendo el cambio y no quiero casarme con él ni con ningún otro – era la primera vez que me enfrentaba a una decisión de mi padre

-No está en discusión, si el quiere casarse contigo te casaras con él –

-Ni en un millón de años, primero me lanzo de la azotea de este hotel antes de casarme – no sé en que momento mi voz comenzó a aumentar de decibeles y luego lo que sentí fue una fuerte bofetada de mi padre que me lanzó al piso

-¡Eres una tonta si piensas que vas a vivir toda la vida bajo mi cuidado! – me tomó por la barbilla haciendo que lo mirara frente a frente – te vas a casar con el hombre que me genere mejores beneficios

-Se suponía que yo debía ayudarte con la empresa, que estudiaría para ser tu sucesora algún día – me levanté frente a él y no dejé que ni una sola lagrima saliera, ya no quería que nadie me viera derrotada

-Ni en un millón de años vas a dirigir mi empresa, ¿estás loca? No sabes dirigir tu vida mucho menos vas a dirigir mi empresa, ya hablaré con Habib y decidiremos que es lo que más te conviene – lo vi salir de mi habitación y sentía que mi vida se estaba derrumbando poco a poco

No salí de la habitación aquella tarde, ni en la noche, solo me senté en el balcón de la habitación a ver el mar, sentía que iban a unir de nuevo mi vida a un hombre del que no sabía nada y sentía miedo, mucho miedo, Tomi había sido mi amigo, mi novio, mi compañero desde niños y me había tratado como un trapo sucio, entonces que podría esperar de este hombre.

Eran las 9 de la noche y mi padre no dejaba de llamarme y de mandarme mensajes, luego de un rato, me llegó un mensaje de Habib diciendo que quería hablar conmigo, inmediatamente le dije que no, siguió insistiendo hasta que me dijo que confiara en él, hasta el momento él había sido sincero conmigo, así que solo quería saber como estaba y como me sentía.

Luego de terminar la conversación que tenía con Ignacio del centro de ayuda, le dije que sí que podía venir a la habitación, luego de unos minutos llegó y entró sin que tuviera que abrirle, vio mi expresión y me dijo que había pedido una llave en recepción con ayuda de mi padre.

-Tu padre está un poco molesto contigo por no haber bajado a cenar con nosotros, quería subir el mismo y bajarte a empujones – su cara demostraba preocupación

-Ya no me sorprende nada de nadie – vi que se acercó un poco y se puso serio

-¿Quién te golpeó?

-No hay diferencia últimamente todos los que dicen quererme me hacen añicos, así que ya no importa un golpe más un golpe menos –

-A mi si me importa y no te voy a decir que, porque te quiero, pero me importas – me acercó una bandeja con una hamburguesa, papas fritas y un refresco enorme

Mi estomago rugía y no podía ocultarlo, así que me comí todo y podía ver su mirada recorrerme, me sentía un poco incómoda y triste, no podía ser que un desconocido se preocupara más por mi que mi propia familia, a mi madre no la había visto en días y mi padre quería llevarme a rastras a comer con un hombre al que me quiere unir solo por dinero.

-¿Qué quieres de mí? Yo no quiero casarme contigo ni con nadie, yo solo quiero vivir mi vida y escoger así sea mal a la persona con quien compartir un día, unos años o el resto de mi vida –

-Yo no quiero nada de ti, para mi eres una niña, una niña notablemente hermosa y asustada que después de vivir en una burbuja ha descubierto lo cruel que puede ser el mundo y está respondiendo como una fiera herida atacando a todos los que están a su alrededor – sabía que tenía razón y escucharlo decirme esas cosas me hizo molestar más de lo que ya estaba

-Y según tu ¿qué debo hacer? Seguir detrás del hombre que me rompió en pedazos y no figurativamente o quedarme contigo que tampoco se quien ni como seas o rezar para que mi padre me consiga a un hombre que me trate bien y a quien pueda querer – me levanté de golpe y caminaba de un lado a otro, sentía como mi rabia surgía y ya no podía controlarme

-Creo que lo mejor es que me vaya yo no soy el culpable de tus desgracias como para tener que aguantarme tus gritos – estaba serio y vi cómo se dirigía a la puerta

-Esta bien, entonces voy a aceptar mi destino y aquí estoy para que puedas hacer negocios con mi padre y él se llene los bolsillos con mi sufrimiento – comencé a quitarme la ropa y no sé si era por la sorpresa de lo que estaba haciendo o que, pero no dejaba de verme de arriba abajo, estaba totalmente desnuda para él

-Chiquilla tonta – simplemente me abrazó y puso mi cabeza en su pecho, era la primera que no escuchaba esas palabras con un tono de recriminación, era más bien como con tristeza

-Si hubiera querido tener sexo contigo lo hubiera hecho el día que nos conocimos y no digo ese día en el restaurant, te vi hace más o menos un año en una fiesta con el imbécil de tu novio y transmitías tanta alegría y ganas de vivir que algo en mi solitario mundo se iluminó, por lo que fui yo quien busque a tu padre para hacer negocios con él quería volver a verte, quería hablar contigo, quería conocerte y esta no es ni una parte de la persona que conocí aquel día – mientras mi cabeza estaba en su pecho él me acariciaba, pero no era una caricia sexual era algo muy distinto

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