Capitulo 7

Vendedor: ¿Quién eres? ¿Cómo te atreves a intervenir?

La cara de este se había puesto roja de rabia, entonces la chica lo miro aburrida y le dijo.

Chica: Oye, te aconsejo que si no quieres sufrir es mejor que salgas de aquí.

Vendedor: ¿Qué? Repite lo que acabas de decir y verás.

Me quede viendo a la chica, tenía la apariencia de un hada, una fuerza extremadamente inusual y portaba una espada que hasta ahora había pasado desapercibida, sus ojos verdes se veían puros, sin contar el hermoso color de su cabello, entonces el Rufián que antes había derribado se quedo viendo a la chica, luego acercándose al otro Rufián le susurro algo al oído, este hizo una mueca, su cara paso de la rabia al terror, mire nuevamente a la chica ¿Quién era? El vendedor por su parte los miraba enojado.

Vendedor: ¿Qué pasa con ustedes? Vengan y desháganse de esta perra loca, he gastado mucho dinero en contratarlos, no se queden ahí.

Los Rufianes no se movieron, sino que sin mirar al vendedor agregaron.

Rufian a: No podemos.

Vendedor: Pero que... ¿Por qué?

Rufián a: No vale perder la vida por una miseria de dinero. Además ya tenemos el dinero, no podemos reembolsar lo recibido.

Rufián b: SI quieres, date prisa y venga.

Decían mientras se montaban en un carruaje llego de sacos que obviamente debía ser productos del vendedor, este al verse desprotegido, salió corriendo y se monto con ellos.

Luego de poner en marcha el carruaje todos empezaron a dispersarse, la chica solo me miro y dijo.

Chica: Es imprudente para las mujeres de la nobleza, tratar de ser un héroe si se esta desprotegida, debes tener cuidado en el futuro. Hasta luego.

Tras decir esas palabras empezó a caminar, doblo en una esquina y se perdió de mi vista.

August luego de terminar de hablar con el señor se acerco a mi.

*En el carruaje de vuelta al castillo*

August: La dama de hace un momentos una caballero rojo, perteneciente a la casa Smith, Laurent Smith.

Damar: ¿Un caballero rojo?

August: Si, en su escuadrón, en cuanto habilidades con la espada es considerada la mejor, ha visto usted a una persona muy difícil de ver, además ella odia a los nobles.

Damar: ¿Pero no es ella un caballero de la casa Smith?

August: Es una lastima, pero Laurent Smith es la única de todo el escuadrón que no le ha jurado lealtad al Rey. Solo se unió a los caballeros para poder participar en la expedición de invierno, para proteger a los residentes. A lo que lleguemos al castillo, la buscare por haber sido grosera contigo, espero que la puedas perdonar.

Damar: No pasa nada, ella no dijo nada malo. ¿Qué tengo programado para mañana?

August: Oh, mañana escogerá el vestido que usará para la boda, el vestido debe estar por llegar al castillo.

Damar: ¿Debo escoger un vestido que ya esta hecho?

August: Si, según nuestra tradición el vestido se empezó a realizar tras la confirmación de la novia, es decir, usted. Hasta ahora los mejores diseñadores del reino han diseñado para usted más de 300 vestidos.

Damar: Comprendo, ya que se ha hecho tanto esfuerzo, estoy esperando que llegue el día de mañana.

*Mas tarde, en el castillo*

Me encontraba en mi despacho, estaba rodeado por grandes cantidades de hojas, muchas requerían mi aprobación, suspire, me levante y camine hacia uno de los ventanales, observaba el jardín, cuando vi que en el estanque el agua se movía, se trataba de una paloma blanca, intentaba volar, pero tenía el ala rota, entonces vi como Damar aparecía, se acerco al estanque vio a la paloma, procedió a sentarse, fruncí el ceño cuando me percate de lo que estaba haciendo, se estaba quitando los zapatos que la protegían del frío que hacía, entonces metió los pies dentro del estanque levantando su vestido para que no se mojara, avanzo, agarro la paloma, enseguida un hermoso color verde claro envió al ave, luego de unos segundos, esta le picoteo la palma, voló a su alrededor, era como si le estuviera agradeciendo y voló lejos, una fuerte brisa azoto contra ella, perdió el equilibrio y callo al agua helada, me disponía a ayudarla cuando vi que en lugar de enojarse o hacer una rabieta, se echaba a reír por lo ocurrido, sonreí al verla, era una mujer muy peculiar, una sirvienta corrió en su ayuda, envolviéndola con una manta y llevándola dentro.

Dimitri: Veo que disfrutabas de la vista.

Axel: ¿Puedo saber que haces para que no pueda detectar tu presencia hasta que hablas?

Dimitri: Un brujo, jamás rebela sus secretos.

Lo mire enojado, parece que mi primo no tenía nada mejor que hacer que interrumpirme en momentos inoportunos.

Axel: ¿Qué quieres?

Dimitri: Tenemos que hablar -dijo serio- Estoy a nada de descubrir la guarida de los Libertadores.

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