–– San Miguel, Arcángel bendito, sácame de esta pesadilla.
Dichas aquellas palabras apareció un hombre alto detrás del monstruo, con alas y un escudo con una balanza en el centro, sacó su espada sin esperar nada y de un certero movimiento le cortó la cabeza, corrió hasta donde estaba German, lo cogió por un brazo como si su cuerpo no pesara y en la carrera lo alzó en sus hombros. Muchas de esas criaturas que participaban en ese combate cambiaron de dirección y comenzaron a perseguir a ese hombre que llevaba a German en peso, el muchacho asustado que veía como esas cosas vivientes se acercaban a pasos gigantes soltó nuevamente un grito.
–– ¿Puedes correr un poco más? Nos están alcanzando.
Y un destello de luz en frente de ellos se hizo presente, una luz tan blanca que encegueció a German de tal manera que no pudo ver nada más. De pronto el calor y las llamas no estaban y pasaron de una zona de combate a una habitación completamente blanca y con un silencio que ensordecía, de ir a hombros pasó al piso en una caída brusca y ver a su salvador frente a él con sandalias de cuero y cordones tejidos a media pierna, cuando subió un poco la mirada pudo ver la punta de una espada llena de un líquido gris como especie de barro y lo que su mente descifró como el borde de una falda y las piernas en posición de combate, quiso subir la mirada para ver el rostro de quien estaba allí y solo pudo ver una mano que tocó su frente y otra vez ese destello le imposibilitó ver con claridad.
Al cabo de dos o tres horas German despertó de un sueño profundo, su vista comenzó a aclarar y logró ver que estaba semisentado en un sillón de una habitación que desconocía totalmente, estaba solo, se levantó, caminó hacia una ventana, al tirar de la cortina a un lado y asomarse para ver donde estaba y tener una idea de que había pasado no logró ver absolutamente nada, por mucho que cubrió con sus manos la luz detrás de él fue imposible, los vidrios eran completamente negros y no se veía hacia afuera, entonces caminó al otro lado de la habitación donde estaba un escritorio y una biblioteca, comenzó a escudriñar en la gavetas y encontró unos escritos que al abrirlos las letras allí contenidas no eran algo que jamás sus ojos hubiesen visto, leído o escuchado, fue a los libros que estaban colocados de manera que cada uno contenía una letra que formaban palabras que tampoco sabía pronunciar. Confundido y un poco desesperado fue al sillón donde despertó, se sentó y llevó sus manos a su cabeza, cerró sus ojos y se dispuso a orar, pero un ligero ruido, tan ligero como la caída de una hoja de papel al piso lo hizo desistir de su oración, solo el silencio del lugar permitió a German escuchar.
Al quitar sus manos vió claramente a un hombre parado frente a sí, estaba vestido de saco, corbata con pantalón negro y zapatos de negro patente, toda su ropa bien pulcra y planchada, tal como si la hubiesen planchado puesta en su cuerpo, cabello negro, barba bien rasurada y correctamente peinado. Lo más asombroso fue al ver su cara, era el director de su colegio con veinte años menos.
–– Hola German ¿Cómo estás?
Dijo aquel joven hombre.
–– Hola prof… ¿Profesor Peter es usted? Pero se ve con muchos años menos.
Contestó German extrañado.
–– Sí joven Scale, soy el profesor Peter, tú me ves más joven porque para ustedes los humanos es muy importante verse joven por muchos años, cosa que para nosotros no significa nada.
German dió un salto hacia atrás y pasó de estar sentado a estar de pie un tanto retirado.
–– ¿Para nosotros los humanos? ¿Acaso usted no es humano profesor?
Peter con mucha calma cerró los ojos, tomó un poco de aire en sus pulmones y soltó un soplo de aliento que formó una especie de pequeña nube en su cara y al disiparse el rostro de Peter era el que German estaba acostumbrado a ver en el colegio.
–– Explicarte que soy y por qué estoy aquí será un poco complicado German, lo único que te pido en primer lugar es qué no me tengas miedo.
–– Si es por miedo créame que ya estoy temblando, no entiendo cómo puede usted envejecer su rostro con tan solo un soplido.
Peter trató de acercarse a German y tendió su mano, pero este continuó hacia atrás diciendo:
–– No se acerque porque voy a gritar.
––No seas tonto German, donde estamos nadie te escuchará, si hubiese querido hacerte daño dejo que el demonio te cortara la cabeza y comiera tus entrañas.
–– ¿Cuál demonio? No recuerdo ningún demonio ¿Dígame qué es usted?
–– ¿Quieres saber cuál demonio?
Y apuntando con su mano a la pared hizo que German viera como en una pantalla lo que había vivido minutos, segundos u horas atrás. El joven quedó parado mirando fijamente aquellas imágenes como una película, sintió como por muy poco estaba con vida.
–– ¡Ahora sabes cuál demonio German!
Dijo Peter.
–– Si prof… profesor, ya recordé que ese demonio casi me mata, pero estoy seguro que todo es un sueño y nada me puede suceder.
–– Si la espada de esa cosa hubiese alcanzado tu cuello no estuvieses aquí conversando conmigo.
––Recuerdo que estaba en mi habitación durmiendo en medio de una tormenta con muchos rayos.
––No estabas soñando y puedo demostrarte que no es como piensas.
–– ¿Explíqueme qué es usted y cuál es el fin de estar aquí?
–– Haz memoria un poco jovencito.
–– Estaba soñando con un guerrero de espada de oro, capa roja y un casco brillante, tenía además alas doradas, era muy ágil y preciso en sus movimientos.
–– ¿Y qué más recuerdas German?
–– Un monstruo asechando a mi espalda y cuando quise salir corriendo resbalé y caí.
–– ¡Y esa cosa casi te mata verdad!
––Si y justo cuando iba a usar su espada contra mí y ma… invoqué a San Miguel Arcángel porque fue a quien recurrí para salvarme.
Abriendo sus ojos al recordarlo. Peter hizo una reverencia.
–– Aquí presente mi joven señor.
–– ¿Usted es San Mi…?
Inmediato Peter interrumpió.
––Sí, soy San Miguel o como comúnmente me llaman ustedes los humanos, Miguel Arcángel.
–– Lo que no entiendo es como usted siendo un Arcángel puede ser director del colegio donde yo estudio.
–– Podemos venir a tu planeta a cumplir misiones por orden de nuestro CELESTIAL CREADOR. Nos asignan cuidados especiales y podemos convivir con ustedes.
–– ¿Y cómo viven en esos cuerpos? ¿Acaso roban sus almas?
––No joven Scale, ese tema lo hablaremos más adelante. No puedes pensar que voy a venir a la tierra con mi traje de guerrero y pasear por las calles como cualquier ciudadano, crearía un caos, además, los príncipes del infierno nos perseguirían de día y de noche para matarnos.
–– ¿En serio es usted San Miguel?
–– Sí German y en adelante trátame de tú.
–– ¡Dios qué emoción! Conocer en persona a la mano derecha de DIOS.
Y haciendo una gran reverencia dijo Peter nuevamente:
–– ¡MI GRAN SEÑOR Y SALVADOR!
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Comments
DelbarrioDorta
gracias por tu apoyo
saludos
2023-01-10
1
eglee cordova
🙏🏻
2023-01-10
0