capítulo 20

El fuego corría por sus venas, la pasión los controlaba, con ansias locas deborandose los labios y rosando sus cuerpos ardientes del pecado carnal...

Pero de pronto una explosión los interrumpe.

—¿Qué fue eso?

— Ar...Artemis... ¿Qué estas hacíendo?

Zeldris había llegado más antes de lo esperado arruinando su momento con Meliodas, ella estaba desnuda completamente y Meliodas con el torso descubierto.

— zeldris, pero que sorpresa aún no te esperaba.

Zeldris curioso observaba su cuerpo desnudo, era obvio lo que ellos estaban a punto de hacer.

— tú no eres Artemis, ¿quien diablos eres?

—¿Quien diablos soy?, soy la oscuridad del corazón de Artemis...

Acercándose a él con su cuerpo desnudo, zeldris se tensaba.

—¿Te gusta lo que ves zeldris? Este es el magnífico cuerpo de tu esposa...

—No caeré en tus encantos.

— Meliodas es más fuerte y cayó...no serás la excepción.

Una lengua viperina aparecio de su boca, introduciendola de golpe en la boca de zeldris...besandolo con lascivia.

Meliodas observaba la escena y muerto de Celos los separa...

—¿Qué haces Meliodas?

—Vístete, Tú eres solo mía... alejate de ella Zeldris— les ordena a ambos molesto.

—Meliodas—oscuridad se había quedado consternada.

—Mi señora... — zeldris había caído en sus encantos también al ver aquellos ojos fijamente.

perfecto ahora los dos me servirán, ustedes son los más fuertes de todos.

Pensaba.

Aunque sus planes parecían ir bien, los dos hermanos entraron en disputa por ella, Meliodas era posesivo y eso no le estaba agradando.

—Que te vistas te ordene, no quiero que él te vea desnuda.

—Tú no eres nadie Meliodas para ordenarme nada.

Meliodas enfurecido la acorrala contra la pared.

—Eres solo mía, escuchalo bien.

Ella no podía creer lo que escuchaba y veia, debía mantenerlo de su lado pero tal actitud le desagradaba.

— Suelta a mi esposa.

Entonces la situación estaba tomando un rumbo que le molestaba.

Decidiendo dejarlos y pensar en que haría con ellos.

Pero para su sorpresa zeldris solo estaba actuando, yendo hacia ella de sorpresa dispuesto a matarla, sintiendo su movimiento al voltear, su hombro fue atravesado por la espada.

—Maldito demonio—tocándose el hombro ensangrentado.

—Te dije que yo no caeria.

Ella furiosa lo enfrenta.

—soy tu esposa, ¿cómo ozas atacarme?

—No lo eres, sólo usas su cuerpo...Y yo no la amo, a quien amo es a Gelda.

— ¡oh! Gelda...entiendo... ¿por qué te casaste con Artemis entonces? Y senti tú cuerpo tensarse cuando te bese.

— por el bien de nuestros clanes, y lo que me diste fue repulsión.

— ja, ja, ja —ella rie a carcajadas— ¿repulsión? Vaya eso mas bien es un elogio, no una ofensa.

Ella usa su poder acercándose rápido al corazón de zeldris y lo detiene, zeldris cae muerto al suelo.

—Quedate asi mejor— desapareciendolo del lugar.

Ella se viste de nuevo, mientras Meliodas sonrie feliz pues estaban solos los dos de nuevo.

Así que no puedo tomarme un tiempo libre, tendré que destruir todo de una vez...

Pensaba.

Meliodas la abraza por detrás intentando provocarla, besaba su cuello...

—Mi señora, te deseo.

—¡Ah! Meliodas...

Su tacto la empezaba a encender de nuevo, besándose con lujuria...

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—Gelda ¿Estas bien?

Mael había llegado donde se encontraban, zeldris la había dejado inconsciente, Artemis estaba con ella,

Mael iluminaba el lugar con su sol.

—¡si! ¿Donde está zeldris?— pregunta preocupada.

—Él se fue Gelda.

—Me dijo que su padre había muerto.

—¿Qué? Él fue solo entonces... espero que este bien.

—zeldris—Gelda sollozaba.

—No te preocupes Gelda, zeldris es fuerte, confía en él.

Artemis trataba de calmarla.

—Estoy seguro que zeldris no quiere que te lastimen Gelda por eso no te llevo con él, Leonidas es peligroso.

Mael le sonrie colocando su mano en la frente de Gelda, haciéndola que durmiera.

—¿por qué hicistes eso Mael?

—La llevaremos con los demás.

—¿ocurre algo?

Mael calla, pero luego habla.

— Artemis tu cuerpo fue robado...

—¿Qué? ¿Por quién?

—No lo sabemos aún, pero al parecer es una presencia más oscura que la de Leonidas, eso nos comunico Merlín.

— ¿por qué? ¿Por qué Mael ocurre todo esto? ¿Por qué?

Ella empezaba a llorar , mientras golpeaba el pecho de Mael.

—Todo esto es mi culpa, no debí nacer...

—No digas eso Artemis.

Él la abraza a su pecho.

— Al menos yo estoy encantado de conocerte, y no se por que pero estoy seguro de que me enamoré de ti, y es una locura por que apenas nos conocemos.

— Mael.

Ella se sentía flotar, también sentía algo por él.

—Tenemos que acabar con esto... sólo asi...

—Shuu... lo sé.

Mael con delicadeza la toma por las mejillas y la besa, sintiendo su calor , su sabor, su calidez...ella corresponde, amaba esa sensación, amaba sentir el amor, separándose hasta no poder respirar.

— Mael, cuando todo termine prometo entregarme a ti en cuerpo y alma...

—Artemis.

Mael sentía mucha felicidad en su corazón.

—Así será, me encargaré de ello, de tener tu amor cada día Artemis.

Ellos derrochaban miel, sonrojados , deborandose con la mirada, sintiendo cosas que no habían sentido,pero antes tenían claro que debían de resolver la situación en que se encontraban, pues todo era un caos.

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Meliodas y oscuridad estaban desnudos, dejándose llevar por el deseo, él besaba su cuello, sus labios, sus senos, con desenfreno.

—Meliodas, Eres fantástico.

—Te deseo.

Ambos se deboraban, dejándose llevar por el éxtasis del momento, los gemidos de ella lo volvían loco , lo cual provocó su erección ...

—Meliodas penetrame —ella ronroneaba como una gatita salvaje.

Meliodas se introduce en ella, embiestiendola y llenandola de placer.

— Meliodas... Meliodas...

Repetía su nombre mientras sentía mil sensaciones en su cuerpo, orgasmo tras orgasmo... Meliodas lo disfrutaba, ambos se entregaban a la pasión...

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A lo lejos Elizabeth sentía escalofríos en su cuerpo y una angustia en su pecho.

Meliodas ¿dónde estas? solo espero que estés bien