13- El día más gris de mí vida...

*Luz

Tratando de reponerme por lo sucedido, como no puedo hacer nada, al estar en terapia intensiva mí padre, voy a casa. Llevo arrastrando el alma, tener que hacer algo y no quiero, no quiero. Pero debo, me dirijo al despacho de mí padre y me pongo a leer el informe, Ángel se cuela y me ve sentada en el sofá, en mí rostro se ve todo lo que siento, bronca, repulsión , tristeza.

- ¿Qué sucede pimpollo?. Su vos tierna me trae a la realidad.

- Debo hacer algo que no quiero. Y voy a necesitar tu ayuda. Por su gesto me doy cuenta que está enterado. Suspira.

- Sabes que lo haría por ti. Dime ¿en qué te ayudo?.

- Quiero cambiar de imagen quiero ser distinta, si me voy a casar que nadie me conozca. Así nadie le llevará el chisme a Roberto, y voy a estirar el tema de la boda con él, le meteré de escusa que debo estar al frente de la empresa por el estado de salud de mi padre, que es verdad.

- Pero si quiere verte. Mejor dile que vas a un curso de Finanzas en el extranjero, así te preparas para dirigir la empresa junto conmigo, porque al final debes estudiar uno, lo haces a distancia e imprimimos el título.

- Y si pregunta eso, ¿de porqué no lo hago desde aquí?.

- Nuestro tío es financista, él te lleva para prepararte.

- A si él que está en Estados Unidos. Perfecto. Otra cosa el apellido, quiero usar el del abuelo, de ese modo no quedan cabos sueltos.

- Está bien de eso me encargo, le pregunto a mamá cual era el apellido completo de la familia. Ella no nos lo quería poner por ser demasiado largo, a la hora de aclarar.

- Debemos hablar con ella de nuestro plan, para que no meta la pata.

- Cuando regrese del Sanatorio le hablamos.

- Según leí el informe Anita no es mencionada, mucho mejor, no la quiero involucrar.

- Ella queda con nosotros, de eso no te preocupes.

-¡¡Gracias hermanito!!! Y dame todos los trabajos habidos por haber cuánto menos pase a lado del dichoso esposo mejor.

- Jajaja, sos terrible. Pero te entiendo. Si pudiera cambiaría de lugar contigo.Luz se largo una carcajada imaginando a su hermano de tacones.

Cuando su madre regreso del Sanatorio, se reunieron con ella en el despacho para que nadie escuché sus planes. No querían que nada salga mal.

- Así que mami por 6 meses voy a ser Alcalá Ferreira Luliano Luzinda, me dirán Lucí.

Mientras planeaba junto con su hermano y su madre cual sería su nueva imagen Roberto debatía con su amigo.

*Roberto

- Así es Man, debo casarme para salvar el negocio familiar.

- Y cual es el problema, no era que querías hacerlo, que estabas decidido.

- Pero con Luz no con otra.

- ¿Y qué le vas a decir?

- Tengo que asistir a una capacitación en el extranjero para conocer más sobre la cría, el engorde y que se yo, como voy a quedar al frente del negocio familiar. Y se toma la cabeza, ya no quiere pensar la reacción de Luz... Le había pedido sinceridad, eso era todo. Pero debía mentirle, una mentira piadosa.

- ¿Y por cuánto tiempo se supone que va a ser todo esto?

- 6 meses, o dependiendo de cómo suban las ganancias.

- ¡Estás condenado! Jajajaja

- Deja de burlarte, no ves que ya esto me cayó como patada al hígado.

- ¿Y cuándo piensas decirle a Luz?

- En cuánto me confirme la fecha mí padre.

- Mejor anda aplanando el camino, tírale frases como:" que capaz debas hacer un curso "y después que "debe ser sobre el engorde" y cuando menos lo espere "debes viajar".

- Vos te manejas asi con las mujeres. jajajaja

- Cuando me canso.

El padre le confirmo que la boda será en dos semanas y lo realizará en una de las haciendas que tiene en el interior, que será su nuevo hogar.

Su amigo le palmeó la espalda, como animandolo.

- Debes hablar con Luz.

- Serás mí testigo.

- Ok, si me pides así, con gusto.

- No estoy para bromas

- Ya relájate, por ahí es un primor y te sacas un poco ese mal humor.

- No existe otra mujer para mí, ni loco la tocaré, solo con Luz.

- Y bueno voy a tener que hacerlo por vos.

- ¡Que degenerado!, ni es mí esposa y ya le estás haciendo, ni siquiera la conoces.

- "Cualquier pozo de agua es bueno para calmar la sed", suelen decir.

- La verdad no te entiendo.

- No a nacido la que me ate, hasta entonces disfrutaré de los placeres.

* Luz

Gracias a Dios pudieron estabilizar a mí padre, es de hierro, las personas de antes aguantan más, pero ya tuvo como 3 paros por lo que su corazón quedó muy dañado y hay que evitar a cualquier costo preocupaciones, así que si o si Ángel y yo nos ocuparemos del negocio.

Le plantee a mí padre el plan, y estuvo de acuerdo. Mientras se cumpla lo acordado no había problemas. Por suerte no había ninguna cláusula para que tenga hijos, así que no tenía que estar con ese tipo. Mí hermanito me hizo una consulta que me incómodo.

- ¿Qué tal si quiere consumar el matrimonio?

- Ni loca...Antes muerta que estar con otro que no sea Roberto...Diré que estoy cansada...Me duele la cabeza...UPS vino Andres, el que te visita una ves al mes...

- Típico de cualquier histérica.

-Si una total histérica, que tendrá el cinturón de castidad.- Por lo que vi somos descendencia árabe. Aunque nosotros nacimos en este país. Los tatara abuelos vinieron de ahi. Eso usaré, que crea que le voy a poner una bomba si me toca...

- Jajaja..Ángel se carcajeo, su hermana estaría dispuesta a todo con tal de que no la toquen.

-Bueno. Voy a arreglarme y ver a Roberto, antes de cambiar de aspecto.

* Roberto

Llegué a mí departamento, como nunca quería estirar el encuentro con Luz, siempre estaba ansioso de verla, sea como sea. Mí amigo me dio otra idea, que cambie mí imagen un poco, si me pongo más barba aparentaré mucho mayor, tenemos un estilista conocido que haría el trabajo sin preguntas, así cuando me vea no querrá estar conmigo, por lo general las jóvenes huyen de los viejos. Eso espero, a mí se me agotaron las ideas.

Tirado boca abajo en el sofá, como si sofocandome me sacará de esto, escucho sonar el timbre. Este se le ocurrió otra idea, pienso creyendo que es mí amigo, él se está divirtiendo a mí costilla. Voy a abrir y la veo, mí corazón late acelerado. Se me abraza ni bien me ve.

-Luz...

-Hola mí amor. No podía esperar a verte. Quiero estar toda la noche contigo. Me susurra.

- Si, pasa. Recién llego de ver a mí padre. Y me toma de la mano llevandome arriba. Eso yo lo hacía, pero ahora ella toma la iniciativa. Me empuja en la cama y se me sienta arriba devorandome a besos.

- Luz... Trato de coordinar una frase pero...que hace...Y siento sus labios tibios rosandome y su lengua recorriendo cada centímetro de mí...Que las palabras quedan atoradas en mí garganta...Que demonios, después le diré y me entrego a disfrutar de su frenesí lujurioso...Mí respiración se acelera siento como con su mano me aprieta y con un ritmo constante saborea todo de mí... Esto no lo sentí...En qué momento paso...No sabía que tuviera esa habilidad...O por Dios...Cuento hasta diez...1,2,cual seguía después se me olvidó y en un cerrar y abrir de ojos está sobre mí ella sola se lo deslizo completo y mientras se mueve en un movimiento constante de cadera se va despojando de la ropa, y la ayudo, quiero ver su piel sentirla bajo mis manos, recorriendo cada curva.Nos fundimos en apasionados besos. Ella me toma en sus manos el rostro besandome, mordiendo delicada y suavemente mis labios, mientras mis manos posadas en su cadera pegandola a mí. Estoy sentado en la orilla de la cama disfrutando de lo que me entrega y en un suspiro llegamos al clímax, me trató de separar pero no me deja. Me muerde la oreja y me susurra

" quiero sentir tu calor" y su lengua juega con ella, haciendo que la apreté con fuerza contra mí cuerpo y hundo mí rostro en su cuello inhalando su dulce aromo.

Nos miramos a los ojos seguimos pegados mis manos se aventuran en su campo de Venus y siento como tiene un escalofrio a mi tacto y una sonrisa se le dibuja. O por Dios descubrí dónde tiene cosquillas, que lugar tan particular, y ¿como otras veces no tuvo esa reacción?...Y estando en plena acción caliente no sentimos nada ni dolor, ni cosquillas solo placer...Pero ahora nos habíamos relajado. En mis ojos brilla la alegría ni que hubiera descubierto la cura a alguna enfermedad.

Me le acerco a su oido y le susurro.

- Descubrí dónde tienes cosquillas. Ella abrió lo ojos de par en par.

- Y donde...Lo dice con una sonrisa pícara.

- Aquí...y mí mano se posa ahí.

-Pues que quede entre los dos ese secreto.

- Así será... Le respondo con un beso. Nos encaminamos a la ducha. Abrazados nos bañamos. Cuando terminamos, salimos a vestirnos. En eso suena el timbre.

¿Quién molestará? me preguntó.

-Quedate aquí, le digo a Luz. Me pongo una remera y un jean. Y bajo descalzo a atender.

-¡Ey me estaba por ir!. Tardaste en atenderme. Mí amigo que inoportuno.

-Te venía a comentar...Lo callo haciéndole señas.

- Estás con alguien susurra. Con una mirada pícara, espiando hacia adentro.

- Si y será mejor que te vayas.

- Deja que la conozca, quiero saber quién te tiene así...

- No, no es el momento y lo atajo en la puerta. Pero el muy caradura entra como dueño de casa. Parecemos criaturas luchando.

Luz se había terminado de vestir, estaba de minifalda y un tops de tiras con una pequeña chaquetilla de jean que quedó abajo, sus sandalia de tacon. Se arregló su cabello y un toque de brillo a sus labios que tenía en su mochila. Se había vestido así para Roberto.

### Bajaba las escaleras para buscar su chaqueta cuando se topa con los hombres, que la quedan mirando. Hasta entonces Roberto no había notado de como fue vestida, lo tomo por sorpresa, lo poseyó de tal manera que no se fijó en ese detalle. Pero al ver la cara de su amigo se volteo a ver qué distrajo su atención.

-O vaya amigo, con razón no la presentaste le susurro.Y se soltó para saludarla.

- MANUEL GIMÉNEZ, para servirle y le pasa la mano. Ella cuando la extiende él la toma con sus dos manos mirándola a los ojos.

- Bueno ya te presentaste. Y ya te vas le dice Roberto. Y lo saca a empujones y Luz sonríe.

- Espera hombre no dejaste que la saludé como tiene que ser.

- Ni lo pienso hacer. Te conozco, así que cuida lo que haces con ella.

- Si no hice nada. Jajaja...Cálmate. Esta Bien te dejo que converses con ella, así ya se te quita ese humor que traes. Y se va. Roberto cierra la puerta de un golpe. Y se gira a ver a Luz que se puso su chaqueta.

- ¿Ya te marchas?. Dijiste toda la noche y te tome la palabra.

- Vamos a casa ahí no nos interrumpen, estrenamos mí cama por segunda vez. Le dijo con una sonrisa que lo flechó.

- Deja que me ponga la zapatilla y corrió arriba a calzarse. Tomo las llaves, su billetera y bajo corriendo.

- Ya estoy, vamos. Y salieron rumbo a la casa de Luz. Que en ese momento no había nadie porque se habían ido al sanatorio su hermano y su madre y Anita estaba en la casa de su amiga en una pijamada que armaron las niñas.

Ella lo encaminó de la mano a su cuarto y ni bien ingresaron. Cerro con llave para que no los interrumpan.

Él la abrazó de espaldas y recorrió con sus besos su cuello, sus hombros,mientras sus manos la despojaron de sus ropa, y poso la mano derecha entre sus piernas acariciando con la punta de los dedos sintiendo lo húmeda que se ponía, la giro con suavidad hizo que se acueste y se sumergió entre sus muslos recorriendo con su lengua saboreando cada centímetro, con un beso apasionado saboreo su sabor, succionó su jugo y hundió su lengua. Ella gemía de placer apretando con sus manos las sábanas.

Él continuo con su recorrido acariciando con sus manos cada curva, apretando sus glúteos y la giro dejándola boca abajo le elevó la cadera un poco y se sumergió en su interior. Ella pudo sentir su masculinidad como se ingresaba, lo sentía más firme, grueso y grande en esa posición. Apoyo sus manos en la cama y él atrás de ella tomándola de las caderas con fuerza. Una noche de placer y deseo que se tenían el uno al otro. Se acostaron de lado en forma de cucharita sin apartarse en ningun momento. Él se adueñó de sus colinas con la mano derecha, con la izquierda no la apartó de su campo, presionando contra él, sus dedos se movían con agilidad. Y sus labios, saboreaba su boca.

Luz sintió un placer inigualable, el orgasmo llego para quedarse, solo deseaba más de él, quien lo sintió igual o más que ella. Los dos disfrutaron por igual. Por más que habían relajado el ritmo él no retiraba su mano, le gustaba sentir su femineidad, suave, delicada, y tuvo el placer de saborear cada centímetro, eso quedó grabado en lo más profundo de su corazón. Le daba fuerzas para afrontar lo que venga. Con la esperanza de que al final terminaría unido a Luz por siempre.

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