capítulo 15

Ya habiendo despedido al doctor y darle su paga, el mayordomo Lorenzo iba en dirección hacia donde su patrón, vio a Miranda parada en la puerta. Este se le acercó y se estaba preguntando por qué su Señora no estaba allí y que hacia Miranda vigilando en la entrada de la puerta.

Pues cuando llego él estaba tan concentrado en Juan y el doctor que no supo que María había vuelto.

Mayordomo: Miranda, ¿que hace aquí?, ¿la señora de la casa, está adentro?

Miranda: mi señora se encuentra en la habitación del sur, en el primer piso. -soltando una sonrisa bien marcada, dejo a Lorenzo confundido-

Lorenzo: pero a quién castigó la señora para mandarla a esa ala de la mansión. ¿Ana o Marcel? (pero esto si es bien raro, la señora apenas mando cartas hoy, es muy pronto para que estas niñas lleguen en seguida)

Miranda solo observó el rostro de confusión de Lorenzo y mirando a sus ojos le regaló una sonrisa.

Miranda: a tu pregunta de quien es, pues no es la primera joven ni la segunda joven.

-¿entonces quién?- intrigado preguntó el viejo mayordomo, Miranda solo lo estaba confundido más de lo normal.

Miranda: ¡mi señorita, Lorenzo!

¡María ha vuelto, Lorenzo! Mi corazón es muy feliz.

Lorenzo: ¿queee?, en verdad pero en que momento, Miranda baja la voz un poco no debemos despertar al señor.

Miranda: ¡ay! Disculpa me emocioné un tanto ja, ja,ja, bueno en lo que saliste en busca del doctor, al rato llegó María pero…

El rostro de Miranda se puso serio y su actitud cambió radicalmente.

Lorenzo: pero ¿que?, rayos mujer que mala maña, habla de una vez, pareces bipolar ¡hombre!

Miranda: lore… Lorenzo mi niña aunque no me ha dicho nada sé que viene con el corazón destrozado, su mirada me lo dice todo además su condición no es como cuando se fue, Lorenzo ella tiene un grado de desnutrición y está muy débil.

Lorenzo: bueno esas consecuencias de malas decisiones y tiene que aprender de sus errores.

Miranda no quiso seguir con la discusión, su corazón apoyaba todo lo que haría y hacía María. Lorenzo se sintió un poco mal a ver a Miranda triste y le propuso que fuera a la cocina y que fuera a preparar comida para que María se vaya recuperando y así como si nada Miranda se fue tarareando feliz a la cocina.

ujummm esta mujer en verdad tiene que tener un caso de bipolaridad para cambiar así de humor - dijo Lorenzo para sí mismo, quedando solo afuera de la habitación de Juan -

Miranda se dispuso a hacer la comida para María adelantándose, antes de que Josefina le diera órdenes para ello.

Preparando varios platillos para que satisfacer a María, le hizo todo sus favoritos y aparte un caldo de pollo para levantar ese ánimo.

Josefina de Quintana saliendo de la habitación donde se encontraba María fue en busca de su ama de llaves pero se encontró con su mayordomo Lorenzo y con cara muy sería le pregunto para dónde se había ido Miranda y que si cuando llego no había nadie en la puerta.

Lorenzo: mi señora, no se disguste. Miranda se encontraba aquí cuando llegué y se marchó a preparar le comida a la joven señorita.

Josefina: que sea primera y última vez que toman decisiones preguntar primero. Yo no estoy pintada en la pared.

Josefina después de hablar con Lorenzo se fue en dirección hacia la cocina, encontrando que Miranda ya había terminado de cocinar y los platillos estaban servidos.

Josefina: ya veo que tienes todo listo...

Por favor llama a tu hija inmediatamente que a partir de hoy se dedicará a atender únicamente y exclusivamente a María.

Nadie más tendrá permiso para ello.

Miranda: pero, señora yo quiero atender a mi niña.

Josefina: pero nada, tú eres muy complaciente y indulgente con María, contigo ella hará lo que le venga en gana.

Así que me buscas tu hija ¡inmediatamente ya!

y así sin replicar más Miranda fue en busca de su hija siguiendo las órdenes de Josefina.

Valentina hija de Miranda se presentó en frente de Josefina y espero sus órdenes, Miranda solo se quedó callada prestando atención a lo que diría su señora.

Josefina: mucha te mandé a llamar porque vas a tender a María.

Absolutamente, nadie aparte de ti y de mí puede entrar en su habitación.

Josefina se le acercó al oído y con aura sombría y le susurró:

Y te digo una vez si ella vuelve a escapar o rompe algunas de reglas que te he dejado, te advierto que creo que no podrás con las consecuencias.

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...Estoy actualizando diario espero que les guste....

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