9- Cambio de roles

En el Hospital la familia fue notificada de lo delicado que estaba el señor Luliano. Tenía un brazo roto, un fuerte golpe en la cabeza, por su avanzada edad debía ser monitoreado muy de cerca, por lo sucedido sufrió un paro cardíaco, que pudieron reanimarlo. Lo pasaron a sala y les permitían verlo. La madre de Luz al ver a su esposo con tantos aparatos al rededor casi se desmaya. El doctor la tranquilizó,

- Es necesario, de ese modo controlamos su presión, ritmo cardíaco. Aseguro el doctor.

Luz se arrimo a su padre, la imagen de ese hombre fuerte y rudo que conocía desapareció, ante ella tenía un total desconocido, jamas lo vio tan indefenso, que algo en ella se quebró, lo abrazó llorando. Eso hizo que él abriera los ojos y con una vos qué apenas se oía.

- Luz...¿qué sucede?...

- Te quiero mucho papá, no quiero perderte.

- No...no...estoy bien.

-¿Te duele algo?...¿Cómo te sientes?

-Como si bailaron Bambo sobre mi pecho. Luz lo volvió a abrazar.

- Cuidado Luz, mi brazo derecho me duele. Se incorpora.

- Lo siento.

- ¡Querido!.Lo saluda su esposa y le da un beso.

- Papá nos diste un susto. Le dijo Ángel, tomándole de la mano con suavidad.

Después mira hacia Roberto que contemplaba la escena de un lado de la habitación.

- Señor Luliano, me alegro que haya despertado. Estábamos muy angustiados, más Luz, por su salud.

- Señor Roberto, un placer volverlo a ver. Le dijo, ante la sorpresa de todos.

Él esa noche cuando quería hablar con Luz, ella había ido con Roberto para buscar a Anita, por más que ella le restó importancia. Le había preguntado a su hija

"¿Quién era?" y solo le dijo

"El Decano"

fue todo lo que necesito para averiguar más sobre él. El mayor de la familia Cáceres, conocido dueño de unos de los cuantos frigoríficos de la ciudad, ejerce el cargo de Decano hace tres años, tiene 29 años, Soltero, nunca tuvo una relación seria, recibido en ingeniería de sistemas, diseño varios programas entre ellos uno que controla el flujo de dinero.

"Muy interesante" dijo el padre y decidió ver qué pasaba entre él y su hija.

Después se enteró que había solicitado que Luz fuera su asistente, por lo que hablo con su amigo el Rector para que mueva unos hilos y eso sea posible. El quería que su hija sea feliz, pero nunca supo cómo expresarlo, siempre fue tosco y áspero en su trato que solo conseguía discutir con ella. Pero sentía que la vida se le escapaba y quería ver a su hija casada, que tenga alguien con quién experimentar el amor.

- ¿Ya se conocían?. Pregunto Angel.

- Si ya tuve el placer. Le respondio el padre. Bajó la mirada intrigada de su esposa e hijo. Esperaban una reacción pero solo fue cortes.

- Me pueden dejar a solas con Luz y Roberto. Les dijo.Ante la intriga de todos, salieron.

- Hija mía, siempre quise lo mejor para ti...

- Papi... No hables descansa.

- Déjame continuar...Estuve ciego mucho tiempo, ahora se que...Cometí errores...Solo acumule riqueza...Para mantener un estatus, que ahora no me sirve...Son ustedes lo importante...Disculpa por lo que te hice pasar...En ves de acompañarte por ser mi hija...

- No te preocupes... Lo importante es que te mejores...Y gracias a qué fuiste así...Pude ver la realidad y valorar cada momento...O sino sería una niña mimada...

-Lo que quiero decirte hija es que acompañes a Angel en dirigir el negocio familiar. Les dejo a cargo, el va a ser quien de la cara, pero tú debes estar a su lado, conoces como es.

- Pero no tengo idea de cómo desenvolverme en ese mudo.

- Por eso pedí a Roberto que se quede. Y lo miro a él, que estaba escuchando todo lo que hablaban.

-¿Cómo puedo ayudar?. Le desconcertó lo que decía.

- Se que te sabes manejar en ese ambiente y puedes aconsejar a mi hija, si no es mucho pedir.

-Papá, no hables así. Me asustas. Vas a mejorar y vas a seguir como siempre.

- Pero hasta que eso pase, tienen que ocuparse. Se que tienes tus obligaciones, por eso Angel queda al frente y tú en tus tiempos libres lo ayudas. Tienes el carácter más fuerte, sabes cómo es él.

- Muy bueno para ese mundo.

- Será un honor señor ayudar en lo que pueda, puede contar con ello.

Roberto se dió cuenta de lo que trataba de decir el padre de Luz, era su voluntad y quería cerrar un círculo que se ve lo atormentaba. Y Luz por ser la hija, no quería ver la realidad, no quería aceptar que su padre podía partir en cualquier momento.

- Gracias Roberto. Me quedo más tranquilo.

- Ya puedes llamar a tu hermano y a tu madre. Luz salió a llamarlos. Y Roberto quedó con el señor.

- Señor Luliano entiendo lo que está haciendo, pasamos lo mismo con nuestro padre, con la diferencia que el no sufrió un accidente, sino que se le vinieron los años encima, y antes de que llegue el final nos encargó que nos ocupemos del negocio familiar.

-La verdad hace rato se que no me queda mucho, trate de hablar con Luz de ello, pero ella creyó que volvería a insistir en que se case. Porque tontamente creí que ella necesitaba estar casada para tener un seguro económico y ahora se que tan equivocado estaba. Me demostró que ella puede lograr lo que se propone. Y al verte supe que encontró su compañero.

- Pero como pudo saber, apenas nos conocíamos.

- Nadie se toma las molestias que tú te tomabas con ella y Anita. Si querías solo estar una sola ves, ya lo habrías hecho. En eso apareció Luz con su hermano y su mamá.

- ¿De que hablaron ? Le pregunto su señora.

- Ellos se ocuparán de todo hasta que me recupere.

- Papá, queremos llevarte a casa ahí te vamos a instalar todo como para que estés cómodo, le dijo Ángel. Vamos a arreglar eso, y tendrás los médicos necesarios.

- Bueno hijo, si se puede hacer, sería mejor, así estoy con mi familia.

Y arreglaron todo para llevar a su padre en la casa, le armaron una habitación especial, libre de infecciones con todo lo necesario para que se recupere. Hablaron con los médicos quienes estuvieron de acuerdo, por el hecho de que pase con su familia el mayor tiempo posible porque no le daban mucha esperanza de vida.

Luz para ayudar a su madre se mudo en la casa de sus padres, Anita estaba feliz de que toda la familia este reunida. Roberto visitaba con frecuencia y Luz cumplía con sus obligaciones en la facu y cómo asistente de Roberto.

Pasaron las semanas, y el padre se recuperaba de apoco, no con la energía para trabajar pero al menos se sentaba en la cama, y comenzó a tener un especialista que lo hacía ejercitar de apoco para que camine.

Un Mes después:

- Luz debemos viajar a Brasil, tengo una reunión de negocios. Le anuncio Roberto.

- Muy bien, ¿cuándo nos vamos?

- Mañana temprano.

- Bueno. Voy a preparar mi bolso .

- Lleva no solo como para las reuniones de día, también para las reuniones de noche.

- Ok.

Al regresar a su casa, comunico a su padre que debía viajar.

- No te preocupes por mi, estoy mucho mejor. Y lo beso en la mejilla.

- ¡Luz!. La llamo Angel, al escuchar a su hermana.

- Si hermanito en que te ayudo.

-Puedes fijarte en estos papeles y decirme si están en orden, son pedidos para lanzar el nuevo producto.

- Ok ahí me fijo y se sentó a leer con Angel, arreglaron unos puntos, sobresaltaron otros y así entre los dos solucionaron el problema que tenía Angel.

En eso llegó Roberto, siempre los acompañaba a cenar, se había vuelto costumbre.

-Mientras preparan la cena quisiera mostrarte algo le dijo ella y lo llevo a la biblioteca, cuando ingresaron.

- Que quieres mostrarme. Le pregunto Roberto.

- Lo que te quiero mostrar está aquí y le hizo señas en el sofá para que se siente. Lo rodeo con sus brazos, se sentó sobre él y le brindo un cálido beso.- Extrañaba pasar tiempo contigo, con todo lo sucedido y nuestras ocupaciones. Él la rodeo con fervor, fundiéndose en un beso apasionado.

- Luz, ya no puedo estar lejos de ti... Quiero estar contigo.- Ella no le respondió solo se sumergió en él, fundiéndose en apasionados arrebatos de pasión. - Luz... Quiero que me acompañes.Ella se detuvo en sus besos y lo miro, fijamente observo sus ojos azules algo ocultaban, una ternura que no podía explicar. - Bueno... Le respondió a regañadientes, no quería separarse de él.

- Espera, saludo a tú padre y nos vamos.

- Está bien. Ella largo un suspiro y se dirigió a la cocina. Mientras Roberto fue a saludar al padre de ella.

- Buenas noches, ¿Cómo se siente?

- Buenas noches. Mucho mejor. Con la silla de ruedas puedo andar, no tengo que estar todo el tiempo acostado.

- Es bueno escuchar eso. Quería poder hablar un asunto con usted.

- Por supuesto. ¿En qué soy bueno?

- Quisiera casarme con Luz.

- Eso me parece muy bien.

- El tema es que ella me dijo que no quería compromisos. Y no sé cómo plantearle lo que deseo. El señor Luliano sonrió y pensó un momento.

- Pues...Mi sugerencia es que se lo propongas...Anita está encariñada contigo y que te puedo decir de Luz, aunque no lo diga, le importas y mucho.

- Bueno. La voy a llevar a Luz, a cenar afuera y ahí le daré mi propuesta.

- Eso, es muchacho. Hazlo, parecerá dura por fuera, pero te aseguro que es muy cálida en sus sentimientos.

- Gracias me saca un peso de encima. El señor Luliano sonrió, estos jóvenes... Roberto se dirigió a la cocina donde estaba Luz.

- Luz, podemos irnos.Ella lo miro intrigada.

- ¿A dónde?. No quieres cenar antes.

- Hay tiempo, volvemos despues.

- Ok. Y te acompaño. Primero me despido de mis padres.

- Hola papi. Saludo Luz entrando en su habitación. Voy a salir un momento con Roberto.

- Si hija, no te preocupes. Estoy bien. Tu madre me avisó que ya va estar la cena, así que aprovecho a andar un poco.

- Espero no te encariñes con tu nuevo juguete. Lo dijo en referencia a la silla de ruedas, viendo como se deslizaba por la habitación.

- Es mientras nada más, las ejercitaciones me dan cada vez más fuerzas.

- Bueno, nos vemos y le da un beso. Luz se dirigió a buscar a Roberto y lo vio conversando con su madre en la cocina.

- Nos vamos.

- Si, tu madre me dió a probar su salsa, la verdad muy exquisita.

Se dirigieron al auto y Luz no aguantaba la curiosidad. Es referente al trabajo, o al negocio familiar, de que tanto quería hablarle, puede ser una de esas dos opciones. Él siempre fue cuidadoso de no tocar temas de trabajo en sus reuniones con la familia.

- Roberto ¿ de que se trata?. Le pregunto ya no aguantaba la intriga.

- No seas ansiosa, ya lo sabrás.

- ¿Tienen que ver con la empresa de mi padre o el tuyo?.

- No, nada de eso. Ella se mordía los labios, sabía que algo se traía entre manos pero no podía adivinar que.

Llegaron al puerto a un restaurante, la llevo en la parte de la terraza y ocuparon una mesa con vista al Río. Un mozo les entrego la carta y se retiró. Ya no podía Luz con su intriga.

- Por lo visto no iremos a cenar. El sonrió.

- Hace mucho no compartimos un momento a solas, como dijiste. Por lo que quise traerte aquí.

- Pues es un bello lugar.

- Si aquí solemos realizar reuniones de trabajo, además los socios que vienen de lejos pueden alojarse en el Hotel.

-¿ El restaurante es parte del hotel?

- No te sabria decir. Roberto tomaba aire y pensaba cómo plantearle a Luz, sus intenciones. Así que, se dijo la misma frase cuando tenía que cerrar un nuevo trato, **Si tiene que ser, va a ser, sino...** No quiso pensar en ello.- Luz quiero aclarar algo contigo antes de viajar a Brasil.

- Ya lo sabía tenía que ser sobre el trabajo.

- Puedes escuchar un momento por favor.

- Bueno. Y guardó silencio.

- Luz... Lo que trato de decir es que...De la mano de Anita puede conocer a la persona más maravillosa que nunca imaginé poder compartir todo lo que comparto con ella. Esa persona eres tú...A través de Anita fui conociendo tu lado tierno y dulce... Tú me salvaste de mis demonios, que me tenían perdido sin rumbo fijo...Eres la razón por la que estoy aquí en este momento y quisiera saber si compartes mis sentimientos...Suspiro profundo...¿Te casas conmigo?. Esta última frase hizo que Luz emúdeciera, las palabras se le escaparon, hace poco se están conociendo y casi estos meses no compartieron nada, por todo lo ocurrido.

Sus conversaciones no eran muy personales, poco sabía de él, en cambio él sabía todo de ella, porque se mostraba tal cual era y no se guardaba sus opiniones. Todo lo contrario a él, que siempre parecía evaluar cada situación y no mostraba expresión alguna.-LUZ...Contesta... Me tienes en vela...Ella se levantó y camino hacia el barandal a mirar el Río, aunque no lo hacía, buscaba la razón, que luchaba con su corazón. Roberto, se paró y se dirigió a ella poniéndose a su lado, con sus manos apretó el barandal mirando hacia abajo, suspiro y cuando estaba por decir algo. Luz se volteo y lo miro directo a los ojos.

- Roberto...-Tragó saliva-...Lo abrazo...Acepto tu propuesta...Pero antes quiero dejar algo en claro...Si tus sentimientos cambian, dímelo lo voy a entender, si uno ama desea que ese ser amado sea feliz a su lado o no...No me engañes, eso no lo perdonaría, se sincero siempre, yo lo seré contigo. Él se relajo, sonrió y le brindo un tierno beso...

-Así lo haré, aunque estoy seguro que lo que siento ahora no cambiará...

- Vivamos el momento, dejemos de lado el futuro que es incierto...Le dijo Luz.

- La leña que agreguemos ahora a nuestra chimenea del amor, nos abrigaran del frío de la incertidumbre. Se fundieron en un beso.

- Te puedo preguntar algo.

- Claro.

-¿Porque quisiste aclararlo antes del viaje a Brasil?

- Jajaja. Pensarás que soy idiota.

- Jamás pensaría de ti eso.

- Pues la reunión a la que debemos asistir es con empresarios de diferentes países, habrá una fiesta y se ponen fogosos con la presencia femenina. Y tú serías una tentación, por lo que si vas cómo mi pareja no te van a echar el ojo.

- Jajaja. ¿No crees que pueda negarme?.

- No, no es así. Pero los de Brasil son convincentes tienen fama.

- O bueno, eso estaría bueno de ver

- No te olvides señorita que hace un momento aceptaste mi propuesta.

- Jajaja, con ver no hago nada.

- Pero el que mira quiere y eso es peligroso.

- Así que si tú ves quieres.

- Solo tengo ojos para vos... Se apresuró a decir.

-Jajaja, vamos a tener que saber manejar eso. No podemos armar escenas de celos. En este rubro vamos a tratar con muchas personas. Eso lo tengo muy en claro. Me doy cuenta si algo cambia. Solo prometamos hablarlo antes de mal interpretar las cosas, si algo te molesta dímelo. Lo mismo haré contigo.

- Bueno amor...Así será. Ella sonrió al escuchar que la llamo amor. Se oía tan dulce y tierno.

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