Capítulo 16
En el Reino de Airis.
Adrián había crecido formidablemente, era uno de los caballeros más fuertes de todo el Reino, en el dominio de la espada y en términos de fuerza nadie podía compararse a él, pero en cuanto a disciplina no era uno de los más obedientes, sino que todo lo contrario, era rebelde, grosero y muy violento, no respetaba a sus superiores y siempre recurría a la violencia, nadie podía controlarlo era como una gran bestia salvaje que hacía lo que quería, al único que obedecía era al Rey y a la única persona a la que le temía era a su Madre, la Reina.
El problemático Príncipe pasaba sus días en el campo de entrenamiento, destrozando los maniquíes de madera que se usaban para la práctica con la espada, Adrián los hacía trizas sin esfuerzo alguno, los demás caballeros lo veían aterrados y lo comparaban con un monstruo, él podía escuchar sus maliciosas palabras pero no le importaba en lo absoluto, era normal que la gente lo llamara monstruo, ya que se había acostumbrado a las malas lenguas y a las miradas desagradables que la gente a su alrededor le daban.
A pesar de éso la apariencia del Príncipe era todo un espectáculo, un cuerpo fornido con músculos bien marcados, limpio sin una sola cicatriz, un cabello rojo como el fuego, ojos de un brillante color dorado y el rostro más bello de todo el Reino de Airis, de no ser por su personalidad tan hostil y brusca, las doncellas harían filas porque Adrián les dedicara una mirada. Aún con esa personalidad tan retorcida habían muchas jóvenes que les gustaba lo salvaje del Príncipe y lo anhelaban en silencio.
Adrián golpeó con fuerza su espada en el maniquí de madera destrozandolo completamente, su cabello rojo se sacudía con el viento y sus hermosos ojos brillaban con el ardiente sol, las gotas de sudor rodaban por su torso desnudo recorriendo sus grandes pectorales y marcados abdominales, era un deleite para las sirvientas que lo espiaban en secreto descuidando sus deberes.
De repente alguien se acercó al feroz Príncipe sin temor alguno, los ojos afilados de Adrián se pusieron en alerta como los de un Tigre.
Héctor sonrió amablemente.
__Pareces un animal salvaje, siempre estás en alerta__
Adrián
__Te vuelves más valiente cada año o es que ya te da igual morir?__
Héctor
__No es que sea valiente, solo sé que no me matarías… o acaso estoy siendo muy confiado?__
Adrián
__Huh… Y porqué crees que no te mataría?__
Héctor
__Porque somos hermanos?__ (inocentes)
Adrián suelta una carcajada.
__Sabes cuántos hermanos a lo largo de la historia se han asesinado el uno al otro por poder? Crees que tú y yo somos diferentes?__
Héctor
__A diferencia de esos supuestos hermanos yo no deseo poder alguno, te lo he dicho antes y te lo diré ahora, el título de Padre.. no lo quiero.__
Adrián
__Mentiroso.__
Héctor
__Sabes que no miento. __ (sonríe)
Adrián
__Tsk! Bastardo loco.__
Héctor se ríe.
__Sí, ése soy yo! Tu hermano el Loco bastardo__
Adrián
__A qué has venido? Solo a fastidiarme y ponerme de malhumor?__
Héctor
__Siempre estás de malhumor ya sea que venga o no a verte, pero no, no vine a molestarte. Escuché que Padre hará que te cases con Lady Katherine__
Adrián
__Y quién es ésa Zorra?__
Héctor
__No es educado llamar "Zorra" a una dama… pero es la hija mayor del Duque de Brent, como sabes el Duque de Brent posee la mayor fuerza militar de todo el Reino, Padre debió pensar que sería adecuado casarte con Lady Katherine para fortalecer los lazos entre ambas familias.__
Adrián
__Ja! No me interesan para nada los asuntos políticos, si cree que me casaré con ésa Zorra que espere hasta que su viejo trasero se pudra en ése asqueroso trono.__
Héctor
__Eres capáz de desobedecer las órdenes del Rey?__
Adrián
__Qué hará ese anciano? Mandar a que me ejecuten? Quitarme la posición de Príncipe? O encerrarme en una Torre por el resto de mi asquerosa vida?__
Héctor
__ Padre no haría nada de eso… creo que no, vamos no debería, ya que eres su hijo legítimo.__
Adrián
__Ése viejo cerdo es capaz de éso y más, no tienes idea de las atrocidades que es capáz de hacer ése hombre al que llamas "Padre"__
Héctor guardó silencio un momento, era obvio que su hermano aún no podía superar lo que había pasado hace 10 años, sabía que aún pensaba en la "santa" a quién él nunca llegó a conocer, ni siquiera ver un retrato de como lucia el rostro de la mujer que su hermano tanto amaba.
__Padre te mandará a llamar en éstos días, para hablar sobre el tema del matrimonio… será mejor que pienses bien lo que dirás, solo quería advertirte para que estuvieras preparado.__
Adrián
__Te lo he dicho muchas veces, no necesito ningún favor de tu parte… así que preocúpate en como parecer un buen Príncipe y mantener a ése cerdo que llamas "Padre" orgulloso, no te metas en mis asuntos o te mataré.__ (furioso)
Héctor suspira, ya se esperaba ésa respuesta.
__Me iré antes de que te enojes más, pero ten en mente lo que acabamos de hablar… entonces, tu hermano se marcha ahora.__ (sonríe)
Cuando Héctor abandonó el patio de entrenamiento Adrián tomó su espada y cortó en dos partes un pilar de madera que sostenía el techo de la armería, ésta se desplomó ya que sus cimientos estaban hechas de vieja madera.
Por suerte ésa zona no estaba conectada a ningún edificio principal.
Adrián guardó su espada y se marchó del lugar muy furioso, camino a su habitación las personas se apresuraban en evitarlo para no meterse en problemas, cuando estaba en ése estado era normal que el salvaje hombre destruyera lo que se cruzara en su camino y todos querían evitarlo lo más que pudieran, no existía fuerza en el mundo que pudiera tranquilizar al monstruoso Príncipe Adrián.
…
Unos días más tarde tal y como le había dicho Héctor, el Rey mandó a llamar a Adrián al salón principal.
Adrián fue a encontrarse con su Padre, cuando las gigantescas puertas del gran salón se abrieron el Príncipe vio en el lugar a su viejo Padre, sentado como siempre en ése brillante trono que tanto adoraba, frente a él estaba un hombre adulto de unos 40 años y también una joven de cabellos castaños y ojos brillantes como esmeraldas, llevaba puesto un vestido violeta bastante llamativo que a Adrián le pereció de muy mal gusto.
Adrián hizo una corta reverencia y saludó cortésmente al Rey.
Rey
__Príncipe Adrián, me alegro de que hayas venido, tengo buenas noticias para tí. Él es el Duque de Brent y ella es su hija, la señorita Katherine Solange de Brent. Hemos decidido que ambos se casarán, será un matrimonio político que unirá a ambas familias. No estás felíz, Príncipe Adrián? Después de tantos años por fín serás útil. __
Adrián observó a la chica de pies a cabeza con una mirada desinteresada, después de terminar de verla soltó una carcajada y miró al Rey con ojos llenos de arrogancia.
__Quieres que me case con ésta fea y extravagante mujer que ni siquiera sabe de qué manera llamar la atención, es una broma?__
El Duque de Brent arrugó la cara muy enojado por el insulto del Príncipe hacia su hija.
__Qué insolencia!! Majestad, no toleraré tales faltas de respeto hacia mí preciosa hija.__
Rey
__Príncipe Adrián, discúlpate ahora mismo!!__ (furioso)
Adrián
__ O qué, Majestad?__ (amenazante)
Rey
__O ya no voy a considerarte uno de mis hijos.__
Adrián
__Más que una amenaza, más bien parece una recompensa.__ (sonríe)
Rey
__Haz vivido con mucha libertad durante todos éstos años, una libertad que yo te di pero que también puedo quitarte. Príncipe, piénsalo una vez más… de verdad quieres desobedecer al Rey? Responde.__
Adrián
__ … No pienso casarme. Ni con ésa mujer, ni con nadie. Es mi última respuesta.__
El Rey observó a su hijo muy decepcionado.
__Bien, conste que te di una oportunidad. ¡Magos y caballeros de Airis! capturen al Príncipe Adrián y encierrenlo en la Torre.__
Adrián se sorprendió.
__En la Torre? Me encerraras como lo hiciste con ella!?__
Rey
__No, ella no era tan peligrosa como lo eres tú… contigo usaré cadenas.__
Adrián sonrió.
__Huh… cadenas para un monstruo? Porqué no me sorprende?__
Los magos y los caballeros comenzaron a rodear al Príncipe, Adrián sacó su espada lentamente mientras sonreía como un verdadero maniático, entre los magos se encontraba Albert Greinhart, quién se veía muy emocionado por someter al que todos llamaban monstruo.
Albert
__Su Alteza Real, espero no nos guarde rencor por ésto, solo seguimos órdenes.__ (sonríe)
Adrián
__Cierra la boca, solo eres un Perro asqueroso.__
El rostro de Albert se puso serio y ordenó a los Magos que atacarán, los círculos mágicos que convocaron los magos uno tras otro, se unieron para rodear al Príncipe quién no se inmutó por ninguno de ellos, más bien parecía emocionado.
Un escudo rodeo al Príncipe atrapandolo en una esfera brillante, Adrián cortó el escudo con su espada sin esfuerzo alguno, el brillante aura roja que envolvía el filo de la espada era tan poderosa que parecían llamas ardiendo.
Albert chasqueo la lengua.
__Heredó una Magia realmente interesante, su Alteza… no cabe duda de que su sangre es realmente pura, esos ojos dorados… la prueba de que nuestra Diosa lo ama, pero un perro sin correa no es más que una bestia.__
Albert, uno de los grandes magos de la Torre cuya edad se desconoce, levantó su mano izquierda y liberó su magia, unas cadenas transparentes sujetaron al Príncipe, rodeando sus brazos y cuello, Adrián no podía moverse y las cadenas lo obligaron a arrodillarse.
Entonces lentamente Albert se acercó a él y con una espeluznante sonrisa colocó su mano derecha en los ojos de Adrián, obligando a que los cerrara y no pudiera ver nada, solo oscuridad.
Albert
__Ahora su Alteza, lo volveré un perro obediente.__ (sonríe)
El poder del Mago se apoderó de la mente de Adrián, de pronto no podía escuchar nada, ni sentir nada… todo estaba obscuro y en silencio.
Entonces…
__Adrián __
Una dulce y familiar voz se escuchó a lo lejos.
__Quién es?__ pregunto el joven muy molesto.
__Adrián, soy Yuri.. ya me olvidaste?__
Rápidamente se dió la vuelta para encontrarse con ella, al voltear vio a Yuriel parada en medio de la oscuridad, una luz se encendió sobre ella iluminándola y dejando ver por completo su hermosa figura.
Adrián no pudo contener sus lágrimas y corrió hacia ella, la abrazó con todas sus fuerzas.
__Yuriel! De verdad eres tú!? No sabes cuanto he deseado éste momento! Cuánto he rogado por éste día! Lo siento! Lo siento tanto Yuri!!!__ (lágrimas)
__Lo sientes? Porqué lo sientes, Adrián? Por mentirme? Por verme la cara de estúpida? Por usarme como una vieja batería? O por matarme? Dime, Adrián… Porqué lo sientes?__ (fría)
Adrián estaba desconcertado, lentamente liberó a la chica de sus brazos para poder ver su rostro.
La expresión de Yuriel era fría y llena de resentimiento, sus ojos solo reflejaban un inmenso odio.
__Yuri… yo, lo siento por todo… no quería que murieran, si tan solo-__ (arrepentido)
__Si tan solo qué? Me hubieras dicho la verdad? Me hubieras ayudado antes a escapar? Le hubieses dicho a mi familia dónde me encontraba!? Me hubieras tomado de la mano mientras caía al vacío!!!??__
__Lo.. lo siento__ (lágrimas)
__Mi querido Adrián, de que me sirven tus disculpas? Por tu culpa estoy muerta… mi cuerpo se pudre en una asquerosa fosa donde los gusanos deboran mi carne, mientras tú… juegas a ser un adolescente rebelde, crees que es justo? __ (molesta)
__No… claro que no lo es. __ (arrepentido)
__Si tanto dices que me amas… deberías haber muerto conmigo.__
Adrián se mordió el labio inferior.
__Tienes razón, Yuri.__
Mientras tanto en el salón, el Rey, Albert y el resto observaban sin saber la situación. El Príncipe había entrado en un trance debido a la magia del Mago, de repente las cadenas que lo apresaban comenzaron a arder en llamas y a desvanecerse.
Albert
__Ni siquiera mi poder es capáz de contenerlo, vaya su Alteza… usted realmente es un monstruo.__
De pronto Adrián se puso de pie, los magos y caballeros retrocedieron asustados por el poderoso Maná rojo que rodeaba al Príncipe. Él tenía los ojos abiertos pero no parecía estar consciente, las lágrimas empezaron a desbordar sus hermosos ojos dorados mientras llevaba su espada a su garganta.
__Lo siento, Yuri… yo también iré contigo__
El Rey se desesperó al ver que su hijo estaba a punto de suicidarse.
__Albert!! Detenlo ahora mismo!!! Qué esperas!??__ (furioso)
El Mago corrió hacia el Príncipe y volvió a colocar su mano sobre sus ojos.
__Ya es hora de dormir, su Alteza Real.__
Cuando terminó su frase Adrián perdió el conocimiento y cayó desplomándose sobre el suelo.
El Rey suspiró aliviado.
__Qué hechizo usaste? Te dije que lo capturaran no que lo hicieran tentar contra su vida! Acaso tienes idea de lo valioso que es Adrián!?__
Albert
__Lo sé Majestad, lo valioso que es el Príncipe… después de todo, él nacio con los ojos de la Diosa del Sol. Incluso a mí me sorprendió el nivel de Maná que posee, usé un hechizo para controlar su mente pero aún así se movió a su antojo, es realmente increíble.__ (sonríe)
Rey (molesto)
__Idiota… Ahora qué pasará con mi hijo?__
Albert
__Lo mejor será llevarlo a la Torre… para "observarlo"__ (sonríe)
Rey
__ … Bien, has éso. Quiero un hijo obediente.__
Albert
__Lo tendrá, Majestad. Será tan obediente como un Perro.__ (sonríe)
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Comments
morenita palma
autora tu si haces odiar a cierto personaje cómo odio a esa familia real
2023-04-09
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