Hermosas Pesadillas

Hermosas Pesadillas

Primera Historia: Yuriel

Capítulo 01

 

En el centro del Gran Reino de Airis se encontraba una gigantesca Torre Mágica repleta de poderosos magos;

En la cima de ella había una imponente herramienta mágica que se encarga de cubrir el Reino entero con una barrera de maná, la cual era invisible a simple vista. Solo seres con cualidades mágicas avanzadas podían llegar a divisar los límites de la barrera.

 

El Reino de Airis era famosa por su defensa y por ser impenetrable ante ataques enemigos, todo gracias a ése enorme escudo que se encargaba de proteger el Reino de posibles amenazas, evitar que monstruos y enemigos se infiltren a sus tierras; pero para mantener la barrera activa durante las 24 horas del día, los 7 días de la semana y durante todo el resto del año, se requería una gran fuente de magia.

 

Y ésa fuente ilimitada de magia era una hermosa joven de cabellos dorados y ojos color carmesíes, era la Santa de la Torre... así la llamaban, una joven que de pequeña fue descubierta por el Santo obispo y obligada a estar confinada en lo más alto de la Torre, alimentando los cristales mágicos con su maná, los cuales almacenaban magia y se usaban después como fuente de energía para la barrera y el resto del Reino.

 

La Santa vivía en un gran invernadero que estaba en uno de los pisos de la Torre, ésa era su habitación y casa por el resto de su vida, no podía salir ni conversar con nadie, todos en la Torre evitaban en lo más posible tener contacto con ella, la chica pensaba que se debía a que podría lastimarlos debido a la gran cantidad de Maná que se generaba en su cuerpo constantemente, pensaba que si los cristales no absorbían su magia su cuerpo no podría contenerlo y provocaría un gran estallido de Maná, éste podría destruir hasta la mitad del Reino, por eso los magos preferían no acercarse a ella por precaución y también por miedo.

 

Ella lo entendía e intentaba ser lo más amable posible con dichos magos, en el corto tiempo en el que entraban a su "habitación" para traerle sus comidas y atenderla.

 

Ella sonreía como una niña inocente a pesar de haber cumplido su mayoría de edad, deseaba que alguno de ellos respondiera a su sonrisa y fuese su amigo, pero eso nunca pasó, todos los magos eran cautelosos y sobre todo miraban a la Santa con una mirada fría, a veces ella no podía evitar sentirse aterrada e incómoda por las miradas afiladas y la sensación de ser odiada por sus cuidadores, trataba de entenderlos, ellos tenían miedo de que su poder se descontrolara y llegara a matarlos junto a sus seres queridos, lo entendía... pero de todas formas se sentía injusto.

 

Vivió encerrada en ésa Torre toda su vida, dentro de esas cuatro paredes, la única conexión que tenía con el mundo exterior era una ventana en lo alto de su habitación, en donde podía ver las golondrinas pasar volando y posarse para burlarse de ella quien se encontraba cautiva, y que jamás podría volar y escapar de ése lugar, el cuál se sentía como una enorme jaula.

 

La chica cerraba los ojos y se imaginaba como se sentiría estar afuera de la torre, corriendo en bastos prados con los pies descalzos, sintiendo la hierva bajo sus pies, el suave viento meciendo sus hermosos cabellos dorados y el sol radiante brillando sobre ella; corriendo y corriendo hasta llegar a un calmado río en donde podría refrescarse, un lugar sin límites, sin paredes... eso quería, libertad.

 

Pero ese parecía ser un sueño imposible, inalcanzable... ya que si salía de la Torre el Reino se quedaría sin barreras de protección y mucha gente estaría en peligro, además del hecho de que no podría vivir por mucho debido a la acumulación de Maná en su cuerpo, así que lo que soñaba la inocente joven era imposible.

 

__Bien, ¡¡éste día voy a lograrlo!!__

 

Dijo la chica motivada apretando los puños con entusiasmo, se dirigió hacia uno de los muros de piedra y miró la ventana a lo alto, podía ver las golondrinas revoloteando por el lugar y el hermoso cielo azul que mostraba la libertad que tanto anhelaba.

 

__Bien, ¡puedes hacerlo!__ (motivaba)

 

Ella sabía que no podría escapar por la ventana ya que su habitación estaba en lo más alto de la Torre, pero por lo menos quería ver el mundo que se escondía detrás de las paredes, quizás vería otros animales que no sean aves y árboles diferentes a los que había en el invernadero, casas y edificios enormes como había visto en las ilustraciones de los libros que los magos le traían para que la joven pudiera distraerse, gente riendo y con variadas expresiones, no como los magos de la Torre que siempre se veían serios y aterradores.

 

La chica escaló la pared sujetándose por las grietas, ésa zona era la única sin enredaderas ya que las había arrancado todas sin querer las veces que trato de escalar y fue un fracaso tras otro.

 

__Me falta poco...__ (esforzándose)

 

Y justo a pocos centímetros de llegar su pie se resbaló y volvió a caer, su trasero golpeó fuertemente el suelo.

 

__ ¡Ay! Casi lo logro~__ (berrinche)

 

__No sabía que la Santa de la Torre fuera una mujer tan extraña__

 

La chica volteó rápidamente al escuchar una voz desconocida, sus ojos se asombraron al ver a un niño mirándola con un rostro inexpresivo, el niño tenía la piel bronceada, un cabello rojo muy oscuro y sus ojos eran dorados como el oro.

 

__Qué niño tan hermoso... __ (asombrada)

 

El niño arrugo un poco el rostro, no le gustaba que le recordarán que era un niño, porque lo hacía sentir inferior.

 

__ ¿¡Por qué hay un niño aquí!? ¿Te escapaste de tus Padres, pequeñín? (Sonríe)

¿Debería llamar a alguien?__

 

Dijo la joven con voz amable mientras trataba de revolver sus cabellos, el niño enfureció y apartó su mano de un manotazo antes de que ella tocara su cabeza.

 

__ ¡Qué insolente!__ (furioso)

 

El niño lanzó una mirada amenazante, ella se asustó un poco y retrocedió.

 

__S-solo intentaba ser amable... es la primera vez que veo a un niño, la mayoría de los Magos son bastante mayores... Así que me emocioné un poco, lo siento__ (apenada)

 

El niño se dio cuenta de que había exagerado un poco, le habían dicho que tuviera cuidado con ella por lo que estuvo en guardia y era muy cauteloso, pero la supuesta "Santa" resultó ser bastante normal, pensó el pequeño mientras la observaba detalladamente de pies a cabeza.

 

《Ojos rojos...》

 

Pensó el pequeño al ver los brillantes ojos de la joven que eran similares a dos gemas preciosas.

 

__Me disculpo, aún no me he presentado.

Mi nombre es Adrián Lion von Airis, Príncipe Heredero del Reino y vine a la Torre por órdenes de mi Padre, el Rey.

Es un honor conocerla, Santa__ (reverencia)

 

La joven se exalta al oír que el Pequeño era el Príncipe Heredero y rápidamente hace una reverencia.

 

__Saludos al pequeño Sol de nuestro Reino, el Príncipe Heredero.. Me disculpo por tal descortesía, ¡he cometido un grave error, Alteza!__

 

《Quién iba a saber que alguien de la Familia Real me visitaría, ¡nunca nadie lo ha hecho en toda mi vida!》

 

__Descuide, yo también fui muy precipitado. Me disculpo.__

 

Ella estaba muy impresionada, el pequeño era muy maduro para ser un niño, la forma cortés de hablar y su comportamiento, todo era tan perfecto...

《¿Así eran todos los nobles? 》

Pensó y se avergonzó un poco de su pobre etiqueta.

 

__ ¿Qué lo trae hasta la Torre, Alteza?__ (sonríe)

 

El niño no podía revelar las verdaderas razones por las que el Rey lo había enviado, ya que la chica no sabía que en realidad ella no era un humano.

__ ¿Qué lo trae hasta la Torre, Su Alteza?__

 

Preguntó la chica con una sonrisa inocente.

 

El niño no se dejó engañar por su inofensivo aspecto y rostro inocente, estaba acostumbrado a que las personas a su alrededor sean amables con él hasta el punto de besar sus pies, para luego intentar sacar alguna clase de beneficio.

 

__El Rey me encargó observar a la Santa, me pidió que le llevara un informe con respecto a sus necesidades y ver que todo se encuentre bien en tanto a su salud.__

 

Ella no le creyó al pequeño Príncipe, ya que todos los días los magos venían a su habitación para ver si todo estaba en su lugar, si todo funcionaba como era debido y un médico le hacía un chequeo una vez por semana, por lo que la chica pensó que lo habían mandado a vigilarla para que no intentara escapar.

 

Pero a ella no le importó ya que tendría compañía.

 

__Entonces, ¿el Príncipe vendrá a visitarme a partir de ahora?__ (sonríe)

 

__ ... Si, hasta que compruebe que todo esté bien__

 

La chica saltó emocionada, estaba feliz porque tendría alguien con quién conversar que no sean los pájaros y los árboles.

 

__Estaré a su cuidado a partir de ahora, Alteza__ (sonríe)

 

__ ... si, será por un tiempo espero que sepa comprenderlo__

 

__Por supuesto! Puedes venir cuando quieras__ (contenta)

 

El niño no entendía la emoción de la mujer, así que solo la ignoró.

 

...

 

Adrián Lion von Airis de 10 años.

Es el segundo hijo del Rey, primer y único hijo de la actual Reina.

 

Tiene un hermano bastardo, Héctor Leonor von Airis que es dos años mayor, el cual es hijo de una plebeya por lo que el título de Príncipe Heredero lo obtuvo el segundo Príncipe.

 

La madre de Adrián y actual Reina, era una persona ambiciosa, severa y muy obsesiva, quería que todo saliera de acuerdo a sus deseos, todo debía ser perfecto ante sus ojos y eso incluía a su propio hijo.

 

Adrián creció bajo estricta tutela, apenas comenzó a hablar y a dar sus primeros pasos comenzó a tener clases para convertirse en el futuro Rey, un libro en su mano y la espada en la otra... no existían descansos, mucho menos tenía el apoyo y afecto de sus Padres los cuales apenas veía.

 

Desde muy pequeño sabía cuál era su deber, el propósito por el que había nacido y ése era orgullecer a su Madre y no decepcionar a su Padre, hasta el momento en el que se convirtiera en el Rey de Airis y su deber fuera gobernar hasta sus últimos días como su Padre.

 

El pequeño regresó al Palacio después de la breve visita a la Torre Mágica, el día de hoy solo había ido a informarle al Jefe de los Magos sobre la orden y a ver el rostro de la mujer que debía vigilar.

 

Bajó del carruaje y se dirigió al gran salón, las enormes puertas se abrieron anunciándole al Rey que el Príncipe había regresado.

 

El niño caminó hasta los pies del Trono e hizo una reverencia.

 

Adrián

__Estoy de vuelta, Majestad__

 

Rey

__Bien, mi hijo.. El Príncipe Heredero.

Dime, ¿viste a la Santa?__

 

Adrián

__Si, Padre.. Parecía bastante inofensiva__

 

Rey

__No te dejes engañar por su aspecto, en su cuerpo corre sangre de Demonio.. __

 

Adrián

__Estoy informado al respecto, pero los Demonios han estado tranquilos los últimos años__

 

Rey

__Aunque parezca que se hayan calmado no significa que no volverán a atacar, te engañan con sus hermosos rostros pero en realidad son bestias sedientas de sangre que esperan el momento para clavarte sus garras, no bajes la guardia__

 

Adrián

__Entiendo, seré precavido__

 

Rey

__Recuerda que tu deber es vigilarla, si hay algún problema con respecto a su comportamiento infórmalo de inmediato.. Si es necesario la encadenaré en una celda para que no cause problemas__

 

Adrián

__Entendido, haré lo que ordene.. Padre__

 

Rey (sonríe)

__Bien, sabía que podía dejarle éste asunto a mi querido hijo__

 

El niño se despidió con una reverencia y salió del salón del Trono, cerca de la entrada un hermoso niño de cabellos castaños y ojos color dorados corrió hacia él con una expresión preocupada.

 

Héctor

__Adrián, ¿estás bien? Escuché que fuiste a la Torre de Magos... __

 

Adrián

__Fui a ver a la "Santa"__

 

Aunque su Madre odiaba a Héctor, a él le daba igual... era una existencia insignificante ante sus ojos, mientras no se interpusiera en su camino no le importaba en lo absoluto lo que hiciera su medio hermano.

 

Héctor (preocupado)

__ ¿¡Fuiste a verla!? Escuché que ella es- __

 

Adrián le cubrió la boca y miró con ojos fríos.

 

__Sabes que solo los magos y algunas personas están al tanto de eso, ten cuidado o le causarás problemas a nuestro Padre__

 

El niño retiró su mano lentamente.

 

Héctor

__Lo siento, seré más cuidadoso...

Adrián, ¿estás bien? ¿No estás herido?__

 

Adrián

__Estoy bien__

 

Héctor (Aliviado)

__Entonces ¿qué te parece si comemos algo juntos? Tu hermano ordenó que prepararán deliciosos bocadillos para ti, incluso hay tarta de fresa, es tu favorito. __ (sonríe)

 

Adrián

__ ¿No tienes nada más que hacer?

Si quieres perder tu tiempo hazlo, pero no me arrastres contigo__ (furioso)

 

Héctor

__L-lo siento... pensé que ya habías terminado todas tus clases, incluso le pregunté al Jefe de mayordomos.. Perdóname Adrián, tu hermano cometió un error__ (apenado)

 

Adrián (frío)

__Solo tomé un par de clases en la mañana, el resto se suspendieron porque debía ir a la Torre, pero eso no significa que no deba estudiar... no lo entenderías ya que solo asistes a tres clases básicas...

Y ¿por qué sigues actuando como mi hermano mayor? Es molesto__

 

Héctor (avergonzado)

__ ... Porque aunque Adrián no lo quiera yo... sigo siendo tu hermano mayor y no puedo evitar preocuparme por ti, Te quiero mucho Adrián__ (sonríe)

 

Adrián (frío)

__Tonterías... no te considero mi hermano.__

 

Adrián se marchó dejando al pequeño Príncipe con una triste expresión, su Madre quien era una sirvienta en el Palacio había sido envenenada por la Reina pero el Rey nunca la castigó, sino que ignoró por completo el tema ya que solo se trataba de una humilde sirvienta con la cual tuvo un corto "encuentro", Héctor tuvo que crecer solo bajo el cuidado de algunas mucamas que no lo trataban del todo bien y con el miedo constante de ser asesinado como su pobre Madre por la Reina, su Padre fingía que no existía y la única esperanza que tenía era que su hermano menor, quién si tenía poder y en el futuro se convertiría en Rey, lo protegiera o por lo menos no lo viera como una amenaza.

 

__Hoy tampoco me fue bien__

 

Dijo el pequeño forzándose por sonreír.

 

...

 

Adrián camino por el pasillo hasta llegar a la habitación de la Reina, tragó saliva y llamó a la puerta.

 

__Madre, he regresado__

 

No hubo respuesta, pero después de un momento la puerta se abrió.

 

La mujer miró con ojos fríos al niño haciéndolo temblar, entonces una falsa sonrisa se formó en sus labios rojos.

 

__Entra, mi querido hijo... __

 

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Comments

Leila Amstrang

Leila Amstrang

Cariño yo te amo

2024-05-09

1

Mariel

Mariel

Veo que si sigues escribiendo, eso me da micha alegria jeje entonces será que podrías darnos un final en la historia de: por que siempre soy la villana, quedo en el mundo paralelo de Amelie (o como se llame)

2023-04-18

3

Gisela Clemente Quispe

Gisela Clemente Quispe

por fin volviste escritora se te extrañaba tus novelas son hermosas ojalá termines la historia de Amelie

2023-03-25

3

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