Mundos En Caos

Mundos En Caos

¡EL CIELO SE CAE!

— ¡Despierta chico! ¡Ya llegamos!

El conductor del taxi le habla a un joven que está dormido en el asiento de atrás del auto.

— ¿Ya llegamos?

Se despierta el joven frotándose los ojos y mirando por la ventana para confirmar las palabras del conductor.

— ¡Sí, esta es la dirección que me diste! Esta es la Universidad de Élite Juvenil.

Le muestra el pedazo de papel en el cual está escrita una dirección.

— Muchas gracias por el viaje.

Mientras se prepara para abandonar el auto, toma su morral y le entrega al conductor unos billetes.

— De nada chico, adiós.

El conductor toma el dinero y se aleja manejando.

— Bueno, ya llegué a la universidad. Por fin podré cumplir mi sueño de ser docente después de tantos años de estudio.

Se dirige a la entrada de la universidad cuando de repente siente una fuerte ráfaga de viento.

— ¡Uf! ¡Qué frío hace!

Se detiene y mira el cielo.

— Qué raro, estamos en verano, pero a pesar de eso el cielo está nublado. Además está haciendo muchísimo frío.

Mirando a su alrededor se percata de que el viento sopla con mucha fuerza, tanto así que inclusive estremece los árboles que estaban en la entrada de la universidad.

— ¡No te quedes ahí parado! ¡Es peligroso, entra al edificio!

Mientras estaba distraído alguien lo tomó del brazo y lo tiró.

— ¡S-Sí! ¡Ya voy!

Dándose cuenta del peligro, empieza a correr para entrar al edificio al igual que todas las demás personas que se encontraban por ahí cerca. Ya estando dentro del edificio se da cuenta de que la persona que lo sujetó era una mujer.

— Muchas gracias por ayudarme, mi nombre es Jerson Ramírez. Soy nuevo en esta universidad.

Algo nervioso le ofrece la mano mientras se presenta. La mujer acepta y le da un apretón.

— De nada. Mi nombre es Eliz.

Mientras ellos hablaban de repente sonó un fuerte sonido que estremeció todas las ventanas de cristal del edificio, agrietando y rompiendo algunas.

— ¡ALÉJENSE DE LAS VENTANAS!

Alguien en la multitud gritó al notar que los cristales empezaban a caer. En ese momento muchos notaron lo que le pasaba a las ventanas y se llenaron de miedo.

— ¡Corre!

Jerson le dijo a Eliz mientras la tomaba por la mano y entraba con ella a una de las aulas que se encontraba cerca. Una vez ahí la sentó en una esquina alejada de las ventanas del aula y se colocó frente a ella para protegerla de los cristales rotos que caían.

Al ver cómo habían decidido entrar en el aula, muchos siguieron su ejemplo entrando a las aulas. Algunas personas no lograron entrar en ellas así que simplemente se tiraron al suelo tratando de evitar ser heridos por los cristales rotos.

Después de unos segundos dejaron de caer los cristales y en el silencio del momento se empezaron a escuchar los gritos de dolor de las personas que habían resultado heridas.

— Parece que ya terminó, deberíamos salir y ver que es lo que sucede.

Le dijo Jerson a Eliz mientras se levantaba y le daba la mano para ayudarla a levantarse.

— Sí, claro. Hagámoslo.

Le dice con voz temblorosa aún conmocionada debido a lo sucedido hace un momento. Ella toma su mano y se levanta.

— ¡Ayuda!

— ¡Mi mano!

— ¡Mi pierna, ayuda!

— ¡Me duele…!

Se escuchan los gritos en las aulas y en los pasillos. Todo el edificio de la universidad era un caos.

— ¡Qué horror!

Dice Eliz impactada al caminar y ver a los demás llenos de heridas y bañados en sangre.

— Sí, es la primera vez que veo algo como esto. Las personas que no entraron a las aulas tienen más heridas que aquellas que entramos a una. Además, más que una fuerte brisa se sintió como si una bomba hubiera explotado y la onda expansiva hubiera roto las ventanas.

Comentó Jerson también asustado por lo sucedido.

— Sí, tienes razón. Al parecer todas las ventanas están rotas. Las de la fachada y las de las aulas de este piso, me preguntó cómo le fue a los demás en los otros pisos.

Comentó Eliz conteniendo las náuseas por la escena frente a ella.

— Intentemos ayudar a los demás aquí como podamos - dijo Jerson.

— ¡Hagámoslo! - le responde Eliz.

...****************...

— Terminé por acá. Con eso ya solo falta esperar a que la herida no se infecte.

Dice Eliz mientras ata una tira de tela en el brazo de uno de los estudiantes.

— Así que sabes de medicina. Que bueno que estabas aquí cuando ocurrió esto. Lograste ayudar a muchos.

Le comenta Jerson mientras le entrega una botella de refresco a Eliz.

— Gracias.

Eliz toma la botella mientras se coloca de pie y se apoya en una pared.

— Yo estudio medicina. Quiero ser doctora, así que se puede decir que estoy cumpliendo con mi deber.

Abre la botella y empieza a tomarse el refresco.

— Ya veo, ellos tienen mucha suerte. En los pisos de arriba también hubo muchos heridos. Aunque es sospechoso que ya ha pasado mucho tiempo y aún no se ha sabido nada de las unidades de socorro.

Le comenta Jerson mirando a los estudiantes y profesores que están acostados con vendajes en el suelo.

— Tienes razón, es muy raro. Con una emergencia así ya es para que estuvieran aquí - Eliz toma su teléfono celular, e intenta llamar a la policía. — Qué raro, suena ocupado - le dice preocupada.

— ¡¿QUÉ ES ESO?! - alguien gritó.

— ¡MIREN EL CIELO! - se notaba el pánico en su voz.

Todos se asoman por las ventanas para mirar que es lo que pasa y al hacerlo todos quedaron impactados con lo que vieron.

— Jerson, ¿Acaso estoy soñando? ¿Es real lo que estoy viendo? - le pregunta Eliz mientras se frota los ojos.

— No es un sueño, estoy viendo lo mismo que tú- le responde.

— Es imposible, si es verdad entonces… No, no puede ser verdad - le dice Eliz a Jerson mientras se asusta por lo que está viendo.

— Si, También me cuesta creerlo, pero en el cielo hay grietas - le responde Jerson.

El cielo estaba lleno de grietas, algo que nunca se habría podido llegar a imaginar. Al notar esto todas las personas de la universidad entraron en pánico, y no se les podría culpar por ello, era algo nunca antes visto.

— ¡ES EL FIN DEL MUNDO! ¡EL FIN DEL MUNDO! ¡VAMOS A MORIR! ¡NO QUIERO MORIR!… - se escuchó el grito desesperado de alguien.

No se supo quién inició, pero cuando la primera persona gritó eso todos los demás le siguieron y todo se volvió un caos, muchos empezaron a llorar desesperados por miedo a morir.

— ¿Entonces, vamos a morir? - Eliz empezó a llorar.

— Tal vez, aún no sabemos - respondió Jerson.

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Comments

samuel nieves

samuel nieves

"Amigo/a" ¡increíble e impactante inicio, espero los siguientes capítulos!. Grazie.

2023-12-16

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