¿Morí?
¿Estoy muerta?
Me siento mal por haber dejado atrás a mi querido Adrián... ni siquiera pudimos arreglar bien las cosas, lo siento... Por no poder cumplir nuestra promesa... perdón por no poder estar a tu lado por siempre, lo siento tanto Adrián.
¿Me hubiese gustado ver aunque sea por una sola vez el rostro de mis Padres, de mis hermanos... como lucían? Qué clase de personas eran? A caso ellos me amaban? ¿Eran aterradores? ¿Se parecían a mí?
Ahora nunca lo sabré.
Padre... Madre... Hermanos... yo de verdad deseaba poder volver a Casa. (Lágrimas)
...
__Ah... Yuriel, mi dulce Yuriel... mi tesoro, por fin estás de vuelta.__ (sollozo)
¿Huh? ¿Quién me llama?
¿De quién es ésa voz tan dulce?
*Abre los ojos*
Estaba en una habitación extraña que jamás había visto, con muebles lujosos y un enorme candelabro que colgaba sobre el techo.
Por alguna razón mi cuerpo estaba cubierto por una suave manta y se me dificultaba mover mi cuerpo.
¡Espera!
¿¡Por qué soy tan pequeña!?
Mis manos eran diminutas y no podía hablar.
¿¡Me había convertido en un bebé!?
__Yuriel... Cariño, por fin regresaste a los brazos de tu Madre... mi pequeña por fin está en casa.__ (lágrimas)
Una mujer desconocida me llamaba por mi nombre.
¿Cómo es que sabes mi nombre?
Mire hacia la mujer la cual era muy hermosa, su largo cabello dorado como hilos de oro yacían sobre la cama como un fino velo y sus ojos brillaban como joyas con un intenso azul marino, era realmente una belleza… una Diosa.
Gire mi rostro hacia un costado para evitar quedarme ciega debido a la deslumbrante belleza de la mujer y junto a la cama vi a un hombre aterrador, mis ojos hicieron contacto con los suyos, su mirada era fría y su rostro daba mucho miedo, aunque ésta persona también era extremadamente hermosa... sus ojos eran de un color rojo y brillaban como dos rubíes, su cabello era largo y de un negro muy intenso, podía sentir un Maná muy oscuro que provenía de su interior, un poder aterrador e inmenso.
Me dio escalofríos.
*Cof Cof Cof*
La bella mujer que me cargaba entre sus delgados brazos comenzó a toser sangre, quedé en Shock.
El hombre aterrador se sorprendió y se acercó rápidamente a ella muy preocupado.
__ ¡Elise! Amor... ¿cómo te encuentras? No deberías esforzarte, tu cuerpo está muy débil después del parto.__ (preocupado)
La mujer sonrió con ternura.
__Estoy bien, Cariño... nuestra hija está de regreso, es Yuriel. Mírala Zeker es nuestra amada Yuriel, por fin volvió a nuestro lado__ (emocionada)
El hombre arrugó el rostro, pensaba que su esposa estaba delirando.
__No es Yuriel, Cariño... ella está muerta. __
La mujer se quedó callada por un momento y se recostó sobre la cama, entonces volvió a sonreír y acarició mis mejillas con ternura, me sentía muy rara... ¿ella era mi Madre?
__Yuriel, Mamá siempre esperó por ti... siempre... mi dulce... niña.__ (sonríe)
De repente las manos que me acariciaban con tanta ternura dejaron de moverse y sus ojos se apagaron, poco a poco sentía como mi cuerpo se resbalaba de entre los brazos de mi bella Madre, los cuales se habían quedado sin fuerza, cerré mis ojos pensando que iba a caer al duro suelo, cuando de repente el hombre aterrador me cargó entre sus brazos.
Los ojos fríos que me miraron me hicieron helar la sangre por completo.
__Su Majestad, la Reina ha muerto...__
Dijo muy asustado el abuelo que parecía ser un médico.
El hombre aterrador tenía una expresión sombría en el rostro, aunque permaneció en silencio podía sentir como el aire de la habitación se hacía cada vez más densa y las luces comenzaban a parpadear debido a la corriente de Maná que estaba siendo expulsada sin control.
El hombre guapo que al parecer se trataba de mi Padre estaba realmente triste y a la vez furioso, podía verlo fruncir el ceño y arrugar la boca mientras pequeñas gotas de lágrimas caían por sus hermosos ojos.
¿Qué tan grande era su dolor?
__Padre, por favor guarda la calma... podrías lastimar a la niña.__ (serio)
Una persona del cuál no me había percatado salió de entre las sombras, me sorprendió mucho ver que era una versión más joven de mi supuesto Padre, el chico de acercó para calmar al tipo furioso y que no causara un desastre, ya que parecía que destruiría la habitación en cualquier momento.
Mi Padre me miró un poco más calmado, pero para mí seguía siendo aterrador... su expresión podía asesinar a alguien si quisiera, quería llorar pero tenía miedo de que los fuertes brazos que me sostenían me estrujaran hasta quedar solo un puré de carne y huesos.
__La salud de la Reina era muy delicada, las probabilidades de que ambas sobrevivieran eran pocas, casi nulas… aún sabiendo el riesgo, la Reina decidió tenerla.__
Dijo la réplica del hombre aterrador pero guapo, dicho hombre tenía los ojos puestos en mí… esos ojos brillantes como los de una bestia salvaje, sentía que quería devorarme, pero después de unos minutos de un silencio sepulcral por fin abrió la boca.
__Yuriel... __
Si, ése es mi nombre... ¿cómo es que lo sabes?
Pensé en mi mente ya que no podía hablar.
__Padre, ése nombre...__ (preocupado)
__Elise la llamó así, no puedo solo ignorar eso... será el último capricho que podré concederle a la mujer que amo, Yuriel Elizabeth de Bahar ése será tu nombre a partir de ahora, mi hija...__ (serio)
Yuriel Elizabeth de Bahar… así me llamare a partir de ahora, Bahar… ¿Por qué me suena tan familiar?
~♡~
Pasaron algunos días y en todo ése tiempo no volví a ver al hombre aterrador y a su hijo, más bien a mi Padre y a mi hermano mayor.
Estaba claro que había renacido, pero en dónde me encontraba?
¿Acaso estaba en otro mundo o era el mismo en el cuál había muerto?
Además, ¿porqué mi Madre sabía el nombre que me dio Adrián cuando era una Santa?
Yuriel Elizabeth de Bahar... Bahar... me suena extrañamente familiar, pero no logro recordar, nunca fui muy buena recordando nombre de personas, lugares y fechas.
__Princesa, su comida está lista__ (sonríe)
Era Leila, la criada que cuidaba de mí y me daba leche deliciosa, ella era muy amable conmigo y además siempre decía que era una bebé muy linda. En ésta vida mi cabello sigue siendo rubio y mis ojos rojos, bueno supongo que el cabello lo heredé de mi Madre que parecía un Ángel y los ojos rojos de mi Padre, que parece el mismísimo Diablo… es una pareja muy extraña, es raro tener la misma apariencia de mi vida pasada… será una coincidencia?
Por cierto, el hombre aterrador es un Rey y eso me convierte a mí en una Princesa, además de que al parecer soy la única niña en la familia, aún no sé cuántos hermanos tengo ni cuál es la situación familiar aquí, ya que soy un bebé que acaba de nacer y por supuesto no puedo preguntarle a nadie, tendré que descubrirlo más adelante.
Mientras bebía tranquilamente mi leche, el rostro de Leila palideció…
Rápidamente se puso de pie e hizo una reverencia con mucho cuidado ya que me estaba cargando en brazos.
__Saludos a su Majestad, el ¡Gran Rey Demonio!__ (asustada)
*Escupir su leche*
¿¡R-rey Demonio!?
¿¡Acaba de decir Rey Demonio!?
Ahora lo recuerdo "Bahar" es el apellido de la Familia Real del Reino de los Demonios, Verzeine.
Entonces éste hombre es mi verdadero Padre... el ¡Rey Demonio!
La persona que me buscó por 15 largos años, no puede ser… estoy soñando? estaba de regreso con mi familia… Había vuelto a Casa...
*Lágrimas*
__ ¡Ah! Princesa, ¿¡qué sucede!?__ (preocupada)
Rey
__ ¿Qué le pasa?
¿Por qué mi hija comenzó a llorar de repente?__
__No lo sé, Majestad... quizás la Princesa se asustó__ (nerviosa)
Rey
__Se asustó... ¿de mí?__ (preocupado)
__La Princesa vio a su Majestad una sola vez, por lo que no debe recordarlo y se sorprendió… No se preocupe Majestad, pronto se acostumbrará__ (nerviosa)
Rey
__ ... Dámela__ (serio)
Leila me pasó con cuidado a mi Padre, quién me cargó entre sus musculosos brazos.
Creí que sería algo brusco pero me sostuvo como si fuera una muñeca de cristal.
Él me observó con el mismo rostro inexpresivo de antes, pero me di cuenta que en realidad sus ojos eran muy cálidos... Extendí mis pequeñas manos para tocar su rostro, él parecía sorprendido y entonces me acercó más a él para que pudiera alcanzarlo, cuando mis manos tocaron su mejilla mi Padre sonrió.
Ah... ésta persona en realidad me quiere mucho...
*Felíz*
...~♡~...
Han pasado casi dos meses desde que renací, durante ése tiempo mi Padre me visitó muy a menudo, en ocasiones me llevaba a su oficina e incluso me leía cuentos para dormir, resultó ser un Padre muy cariñoso a pesar de su apariencia aterradora, a parte de mi Padre y del hermano que vi al llegar aquí por primera vez, no he visto a nadie más… se supone que en total tengo cuatro hermanos, pero no veo rastros de ninguno de los otros tres.
Aunque a veces puedo sentir que alguien me observa por las noches desde la puerta, su mirada penetrante me causa escalofríos pero no creo que tenga intenciones de hacerme daño, más bien parece que me estuviera vigilando… aun así es demasiado aterrador que venga solo por las noches y se quede en silencio observándome desde la oscuridad, quizás solo sea uno de los guardias, aunque su Magia es realmente inmensa.
Estaba acostada sobre mi cuna bebiendo mi biberón, Leila había sido llamada a la cocina y por eso me encontraba sola en mi habitación, escuché unos susurros en el pasillo y unos ligeros pasos que se acercaban, la puerta de repente se abrió y dos niños pequeños entraron a mi cuarto… cabello plateado y cabello negro, ojos brillantes como gemas de un color rojo intenso… eran realmente lindos, ¡Muy lindos! Estos niños de seguro son…
__Rael, Papá dijo que no podíamos entrar aquí… la bebé es aún muy pequeña, además es mitad humana y los humanos se enferman muy fácilmente, deberíamos irnos.__
Dijo preocupado el niño adorable de cabellos oscuros que parecía tener unos 5 años de edad, esos ojitos rojos y ésa expresión seria no me engañan, por su apariencia estaba segura de que este niño era hijo del Rey Demonio, es decir mi hermano.
El niño más pequeño con ojos de cachorro hizo un puchero, sus mejillas se hincharon y se volvieron de un lindo tono rosa, frunció las cejas y hablo con voz de bebé.
__No quiero, ¡quiero ver al bebé!__
A diferencia del otro niño, el más pequeño tenía un cabello muy claro que parecía casi transparente, era un hermoso plateado muy brillante pero sus ojos eran iguales de carmesíes… eso se debe a que todos los Demonios tiene los ojos de ese color rojo como la sangre, no lo sabía hasta que llegue aquí… en mi anterior vida no lo sabía, creía que el color rojo de mis ojos era algo normal.
__Arelis, Rael… ¿Qué hacen aquí?__ (frío)
Alguien más entro a mi habitación, era el hermano mayor que vi la primera vez y detuvo a Papá, en los dos meses que había llegado nadie me visito pero el día de hoy estaba teniendo una gran reunión.
El rostro de ambos niños palidecieron, parecían tenerle miedo a este hermano mayor quién era una copia exacta de Papá, quizás por eso ya no lo encuentro tan aterrador.
__H-hermano Raizer… nosotros__
__ ¿Acaso no se les dijo que no podían entrar aquí?__ (serio)
__L-lo escuchamos… pero Rael__
El hermano mayor y tenebroso miro al niño más pequeño quien parecía estar a punto de llorar, sentía mucha pena ya que ambos niños eran realmente lindos y no quería que los regañaran solo por venir a verme, así que use todas mis fuerzas para ponerme de pie y cuando logre hacerlo me apoye contra las barandillas de mi cuna, entonces mire hacia ellos y comencé a reír muy emocionada, los tres voltearon a verme.
__ ¿Qué le sucede a Yuriel?__
Preguntó el niño más pequeño con rostro inocente.
__Por culpa de ambos se volvió rara, llamare al médico. __ (serio)
¿¡Qué!?
¿¡A quien llamas rara!?
¡Estoy tratando de ser linda ahora mismo, ustedes son los raros!
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