Capítulo 20

Velyn suspiró pesadamente, lanzando su teléfono sobre la cama mientras sus llamadas no dejaban de fallar al intentar conectarse. Apoyada en el cabecero, abrazó sus rodillas mientras su corazón se agitaba en confusión. Una promesa tan imposible de cumplir por parte de Richard parecía ir más allá de la creencia.

Su corazón estaba en tumulto y no encontraba paz hasta poder reunirse con su esposo. Velyn empacó rápidamente sus pertenencias, preparándose para dejar la villa. Inicialmente había esperado a Richard allí, pero ahora parecía que él no iba a presentarse.

"Bi, me estoy yendo ahora. Gracias por todo", dijo Velyn a Bi Conie, quien estaba ocupada limpiando la cocina.

"¿Tan pronto? ¿No estás esperando a Richard?" Bi Conie preguntó mientras se lavaba las manos.

"No, Bi. Tengo que volver, el trabajo se está acumulando. Si Richard regresa, por favor pídele que me contacte", Velyn logró una sonrisa para cubrir su ansiedad.

Bi Conie secó sus manos y la abrazó como si fuera su propia hija. "De acuerdo, cuídate en el camino. Le diré que estuviste aquí", dijo, soltándose del abrazo.

"Gracias, Bi. Permiso", Velyn salió apresuradamente ya que su taxi compartido había llegado.

Velyn no soportaba ser ignorada por su esposo. Decidió ir al banco para rastrear la residencia de Richard. Dos horas después, llegó al banco y le pidió al conductor que esperara un momento.

Después de que unas cuantas personas se adelantaran en la fila, finalmente llegó el turno de Velyn en el mostrador de servicio al cliente. Su corazón latía descontroladamente mientras solicitaba al banco proporcionar la dirección completa de quién había hecho la transferencia a su cuenta. Explicó sus razones detalladamente y, finalmente, le entregaron la dirección de Richard, la cual sujetó firmemente mientras salía del banco.

Corriendo de regreso al taxi, recuperó el aliento y se atrevió a leer la hoja que tenía en sus manos.

"¿Eh?" Velyn se sorprendió cuando vio que la dirección estaba en el extranjero. Recordó que Dirgantara Corp también estaba en ese mismo país. "No puede ser la misma persona, ¿verdad?" Velyn murmuró, tragando con dificultad.

"Señorita, ¿a dónde ahora?", preguntó el conductor que esperaba.

"Enc... encuentra el aeropuerto más cercano, por favor. ¡Cualquier aeropuerto!" Velyn tartamudeó, sacando su teléfono para reservar un vuelo. Aún le faltaban horas para llegar al aeropuerto, pero su curiosidad la impulsaba a volar al país de Richard de inmediato, para demostrar que estaba equivocada en sus suposiciones.

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Mientras tanto, al otro lado del mundo.

Richard estaba absorto revisando material para una reunión durante todo su viaje. Delon, su leal compañero y conductor, estaba a su lado.

"¿Esa compañía extranjera de la que mencionaste es Gautama Corporation?", Richard preguntó, ajustando sus resbalantes lentes.

"Sí, señor. ¿Hay algún problema?" Delon preguntó, aún concentrado en la carretera.

Richard no respondió, en su lugar, una sonrisa críptica se extendió por sus labios. Apretó el puño, sus dedos tamborileaban distraídamente. Delon frunció el ceño ante la falta de respuesta, desconcertado por el repentino cambio en el comportamiento de su jefe.

"Lo esperado finalmente ha llegado. ¡Jajaja!" Richard rió estruendosamente, helando la sangre de Delon.

Delon carraspeó, tratando de sacudirse la inquietante sensación. Intentó disipar los pensamientos insidiosos al ver la transformación en su jefe.

"¡Se está tardando demasiado, Delon! ¡Apúrate! ¡No puedo esperar a verla!" exclamó Richard, golpeando impacientemente el respaldo del asiento.

"S-sí, señor. Casi hemos llegado", respondió Delon, ligeramente nervioso.

Llegaron a un restaurante de lujo que también ofrecía una sala privada para su reunión. Habiendo reservado con anticipación, Delon se acercó rápidamente a la recepción.

El camarero los acompañó prontamente al segundo piso, abriendo la puerta a la espaciosa sala reservada. "Por favor, señor. ¿Desea pedir sus comidas ahora?" preguntó amablemente el encargado.

"¡Por supuesto!" Richard respondió alegremente. Tomó el menú, seleccionó algunos platos y bebidas, al igual que Delon, aunque estaba algo preocupado por Richard.

"Muy bien, señor. Sus pedidos estarán listos en breve. Permítame."

Después de que el camarero se fue, pronto hubo un golpe en la puerta que Richard abrió inmediatamente.

¡ZAZ!

Los ojos de Gerald se abrieron en un brillo agudo mientras se encontraba cara a cara con Richard. El empleado del bar, que también era el esposo de su amante, estaba elegantemente sentado en un sofá.

"Hola, Sr. Gerald. ¡Bienvenido!" Richard se puso de pie y metió las manos en los bolsillos.

Gerald salió de su ensimismamiento. Retrocedió para comprobar nuevamente el número de habitación, comparándolo con el mensaje de Delon. "¿Él?" murmuró, aún profundamente impactado.