Capitulo 2

Damar hija de la familia Amery

Todo lo relacionado con la preparación de los votos matrimoniales sería mío y será responsabilidad del Reino del Norte. Además, para la comodidad de su viaje, hemos preparado un carruaje.

Deseándole un buen Viaje.

Axel Freeman.

Damar leía la carta que se le había entregado hace unos minutos una de las sirvientas de la familia.

Damar: No menciono nada relacionado con el asunto de la novia... Entonces para él ¿No importa quién sea la persona que se convierta en su esposa? Si es así, yo también soy igual, supongo que no hay nada de que preocuparse -pensó- Lo llaman el monstruo sin corazón, pero en su carta, extrañamente se preocupa por el viaje de su prometida.

Me levante de mi cama, camine hacia la ventana apreciando el hermoso panorama que la mansión de mi familia me proporcionaba.

Damar: Me pregunto que lado de él es real.

En eso alguien toca a la puerta, pero sin esperar previo aviso abrió, se trataba de Nuna, una de las sirvientas de la mansión.

Nuna: Disculpe señorita, pero se trata de Emma, de alguna manera se entero de la posposición del evento de caridad que iba a realizar y esta empeñada en salir de la mansión e ir a hablar con el Rey personalmente, apenas hemos podido detenerla.

Salí en dirección al campo de entrenamiento, donde sabía que la encontraría, siempre que estaba mal o enojada, iba con su caballero personal. Y así fue, al llegar la encontre blandiendo su espada contra muñecos de madera.

Damar: Es suficiente Damar, vas a terminar maltratando tus muñecas si sigues blandiendo tu espada atronadamente así.

Emma: No puedo entenderte hermana ¿Realmente crees que un banquete para los aristócratas es más importante que un evento de caridad para ayudar a los pobres?

Damar: Es una exhibición de arte.

Emma: Eso no importa, solo lo hacen para hacer alarde de sus riquezas, posponen un evento de caridad por este tipo de exhibición, no es justo, la hora y el lugar del evento fuero elegidas desde hace tiempo ya.

Damar: Emma, ya calmante y escúchame.

Emma: No pienso escucharte, ya se lo que vas a decir. La nobleza y sus obligaciones. En cualquier caso, no pienso echarme para atrás por este suceso.

Damar: Emma...

Jul: La señorita Emma ya no quiere hablar con usted.

Damar: Que imprudente eres, vete.

Jul: Perdóname, pero no puedo obedecer sus ordenes, por favor, le pido que deje de hostigar a la señorita Emma.

Damar: Esta será mi última advertencia, lárgate.

Jul: Usted es noble de nacimiento así que no es capaz de entender, pero las acciones de la señorita Emma son muy honorables...

Levante la mano y con mi poder, abrí una gran brecha en el suelo frente a Jul, mi enojo había salido a la luz. Este asustado cayo al suelo.

Damar: Te dije que te fueras.

Emma: ¿Ahora usas tu poder para oprimir a otros? -Grito esta enojada-

Damar: Emma, necesito que te calmes, escucha lo que tengo que decir.

Emma: No. Hermana, queda claro que no estamos en la misma sintonía.

Emma se marcho, siempre he pensado que sus acciones son realmente dignas de admiración, pero éramos nobles, habíamos nacido de esta manera, debíamos cumplir con nuestras obligaciones.

Damar: Deberías alegrarte de mi partida... En el futuro tu hermana ya no estará para regañarte.

*Al día siguiente*

Nos encontrábamos frente al carruaje que había enviado mi prometido.

Aarón: Según tengo entendido para llegar al Reino del Norte se necesita un viaje de 10 días. Si algo te llegase a pasar durante el camino...

Damar: No te preocupes, Padre. No pasará nada.

Aarón: Vale... Solo soy yo, preocupándome innecesariamente otra vez.

Aurora: Hija ¿Estas segura que no tenemos que asistir a la boda?

Emma: ¿Cómo crees madre? Si el Rey me ve seguramente sugerirá cambiar de novia ¿Qué pasará si nos pide que nos hagamos responsables?

Aurora: Eso no puede pasar ¿O si?

Damar: Estoy bien, en serio.

Vi que Emma me estaba viendo, le sonreí, pero ella giro su cara desviando su mirada, la mire tristemente, no quería irme de esta manera, pero no tenía otra opción.

Damar: Padre, Madre. Gracias por cuidarme durante todo este tiempo.

Luego me di la vuelta, me abrió la puerta el señor que había venido representando a su amo, antes de subir, me volví.

Damar: Emma, tienes que ser feliz.

Le dije esas únicas palabras sonriendo, pude ver el brillo en sus ojos, delatando que estaba conteniendo sus lagrimas, luego subí al carruaje y este se puso en marcha. Mientras avanzábamos por la ciudad se podía oír los comentarios.

C: Miren, es la señorita Damar.

C: Por fin se irá del Reino, así ya no abra nadie molestando a la señorita Emma.

C: Por fin el mundo de la Aristocracia estará tranquilo una temporada.

C:Tan gran noticia ¿No deberíamos celebrarlo?

Damar veía por la ventana del carruaje, como todas aquellas personas reían con malicia. Entonces el señor cerro la ventana.

Señor: Cerremos las ventanas, afuera hace un poco de frío, no vaya usted a coger un resfriado.

Damar: Gracias.

Dijo nada más por educación, puesto que estaba realmente acostumbrada a ese tipo de comentarios a su alrededor.

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