Capítulo 4

Acá estoy frente a frente con el hombre que me mandó a llamar.

—¿Querías hablar conmigo?.—pregunto nerviosa.

—Ariana, creo que tienes un poco de razón. Debería quitarme la máscara para dormir y también...debería dormir con mi esposa.—dice suspirando.—¿quieres sacarme la máscara?.

Un escalofrío recorre mi cuerpo y me acerco a él.

—¿Estás seguro?.—juego con mis manos.

—Claro que lo estoy. Apresúrate.—dice demandante.

Le saco la máscara y logro ver vendajes.

—Por orden del médico, debo seguir con estas vendas por un tiempo. ¿Y bien, que dices?. ¿Estás asustada?.—pregunta y toma mi mano.

—¿Por qué estaría asustada?. Solamente son vendas. He visto muchas hasta ahora.

Es cierto, en el orfanato llegaban niños en condiciones muy malas. Tuve que curarlos, poner vendajes y aliviar dolores.—¿Quieres ir a desayunar?. ¿O te traigo el desayuno acá?.

—Desayunemos juntos en el comedor.—dice con un tono amable.

La sensación de felicidad me invade, pues siento que se está comenzando a mostrar como es.

Nos sentamos y le miro sonriente.

—¿Qué me miras, Ariana?.—pregunta mientras se acerca la taza de café a la boca.

—Espero poder verte sin las vendas, Caleb.—digo y como un bocado de mi tostada.

Quizás si se la muestre a la verdadera Ariana.

—Algún día, querida. Oh, Ariana. Hoy tengo terapia. Me van a hacer caminar con una especie de robot o creo que se llama andador.—dice como niño pequeño emocionado.

—Me alegro mucho, Caleb. ¿Puedo acompañarte?.—pregunto nerviosa por temor a que me diga que no.

—Es por ello que te lo había comentado. ¿Quieres acompañarme?.—pregunta tímidamente.

—Claro. Amaría ir contigo.

En eso suena mi celular, miro y es Ariana.

—Disculpa, Caleb. Es algo importante.—digo y me voy a mi habitación.—¿Si?.

—"Rocío, hoy es mi última presentación antes de irme al extranjero por mi tumor. ¿Podrías venir?. Digo para que me veas y sepas como imitarme."

—Ariana, hoy no puedo. Pero, ¿que tal si me mandas los videos y después los reviso?.

—"¿Qué es más importante que tu trabajo, chica?."—habla enfadada.

—Caleb. Hoy tengo que ir con él a sus terapias. Por eso, no puedo hoy.

—"Está bien. Le diré a mi manager que me grabe para que después revises mis videos. Ten un buen día, adiós."—cuelga enseguida después de escuchar sobre Caleb.

Yo suspirando vuelvo al comedor para terminar mi desayuno.

—¿Quién era?.—pregunta Caleb molesto.

—Mi manager. Quería decirme que hoy no tengo actividades. Dijo que fuera tranquila contigo.—le sonrío. Pero noto que mi respuesta no lo dejó muy tranquilo.

—Está bien. Termina tu desayuno para después irnos.

—Sí. Estoy emocionada por ir.—digo comiendo.

Terminamos de desayunar y después de asearnos, nos subimos al coche.

He estado pensando en ella toda la noche, es enfermante verla como se preocupa tanto por Caleb.

Desearía quitarle esa maldita sonrisa de la cara.

¿Cómo mierda no la ahuyentó la máscara ni los vendajes?.

Tendré que recurrir a otras cosas para alejarla del dinero de la empresa familiar.

—Hey, Caleb. ¿Puedo preguntarte algo?.—digo sonriendo mientras vamos en el automóvil.

—Si, apresúrate. No tengo toda la mañana.—habla con frialdad.

—¿Eres hermano mayor o hermano menor?.—pregunto con curiosidad.

—Soy mayor por siete minutos. Con Zyan somos gemelos.—dice suspirando.

—Entonces, detrás de esas vendas se debe esconder un rostro hermoso, mucho mejor que el del engendro ese.—digo con rabia.

—No lo sé. A todo esto, he notado que no te llevas bien con él.—comenta mirando por la ventana un poco desinteresado.

—Es que ese tipo es...es de los que miras y te provoca agresividad instantánea.

—¿Si?.—dice un poco interesado en mi reacción.

—Es que, le miro y me dan unas ganas de colgarlo del cuello y después pegarle con un palo como si fuera una piñata.—le describo más o menos lo que me imagino cuando veo a Zyan.

—Esos son unos pensamientos bastante sádicos para una dama de alta sociedad.—dice un poco sorprendido.

Oh, me olvidé que soy Ariana.

—Así es. A veces hay personas que nos sacan de nuestras casillas, Caleb. Seré dama y todo, pero también tengo sentimientos malos. No tengo que ser una muñequita tonta siempre.—trato de arreglar la situación.

—Eres extraña.

Dice antes de irnos todo el camino que sigue en completo silencio.

Llegamos a la clínica privada en donde Caleb se hace sus terapias y de verdad lo hacen subirse a un andador robótico.

—Ahora, la máquina que estamos ocupando es para que el señor pueda volver a caminar. Le falta un poco de movilidad y fuerza en las piernas. Nada más.

—¿Ha visto avances?.—le pregunto al kinesiólogo.

—La verdad estoy sorprendido. Su recuperación es rápida. Él llegó en un estado tan malo, no podía mover sus piernas. Estaba muy mal también psicológicamente. El avance que ha tenido me pone muy feliz y me emociona ver como comienza poco a poco nuevamente a llevar una vida más normal después de ese accidente.

—Me alegra saber eso. Yo lo veo y me parece una persona tan fuerte. Es alguien admirable.

—Y a mí me alegra saber que usted ama a su esposo. Eso es lo que más necesita este loquillo, querida. Necesita amor y alguien que comprenda lo que vivió. Alguien que no lo juzgue, porque con él mismo tiene más que suficiente.

...

Llegamos a casa después de la terapia no sin antes pasar a almorzar por allí.

Caleb llegó cansado así que se encerró a dormir un poco.

Ahora yo estoy aquí viendo algunas presentaciones de Ariana anteriores, mientras ella carga otros videos en la nube para enviarlos.

En Internet busco las canciones famosas de Ariana e imito con mi voz su canto.

Cuando por fin encontré el tono de voz perfecto, golpean la puerta de mi habitación.

—Puedes pasar, está abierto.—digo y ordeno los papeles que tengo encima de mí escritorio.

—Soy yo.—dice Zyan entrando y cerrando la puerta detrás de él.

—¿Qué haces aquí?.—pregunto suspirando.—si me vienes a humillar nuevamente, no tengo el tiempo para escucharte. Puedes hacerlo en otro momento.

—Caleb habló conmigo, me dijo que comenzara a llevarme bien con su esposa. Solo vine a disculparme por todo lo que te he dicho, ¿bueno?.

Oh, ¿y éste que?. ¿Debería aceptar sus disculpas?. Bueno, es lo mejor. Debo mantener lazos sanos para que a Ariana no le cueste integrarse cuando vuelva.

—Está bien. Te disculpo.—digo y él se lanza a abrazarme lo que me hace quedar en shock. En eso, siento que su abrazo tiene demasiada fuerza.—Suficiente. Ya suéltame.

Zyan me inmoviliza y comienza a besarme a la fuerza.

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