ser o no ser

Despierto por el sonido de mi despertador. Tengo ganas de aventar el celular por la ventana y seguir durmiendo, pero como ayer me tome el día sabático, hoy no tengo perdón.

Me remuevo para despegar mi cuerpo del de mi vecino, porque si, aunque no lo crean, todavía sigue aquí y lo peor de todo que su pequeño juan sigue erguido como mástil de barco. Ya hasta miedo me da. No mentira, me encanta el morbo que crea la idea de que sigue así por mi causa, aunque solo se trate de una erección matutina.

Logro zafarme de su agarre, pero no por mucho tiempo ya que nuevamente me tiene atrapada entre sus fornidos brazos.

—¿Dónde vas princesa? —pregunta con esa voz ronca que enciende mi sangre.

—Tengo que levantarme, aunque la idea de tomarme otro día me guste, no puedo seguir faltando —murmuro e intento volver a salir de su corral.

—¿Tienes que ir a la universidad? —pregunta aflojando un poco el agarre de sus brazos.

—Si, y debo también asistir a cumplir con mi pasantía —respondo a su pregunta.

Termina por soltarme, pero lo veo sentarse en mi cama. Yo aprovecho y me dirijo al baño. Hago mis necesidades y me meto a la ducha. Abro el grifo del agua y escucho como mi vecino utiliza el sanitario.

—¿No conoces la privacidad? —pregunto, el corre la cortina de la ducha y se mete conmigo.

—Luego de estar dentro de ti más de veinte veces, escucharte gemir y hacerte vibrar con mi pequeño juan ¿Todavía preguntas si conozco la privacidad? esa parte ya la superamos en el momento en que devore tu centro cariño —murmura, toma el shampoo y se encarga de lavar mi cabello.

—Parecemos pareja de verdad —digo para cambiar de tema.

—Creí que lo éramos desde el momento en que te dije que sería exclusivo contigo —acata masajeando mi cuero cabelludo, es tan relajante que podría acostumbrarme.

—Lo sé, es que no me acostumbro a la idea de que dejes tu libertinaje por mi —hablo sincera, el detiene el movimiento de sus dedos y me obliga a voltearme para que lo mire.

—Me quieres decir que quieres una relación abierta —está sorprendido y yo confundida.

—No es eso, es que pensé que luego de todo esto que compartimos tu seguirías con tu vida y yo haría la mía como siempre —digo no muy convencida.

—Me quieres decir que después de todo esto quieres seguir siendo mi novia falsa y espantando todas las mujeres que pueda llegar a traer a mi casa —la sola idea de que otra gata harapienta pose sus garras en mi hombre me enerva. Niego—. No te entiendo ¿Qué es lo que quieres en realidad de mí?

—No lo sé —siendo sincera no se si es la persona ideal para decir es mi novio, o tengo una relación con mi vecino—. ¿Podemos ser folla amigos?

—Creo que tanto sexo te nublo el juicio —dice volviendo a masajear mi cabello—, mejor apresuremos el baño y desayunemos así luego te acompaño a la universidad.

—Puedo ir sola, de seguro tienes cosas que hacer —digo tomando la esponja y poniendo jabón para pasarla por su cuerpo ardiente y bien formado, ¿Sera que todo eso quepa en mi boca?

—Trabajo en la tarde y me gustara acompañarte a la universidad y luego en el almuerzo si estás sola, acompañarte —lo escucho y no lo creo, ¿Sera que de verdad quiere una relación conmigo?

—Almuerzo con mis padres —digo pasando la esponja por su tabla de lavar la ropa—. Dan ganas de ser trapo y refregarme en tu pecho —pienso y muerdo mis labios. Lo escucho reír y levanto la mirada.

—Sueles decir lo que piensas sin darte cuenta —afirma entre carcajadas a costa de mis pensamientos—, pero siguiendo la línea de tu mente pervertida con gusto me presto para ser lo que tú quieras que sea y hagas de mi lo que se te antoje —dice mientras enjuaga mi cabello con suma delicadeza—, pero será en otro momento o no llegaras a tiempo a clases.

—¡Mierda! Ya lo había olvidado —casi grito al percatarme que tiene rezón, pero de una cosa no me voy a quedar con la duda.

Estuvimos un día completo follando como conejos, pero nunca lo tuve en mi boca y la verdad que se me antoja como si de una paleta helada se tratara.

Dejo a un lado la esponja enjabonada y la empuja para que se acomode en el borde de la bañera, logro que se siente con la confusión plantada en su hermosa cara.

—¿Qué haces? —pregunta siguiendo mis movimientos con su mirada, sé que lo adivina, pero le gusta llevarme al límite.

—Quiero ver hasta donde llegas —digo y sin más que decir me acuclillo frente a él, tomo su pequeño juan entre mis dedos y abriendo la boca poco a poco lo voy introduciendo.

No entra en su totalidad ya que es enorme pero los gruñidos que salen de su boca me afirman que lo está disfrutando. No soy buena en esto, pero espero aprender.

Llego a la universidad justo a tiempo. El baño se demoró un poco más de lo normal ante mi pequeña osadía, pero llegue. Mi vecino me acompaño hasta la universidad y cuando me quiso besar antes de irse no se lo permití, todavía le reusó a la idea de que seamos una pareja.

No es que no le tenga confianza, pero de hecho ese es el punto. ¿Cómo un hombre que le gusta disfrutar de la variedad se conformaría solo conmigo? Tampoco quiero imponerle algo que a lo mejor lo canse y luego sea peor, pero sé que si lo veo con otra o me pida ayuda en espantar sus nuevas conquistas me pondría los pelos de punta. No puedo tomarme el atributo de decir que es mi novio o siquiera que algo está naciendo entre nosotros. Aunque de echo eso es lo que pasa.

Como sea dejo mis cavilaciones de lado y me concentro en la clase. Por suerte ya falta poco para el receso. Al terminar mis clases salgo y me dirijo a la empresa de mi padre que está a una cuadra de la universidad. Subo a su piso antes de ir al de mi área y luego de saludar a Mónica y que esta me anuncio, paso a la oficina de mi padre.

—¡Hijita! —me recibe con los brazos abiertos. Corro y me lanzo a su regazo para abrasarlo y darle un beso sonoro en su mejilla.

—¡Hola papi! —exclamo entusiasmada, de verdad que lo he extrañaba, naaa... mentira mi vecino no me dio tiempo a pensar en nada que no se su reptil metido en mi cueva.

—Hay mi chiquita nos dejaste preocupados el día de ayer al no dar parte de ti —dice tomando mis hombros para verme a la cara, la cual parece la bandera de suiza sin la cruz blanca—. ¿Con que estas de novia? —preguntó emocionado.

Aunque no lo crean mis padres quieren que tenga novio, marido hijos y que me dedique al hogar. Son de pensamientos muy anticuados, si supieran en las que ando.

—Ya anduvo mama de chismosa —murmuro levantándome de su regazo—, no tengo novio asique no te ilusiones —digo señalando es punto, mi padre parece desinflarse de la desilusión—. Solo es alguien con el que me veo, nada importante.

—Bueno, ya veremos —dice cambiando su cara como un camaleón—. Estos jóvenes de ahora le temen al compromiso y terminan teniendo hijos y prácticamente viviendo junto, pero con la etiqueta de nada importante —murmura mirando su computadora.

—Deja de delirar papa —tomo camino a la puerta de su oficina— ¿Comemos juntos?

—No puedo hijita, tengo un almuerzo de negocios, si quieres puedes venir, pero es muy aburrido —dice mirándome a la cara, la verdad que esos almuerzos son aburridos, más si los comensales son unos viejetes.

—Bueno, aprovechare para adelantar trabajo pendiente —lo saludo con mi mano y salgo para dirigirme a mi piso.

Al salir del ascensor mi supervisora corre hacia mí y me abraza, me quedo sin saber cómo reaccionar.

—Lo siento, de verdad que te extrañe, me ayudas tanto que ayer al no venir casi muero —dice atropellando las palabras, dejándome desconcertada, creía que no le caía bien.

—Tu discúlpame tuve un inconveniente —que descarada como miento—, pero acá estoy dispuesta a hacer horas extras si con so puedo ponerme al día.

La mujer me sonríe tan sincera que no sé qué pensar, sigo mi camino a mi cubículo y enseguida me pongo a trabajar en todo lo acumulado. El viernes había quedado pendiente revisar unos contratos, es lo primero que tomo y cuando abro la carpeta veo el nombre de mi vecino, mierda. ¿De qué se trata esto?

Leo atentamente y me percato que es para un evento que realiza la empresa todos los años, al parecer mi vecino maneja un bar exclusivo donde se dará la fiesta privada para la empresa. Reviso todo el documento y esta todo perfecto.

Estoy por dejarlo a un lado y escucho que el ascensor se abre y mi padre sale del interior, habla con mi supervisora y juntos se acercan a mi cubículo.

—Marion, aquí el señor Evans necesita el contrato con el bar donde se dará el evento anual de la empresa —habla la mujer más calmada que cuando llegue.

—Justo lo termino de revisar —se lo tiendo y miro a mi padre— ¿Ese es el almuerzo que tienes previsto para hoy? —pregunto y recuerdo que mi vecino me quiso invitar a almorzar.

—Si hija, cambiaste de idea ¿Te vienes? —preguntó entusiasmado. No sé si tanto como yo. Quiero ver la cara de mi gigolo cando me vea junto a mi padre.

—Si, papa. ¿Ya te vas? —pregunto.

—Si, el almuerzo es en el Bar que administra este joven y no le digas a tu madre, pero sirven una comida chatarra exquisita —rio, porque tanto mi padre como yo amamos la comida no tan sana que mi madre nos obliga a comer.

—Bueno, recojo y te alcanzó —mi padre asiente y se retira—, ni bien vuelva me quedo toda la tarde, mañana no tengo clases y aprovechare para adelanta —le digo a mi supervisora, ella creo que me mira hasta con lágrimas en los ojos.

—Perfecto, tengo tanto trabajo acumulado, entre revisar todos los recibos de sueldo, más los gastos de este mes y un sinfín de cosas que ya no sé cómo hacer —dice la mujer algo nerviosa. En el piso hay más gente capacitada para trabajar a su lado, pero esta época del año es la más laboriosa.

Acomodo mi bolso y tomo mi celular para mandarle un mensaje a mi gigolo. Dentro de la seguridad del ascensor le escribo.

—Hola gigolo, ¿almorzamos juntos? —mando el mensaje y espero impaciente.

—Lo siento princesa tengo un almuerzo del trabajo y no poder, ¿qué te parece esta noche? —responde inmediatamente.

—¿En tu departamento? prometo auto espantarme en la mañana —escribo con una sonrisa en mi cara.

—Bueno, yo cocino, pero no es necesario que te auto espantes —responde y sonrió como boba.

—¿Y contrataste los servicios de una nueva novia falsa que se dedique a espantar tus conquistas? —le mando el texto y espero sin serrar la conversación, mis dedos se mueven nerviosos por saber que me responderá.

—Eres más que una simple conquista, princesa —escribe y me deja muda.

—¿Enserio? —no puedo evitar preguntar ya que me siento solo un pasatiempo con veneficios de exclusividad.

—Muy —solo responde y la pueta del ascensor está abierta.

Salgo y me reúno con mi padre que me está esperando en el estacionamiento con la puerta de su cache abierta. Subo con la sonrisa en mi rostro, ya quiero ver la cara de mi gigolo cuando lo tenga en frente.

—Vamos hija, ponte el cinturón que se hace tarde —apremia mi padre. Me percato que estoy en las nubes. Aterrizo y me coloco el cinturón.

—lo siento papa, me distraje —murmuro, el solo asiente y nos ponemos en movimiento.

Al parecer hoy no dejare de sonreír como idiota.

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Comments

Graciela Peralta

Graciela Peralta

que pasara ahora cuando la vea con el padre

2024-04-06

9

Giovanna Xchel Maya

Giovanna Xchel Maya

ya tienen su relación a otro nivel y ni lo notan...
😍🥰🤩

2024-03-28

0

Cinzia Cantú

Cinzia Cantú

El encuentro va a ser épico

2024-03-14

4

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