capítulo 11

Zeldris había llegado a  casa de Matrona, buscando a Artemis  pero no había nadie.

¡Diablos! ¿En donde estas mujer?

Él quería encontrarla lo más antes posible.

De pronto se siente agotado,y decide sentarse en un tronco a descansar, a su mente viene Gelda, él la amaba en realidad, pero también la odiaba por matar a su madre aunque no lo hubiese hecho a conciencia o quizás si, no lo sabia aún, y odiaba a Artemis  por que pensaba que ella era la causante de todo.

—Vas a casarte conmigo Artemis, y haré de tu vida un infierno...

Su corazón se estaba llenando de amargura, cuando antes era bueno.

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Artemis ya había despertado.

— Artemis ¿Te encuentras bien?—pregunta Mael  quien había estado velando por ella.

—¡si! ¡Gracias! Y Diane, ella se iba a casar.

—Ella está bien, la boda sera hoy en la noche, aún faltan unas horas.

—¡Que bien! ¡Me alegra!

—dice sonriendo.

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Diane y king, estaban que derrochaban miel...

—Abre la boca king—ella le estaba dando de comer.

— ja, ja, ja, Pareces un bebé hermano— se burlaba Eleine.

—¿Estas envidiosa Eleine?

— le pregunta king, queriendo que se enfadara.

—¡oye! Princesa, Si quieres yo puedo darte de comer así—se ofrece Ban.

Eleine se sonroja.

–¿Quién pidió tu opinión zorro?

–Esta bien,  quizás otra chica si quiera... ¡Veamos!—Ban observa a otra hada—¡Hey! Tu, ¿Quieres que te de, de comer en la boca hermosa?

Le pregunta a otra hada, quien  se sonroja, Eleine se molesta, el hada lo nota.

—¡No! gracias señor.

—ja, ja, ja,  te rechazó.

—No importa.

Así se la pasaron un buen rato...

— ¡ya Basta! —grita de pronto Diane—Por que mejor no dicen que se gustan.

—Ami no me gustan las enanas— dándole la espalda.

—Ni a mi los zorros rabiosos y coquetos— dice cruzandose de brazos.

Pero por dentro se morían por hablar de lo que empezaban a sentir, una fuerte atracción.

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—Mael  discúlpame  por lastimarte, no debí tomar tu sangre.

—¡Descuida! Yo me ofrecí, y fui tan atrevido que te besé.

Artemis inconscientemente toca sus labios  recordando, y se pone roja.

—¿Lo recordaste no es así?— sonrojandose.

–¡oye!  ¿te burlas de mi?

—¡No! Al contrario  me gustaría volver a hacerlo—Ella solo sonríe—volver a besarte—al notar que ella guarda silencio le pregunta—¿Eso es un si?

—Mael tengo miedo

—ella de pronto cambia su  semblante.

—¿A qué Artemis?

—Tengo  miedo de enamorarme, nunca  lo he hecho, y tengo miedo a lastimar a quienes amo, hay algo dentro de mi, que va creciendo y no puedo controlarlo, lo se...

—Artemis—Mael la ve con tristeza, llegandola a abrazar—Yo estaré  contigo si me lo permites.

—¡Gracias! ¡Gracias! Mael— recostandose a él quien la abraza.

—yo también tengo mis temores, también temo enamorarme, pero creo que ya lo estoy...

—¿ya lo estas?

— Asi es Y suena absurdo por que apenas la conozco... pero hay algo en ella que me atrae como un imán— viéndola con ojos de cachorro.

—Ja, ja, ja No me digas que es Diane, por que ella ama a king, jamás te haría caso— intenta bromear.

—Eres una tonta, No es Diane,

Eres tú—acariciando  su mejilla.

—yo... tú eres el tonto, por que ya lo sabía...

— Me lo imaginaba, ¿Entonces sientes lo mismo  por mi?

— creo que si.

Ambos se quedan viendo a los ojos por unos momentos, a Mael le parecían hermosos los ojos verdes de Artemis, dos piedras preciosas.

— Bésame de nuevo—le pide ella.

Mael sin pensarlo  ni un minuto empieza a devorar sus labios tomandola de la cintura, hasta que ya no pueden respirar, sus corazones latían  con intensidad...

Cuando escuchan el sonido de la puerta abrirse, separándose de inmediato.

— ya despertaste Artemis—Diane  corre a abrazarla.

Ambos  tenían el rostro colorado, por casi ser descubiertos besándose, derrochando miel como dos tórtolos.

—¡Eh! Pero que les pasa, por que parecen  un tomate.

—No es nada Diane.

—Disculpen, Las dejare solas—Mael se marcha de inmediato.

—Mmm... ustedes dos—observandola quisquillosa.

—¡No! No es lo que crees Diane—sintiéndose apenada.

—¿y que es lo que yo creo?

—Él y yo,  No...—Artemis jugaba con sus dedos nerviosa.

—Bueno, ya  Se que ambos se gustan, como Ban  y Eleine, pero no se por que lo hacen tan complicado...

—Ban  y Eleine— los nombra un poco sorprendida.

—No intentes cambiar de tema, pero bueno es hora de cambiarnos, es cierto a eso venía, quiero que te veas tan hermosa como yo.

— Nooooo... Diane ,es tu boda... tú  eres la que debe de ser la más hermosa— le sonríe.

Así que estas enamorada, eso me alegra Artemis

Pensaba Diane.

—¡vamos!—tomandola de la mano, llevándola a otra habitación.

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Elizabeth  había llegado al mirador de la ciudad, donde Meliodas la esperaba, él la había citado y ella accedió.

—Elizabeth.

Meliodas corre hacia ella al verla, poniendo su cara entre  sus pechos.

—¡oye! ¿Qué haces?—pero de pronto lo ve con sus ojos llenos de lagrimas—¿Qué te ocurre?

—Mi madre, ella está muerta.

—¿Qué? ¿Pero cómo?—sorprendida.

—Alguien nos traicionó, y tomo su vida.

—Lo siento Meliodas—ella entonces lo abraza más a su pecho.

Quedándose  así...

La atracción que sentía  uno hacia el otro era inevitable, era un sentimiento extraño y nuevo para ambos.

—¿Aún quieres que sea tu esposa?

—¿Aceptarias?  ¿O Estas loca Elizabeth?, por que somos enemigos.

—Antes, ahora no, Si no, no estuviéramos aquí conversando—le sonríe.

—pero tu padre y el mío...

—Luchemos por este raro sentimiento—lo toma de las manos.

—Raro sentimiento,  Creo que se llama amor.

—¡si! Eso... Amor...—Suspira.

Entonces se besan...bajo la luz de la luna, algo entre ellos  estaba floreciendo de la noche a la mañana.

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—Los declaró marido y mujer.

Diane y king al fin eran esposos.

—Lo vez, Mi hija ahora es reina Layla, soy tan feliz...

—¡Que alegría! Ya era tiempo, esos dos se han amado desde pequeños.

Todos celebraban la boda, tomando  licor, bailando, todo había salido bien hasta que de pronto ven a zeldris llegar, arruinando  el momento.

—Artemis—la nombra.

Cuando de pronto la toma con brusquedad de la muñeca, en un ágil movimiento.

—Tú  vendrás conmigo.

—¿Qué te pasa? ¡Sueltame! Me lastimas—sintiendo presión en su muñeca.

—¡sueltala!— le ordena Mael , mostrandose molesto.

—Tú no te metas, ella se casará conmigo  y será mi esposa—dice con sarcasmo.

—No, Suelta a mi hija.

Todos se ponen  en guardia dispuestos a atacar, pero zeldris en un movimiento, un enorme  remolino  destruye todo.

—Maldito zeldris.

Pero cuando reaccionan , él ya se la había llevado.

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Zeldris la cargaba en su espalda , él la había hecho dormir de un golpe.

vas a pagar todo lo que nos ha pasado, si izraf nos maldijo,tú  también sufridas con esa maldición Artemis, siento que seas tan bella y sufras.

El odio estaba haciendo nido en su corazón.

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