Vampiro, Tú Eres Mi Destino.

Prólogo.

Era una noche como cualquier otra, en el Reino del Norte se encontraba un silencio sepulcral, los brujos y humanos que rodeaban el castillo estaban en sus casas durmiendo, mientras que en el castillo donde se hallaban todos los Vampiros, cada quien estaba en su labor, unos en la cocina, otros estudiando, otros haciendo guardias y los Reyes en sus aposento donde nadie tenía permitido entrar. Era uno de los pocos Reinos dónde la paz prevalecía, tenían un tratado con los Brujos y humanos que estaban a su alrededor, ningún Vampiro podía tocar a uno de estos, a menos que estos llegarán a revelarse, cosa casi imposible, puesto que había un pacto de sangre de por medio y los que no, juraban lealtad poniendo su vida de por medio.

Todo estaba bien, hasta que en todo el Reino se oyó el llanto de la Reina Esmeralda, habían matado al Rey Roger, todos empezaron a correr en su dirección, mientras que los ciudadanos salían de sus casas hablando entre ellos, entonces más de uno vio en dirección al castillo. Dentro de este se liberaba una batalla, alguien poseía la espada Blade, una espada legendaria capaz de matar a cualquier vampiro. La Reina había corrido a la habitación de su hijo Axel, quién en ese momento dormía plácidamente sin saber lo que ocurría a su alrededor, era un niño de tan solo 3 años, ella lo agarro en brazos, mientras afuera se escuchaban los pasos de los agresores, se trataba de un Grupo que se hacían llamar "Libertadores" querían erradicar a los vampiros de la faz de la tierra, nadie sabía sus motivos, habían estado ocultos por muchos años y apenas estaban sacando sus colmillos. La Reina corrió al balcón, escucho como se abrían las puertas de la habitación, pero no sé detuvo a verificar, sino que salto y extendió sus alas, su hijo abrió los ojos y tras verla sonrió, mientras que los ciudadanos la veían y murmuraban "Es la Reina Esmeralda ¿qué estará pasando?" la luz de la Luna estaba tras si reflejaba su hermosa silueta a todo aquel que podía verla con nitidez, entonces la Reina empezó a cantar, todos podían oírla, era el canto Celestial, la Reina estaba otorgándole el poder " Love Sky" al pequeño príncipe heredero, su hermosa melodía cautivaba a todos los presentes, entonces una flecha atravesó su cuerpo, está cayó dejando a todos sin habla, muchos brujos intentaron llegar hasta donde estaba, pero una barrera muy poderosa se lo impedían, temían por la vida de ambos. La Reina había protegido al príncipe con su cuerpo, la flecha había sido impregnada con un poderoso veneno hecho explícitamente para matar a vampiros pura sangre, está abrió los ojos y con el último polvo de poder que le quedaba creo una barrera alrededor de su hijo, quien no paraba de llorar, ella viendolo sonrió tristemente, mientras lágrimas recorrían su hermosa mejilla.

Pronto se vio rodeada por muchas personas, hubiese preferido que fuesen buenas, pero al contrario, se trataba del enemigo quién con la espada Blade atravesó su corazón dejándola sin vida, todos se volvieron entonces a ver al pequeño príncipe heredero, querían acabar con su vida, pero este al ver el cuerpo de su madre sin vida, despertó su poder, los ojos carmesí de este hizo retroceder a muchos de los presentes, pero antes de que pudieran hacer algo, la mayoría había sido descuartizado por hilos dorados que salían de los dedos de este, el principe grito haciendo que los presentes quedarán aturdidos, solo uno que era el portador del arma logro escapar, los demás no vivieron para contarlo, luego de eso, nadie quería acercarse al patio donde se encontraba el pequeño Axel al lado del cuerpo sin vida de su madre.

Ya habían transcurrido 30 años desde dicha masacre, a este se le habia otorgado el apodo del monstruo sin corazón, había ascendido al trono, pero siendo aún joven, quería una esposa que pudiera ser de anfitriona y quería tener herederos, cuando lo planteó a su mejor amigo, que también era su primo, Dimitri, este parpadeo varias veces tratando de asimilar sus palabras, así sin dar muchos peros, empezó la búsqueda de la futura Reina del norte.