Cosas de un asesino

Andrea toma su pedido y, al girar, se despide de Alberto, quien aún seguía fascinado por la belleza de Andrea.

"Hasta la próxima, Andrea".

"Hasta la próxima, Alberto, espero un recuerdo de su viaje".

"Con mucho gusto".

Por su parte, Marcos no dijo nada, tomó su pedido y se dirigió hacia la mesa junto a los demás. Bianca estaba charlando con los escoltas. Andrea y Marcos bajan sus platos sobre la mesa y, arrastrando las sillas, se sientan con sus tazas de café en mano.

"Jefe, ¿hacia qué ciudad de Estados Unidos nos dirigimos hoy?" preguntó el primer escolta de Marcos, Freddy, quien es más antiguo. Marcos tomó un sorbo de su café y contestó mientras agarraba la servilleta, "A Washington. Andrea tiene conocidos allí y quiere visitarlos."

-"¿Cuántos conocidos tienes allí, señorita Andrea?" preguntó Bianca entusiasmada. Andrea respondió al elevar su pan de queso y partirlo en dos pedazos con las manos. "Conocidos, unos seis, y amigos solo dos. Mirian y Daniel."

"¡Guau, son muchos!"

"Debo admitir que soy bastante popular en este mundo. ¿Quieres visitar algún lugar de Estados Unidos, Bianca?"

"No tienes que gastar en mí, señorita. Me conformo con estar de visita en un lugar famoso". Bianca comía emocionada y Marcos sintió una leve tristeza al verla feliz con tan poco. Se asomó al oído de Andrea y le susurró algunas palabras. Andrea se sorprendió y sonrió asintiendo.

¡¡Pasajeros con destino a Estados Unidos, por favor, vayan preparándose para el embarque!! Media hora después sonó en la radio del aeropuerto mientras ellos se quitaban fotos para recuerdos.

"Es nuestro avión, chicos", dijo Andrea sonriendo. Al momento de darse vuelta, se tropieza y Marcos la sostiene, quedando Andrea sobre el brazo izquierdo de Marcos y de espaldas a su pecho.

"¡Cuidado, linda!"

"¡Gracias!"

Se miran perdidamente, se reincorporan y siguen hacia la sala de espera.

Mientras viajaban a Estados Unidos, los enemigos en Paraguay estaban furiosos y los espías seguían buscando información sobre Rubí, quien es como un fantasma entre la tecnología y la vida real. Siendo una asesina de la CIA y de la DEA, no había rastros de ella. Su padre, por así decirlo, aún era el director de la operación y en cada misión que Rubi y su equipo realizaban, nadie sabía. Varias veces torturaron a los compañeros e incluso a Rubi misma, pero jamás supieron de la rubia. ¿Irónico, no? Pisan sobre el oro y piensan que es bronce. El precio de la cabeza de Rubi era de cien mil millones y ella, viva, valía tres veces más.

El equipo Rubi está formado por personas desinteresadas, recordando que el que quiso traicionar al equipo murió. "Déjame relatar cómo sucedió, después de todo, yo lo maté." -Ok, dejemos que ella misma nos relate.-

Era el mes de octubre y mi misión era capturar al pez gordo más perverso que pudieras conocer. Este individuo abusaba de niños y niñas y luego los vendía al tráfico. Me infiltré como mucama y al entrar instalé cámaras y micrófonos. Luego, entré con mi camarada como damas lesbianas que querían comprar esclavos. Olvidé mencionar el lugar, pues era un club nocturno ilegal, obviamente. Una vez dentro, llamamos mucho la atención con nosotras. Los demás eran escoltas. Solamente dos de nuestros hombres estaban allí como mozos sirviendo mesas y, para dejarnos aún más furiosos, allí estaba uno de los nuestros, derrochando perversamente su dinero comprando a jóvenes drogadas para saciar su placer. Era horripilante, aun sabiendo que ellas estaban allí en contra de su voluntad. Me hirvió la sangre, así que después de un breve show, me acerqué al traidor por la espalda, lo abracé con una mano en su hombro, deslizándola hacia su hombro izquierdo y con la otra mano acaricié su cuello y susurré en su oído izquierdo: "¿Estás disfrutando?". Me respondió con un sí muy contento, entonces le dije: "Animaré más tu noche" mientras sacaba el mini puñal de entre mis cabellos y, apretando su garganta, le susurré "Dulces sueños". El bastardo intentó defenderse, pero ya era tarde y lo hizo demasiado lento. Su sangre ensució mi mano y su ropa. Nada más satisfactorio para un asesino que ver morir a su enemigo.

"¿Lo mataste, Ruby?", me preguntó mi camarada, quien era mi escolta. Le sonreí y con eso ya obtuvo su respuesta. Caminé hacia él en el balcón repleto de sangre y pedazos de vidrio, con una vista deplorable. Allí estaba el balconista tendido en el piso con más o menos seis balas en el pecho y en la panza. Había muerto como un héroe, con su pistola en la mano derecha y una mirada aterradora. Detrás de nosotras había varios cadáveres tendidos en el piso, en la mesa, en sillas y sofás. Las paredes tenían perforaciones y la sangre cubría lentamente el piso de ese club nocturno. Mis camaradas estaban eliminando cualquier rastro nuestro y nosotras estábamos apoyadas en el balcón sucio mientras revisábamos la situación.

"No puedo negar que soy desalmada en ciertas ocasiones, pero no deja de provocarme, así, aunque sea una rubia buscada por muchas organizaciones. Al parecer, había varios malditos infiltrados que dejaron que el placer y la ambición los corrompieran. Solo les hice un gran favor al limpiar sus organizaciones. Me deberían agradecer".

Al llegar a Estados Unidos, ellos bajan del avión y se nota la emoción de Bianca desde lejos.

"Andrea", dijo Marcos mientras la sostenía del brazo izquierdo. Andrea solo lo miró.

"¿Sí?", respondió ella con un tono de voz normal.

"¿Quieres pasear un poco después del descanso?".

"Vendría bien".

"Les diré a los muchachos que se paseen con Bianca y les daré una tarjeta para sus gastos".

"¿Les descontarás?".

"No, es un regalo de mi parte".

"¡Qué jefe tan generoso! Me pregunto si me alcanzará tal generosidad", dijo Andrea levantándole el mentón de Marcos con su mano suavemente mientras caminaba hacia la salida del aeropuerto.

"¡Me volveré un obsesionado por ella!", se dijo a sí mismo Marcos al sacudir la cabeza de derecha a izquierda y luego seguirla.

Después de una hora de descanso, Andrea se levantó de la cama y se bañó. Luego llamó a su amigo para notificarle su llegada.

"Hola, tonto".

"¿Eres tú, tonta?" dijo emocionado un joven desde la sala de su casa, mientras los demás que estaban allí se detienen a mirarlo.

"¡Por supuesto! Reúne a los chicos, les quiero presentar a mi esposo y prima".

"¿Dijiste esposo?" El joven dejó caer su lápiz y quedó sorprendido.

"Sí, ¿algún problema?".

"No, es que me tomó por sorpresa".

"Bien, tienen una hora y media".

"De acuerdo".

Andrea colgó y sonrío al elegir su ropa. Marcos sonrió al oírla llamarlo esposo y seguía acostado sin hacerse saber que ya se había despertado.

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***