capitulo 6: “el conde"

Yo me siento donde habían dejado la comida y veo que tengo al vampiro a mi frente. Luego viene otra criada pero traer una bandeja con solo una copa de sangre.

— Conde Maximiliano. Aquí está su almuerzo.

— gracias.

Una vez que había tomado asiento, él me dice con una calidad sonrisa.

— buen provecho.

Yo igual le ofrecí esa oración. Al solo él beber un sorbo, y yo masticar mi comida, el conde me pregunta.

— supongo que eres el sacrificio ¿No?

Tragué mi bocado de comida, que por cierto, estaba divino.

— mi nombre es Alice, no sacrificio.

— disculparme, no quise ofenderla.

— no lo hará si recuerdas mi nombre.

— lo haré, será difícil olvidarme de una humana que no le teme a los vampiros. Mi Lord nos ordenó a todos los vampiros que la tratemos debidamente, hasta el día del eclipse carmesí.

Lo escuchaba atentamente mientras devoraba la bandeja de comida como si fuera pasado hambre de una semana, no hablé hasta terminarlo todo. El conde me veía un poco perplejo por lo rápida que fuí en comer, en eso me pregunta.

— ¿Acaso no le tiene miedo al sacrificio?

Limpiaba mis labios con la servilleta y le negué con la cabeza mientras lo veía fijamente. Sus ojos color ámbar se asombran un poco al ver que no mostraba ni una pizca de pavor.

— una cosa que éstoy segura que cambiaré.

— ¿Como?— preguntó él, con mucha curiosidad.

— tengo tiempo, aunque no me gusta confiarme de eso, por tal razón, debo de ir ya moviéndome y encontrar una forma de evitar ser el sacrificio.

Él queda con la boca un poco abierta, me veía como si hubiera encontrado una criatura exótica o algo parecido. Luego borra ese gesto remplazandolo con una mirada segura y una risa perversa.

— Alice, Alice, Alice... Debo de admitir que eres una humana peculiar. Perdón por ser directo pero no soy vampiro con rodeos... Creo que me interesas.

— ¿Eh?... Pero si apenas hemos charlado.

— y en ese pequeño tiempo fue suficiente para llamar mi atención sobre tí. La noche del sacrificio, tu saciará nuestra sed por un largo tiempo, pero, si tú encuentras otra forma de tener más sangre escarlata sin tener que buscarla... Será interesante ver si logras eso.

Se levanta y con una mano en el pecho me hace una reverencia, se coloca el sombrero y me afirma.

— fue un placer conocerla, dama mía. Espero verla pronto. Por cierto, para los demás soy Conde, para usted Maximiliano.

Al él irse, sentía que ese tipo de caballerosidad se me hacía conocida. Pero lo demas, me había dejado con el asombro, el interés repentino de Maximiliano. Me pregunto si todos los vampiros serán como él.

Negué con la cabeza dispersando los pensamientos, porque sé que los demás vampiro son unos miserable con Alice. Y aunque Alucard siempre la protegía ella negaba esa ayuda porque lo odiaba.

Me levanté satisfecha y susurré.

— Alice, tu y yo somos muy diferentes, mientras tú odiabas al rey, yo deseo tenerlo otra vez...

Caminaba por los lujubres y elegantes pasillo del castillo.

— ¿Donde estará una biblioteca?— hablé sola.

— por aquí, mi señora.

— ¡AAAAH!— me giré con el corazón en la boca al ver a la sirvienta que me cuida...

Ella me veía sin emoción mientras yo respiraba con agitación.

— ¡Dios!... ¡¿Cuando fue que llegaste?!

— se me ordenó atenderla, así que siempre estoy cuando necesita orientación.

— uff, por favor no vuelvas a hacer eso, casi me da un infarto...

— sería un desperdicio de sacrificio...— una voz femenina sale al final del pasillo, caminaba hacia mí con elegancia y modestia. Más sin embargo, su tono era de sarcasmo y desprecio...— sacrificio, no te creas tan especial para creerte una de nosotros... Solo porque mi Lord te ha dado el título de consorte...

Como vuelan los chismes en este castillo. Yo solo saqué una sonrisa con mi mirada fijamente hacia la vampira.

— ¿Y tú?... ¿Quien se supone que eres?..

Ella quita su feliz cara y me mira para matarme.

— soy la duquesas Vanessa. Y la anterior amante del rey. Recuerda eso, humana asquerosa.

— oh, vaya, nunca pensé que Alucard tuviera a una amante...— estiré mi columna y le dije sin pelos en la lengua—... Porque anoche me tomo como si hubiera sido la única en su vida... Lo hicimos tantas veces que ya se que posición le gusta más... Creo que a él le encanta que yo esté encima de él cabalgando.

Me gusto ver cómo hervía de rabia, su rostro como si hubiera tragado un limón agrio cuando le dije eso... Pero...

— maldita zorra...— me dijo ella después de abofetearme tan rápido que no lo vi. Mi mejilla adolorida se voltea y veo a la mujer como si quisiera asesinarme...— el rey es mío, solo eres un sacrificio y una vez que te utilicemos yo volveré a mi lugar...

— sabes que está prohibido tocar a la consorte del rey, duquesa Vanessa...— dijo la sirvienta tranquilamente...— tendré que decirle a mi Lord.

— ¿Que?... ¿Vas a dar tu lealtad con esa mugrosa y no con una vampira de sangre pura?... Esto es inaceptable.

Se marcha sin tener miedo a la consecuencia. Luego dice sin mirar atrás.

— esa estúpida jamás dirá nada, mira la cara que puso, se ve que solo es un perro que ladra y no muerde. Además, mi rey jamás movería un dedos por esa mujer.

Al por fin perderse, la sirvienta me pregunta.

— ¿Quiere que se lo diga al rey? Ella no tendrá piedad entre las manos de él.

— no...— levanté mi mirada y la cambié a una llena de oscuridad...— quiero encargarme de ella yo sola... ¿Podrías guarda esto?

— lo que usted me ordene.

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