...🏃♀️🏃♀️🏃♀️🏃♀️ BELÉN GIMÉNEZ 🏃♀️🏃♀️🏃♀️🏃♀️...
Después del cumpleaños y de ver la furia de Romeo me retiré. Hoy más que nunca estaba segura de sacarlo de mí corazón a como diera lugar, no era más que un sucio y patán ser humano que con su simpatía, hermosas sonrisas y bromas se fue adueñando del amor que no mereció jamás recibir de mí.
-¿Hija que le regalaste a Romeo? Creí que nunca dejarían esa absurda enemistad que se tenían pero me alegra que hayas recapacitado, por un momento creí que no irías a la fiesta
-Mamá iba a ir de todos modos, mí hermano cumplía años así que estuviera quien estuviera no iba a faltar
-Aún no me dices que le regalaste, tu hermano está contento con su obsequio pero según me comentó un amigo de tus hermanos Romeo no se lo tomó bien, ¿No le hiciste una broma de mal gusto verdad?- me cuestionó con su mirada fija para saber si no le mentía
-Mamá no le hice nada y si quieres saber si hice algo malo solo debes de preguntarle a él y asunto resuelto si no confías en mí- contesté con cansancio y molestia porque desconfiara de mí palabra ganándome una mala mirada de ella
Está bien que siempre fui algo inquieta y que cometí algunas travesuras pero nunca hice nada demasiado malo ni dañino así que no podía entender su nivel de desconfianza. Cansada de su cuestionario mientras seguía mirándome mal decidí ser lo más sincera que pudiera.
-Le regalé una cadenita con un dije, ya si él es demasiado hombre para ponérsela es su problema y si no le gusta es libre de ir a cambiarlo, después de todo sabrá él dónde lo compró, iré al gimnasio mamá, te quiero- le di un beso y salí corriendo antes de que pudiera intentar conseguir información
Me fui al gimnasio y en el camino crucé a Romeo a quien fingí no reconocer. Bendita sea mí suerte que mientras más intento evitarlo más parece el destino ponerlo en mí camino.
Salí más tarde de lo normal de hacer ejercicio, estuve hablando con chicos y chicas con quienes hice mí rutina en turnos. Ellos sin creerlo me hacían despejar mis pensamientos de aquella desilusión amorosa que siempre recordaría.
Llegué a casa y él estaba sentado en el sofá de un cuerpo como si fuera el dueño, mis hermanos no se veían por ningún lado, mis padres estaban comenzando a salir a caminar por las tardecitas así que estábamos solos, lo que faltaba.
-Te estaba esperando- se paró delante de mí impidiendome avanzar hacia mí habitación
-De haberlo sabido tardaba más, permiso- lo empujé y fui a mí habitación con él detrás de mí
-¿Cuando vas a dejar esta chiquilinada y volver a hablarme como antes? Además me devolviste lo que te obsequié con tanto cariño- su voz estaba cargada de reproche
-Claro mensaje para que tu cariño te lo metas por dónde mejor te quepa, no quiero tratar con alguien como tú- dije ya cansada mientas buscaba mí ropa para irme a la ducha
-No debiste presenciar eso en el baño, me disculpo y se que actué mal pero ya pasó- se justificó con todo su cinismo
-Disculpado, necesito bañarme y mis padres están por llegar. No creo que sea bien visto que alguien de su edad esté en la habitación de una niña pequeña- lo empujé y le cerré la puerta en la cara
Tal vez había sido demasiado descortés pero podía irse al carajo con todo y sus disculpas. Tuve mí primer ilusión y él no debía ser tan brusco ni tampoco quedarse como si nada cuando lo vi en el baño con esa mujer. Ni siquiera había atinado a cerrar la puerta, simplemente pareció no importarle que yo lo viera en esas fachas.
Seguiría con mí vida, después de todo estaba mejor y más tranquila así sin tener que preocuparme por verme linda para que ni me mire y acabar deprimida después por su constante rechazo.
En la escuela mis notas eran ejemplares, haberme concentrado en las materias dió excelentes frutos, tanto que empezaba a pensar en posibles universidades que me alejaran de ésta ciudad y del estúpido patán mujeriego.
Cumplí mis diecisiete meses después y ya del amor que sentí una vez no quedaba más que él recuerdo, todo lo bonito se transformó en rabia. Lo trataba cordialmente como si fuera un desconocido de cuarenta años o tal vez más porque sabía que le molestaba.
En ese cumpleaños sólo estuvieron mis amigos y mis hermanos pero claro, Romeo era como de la familia y no necesitaba invitación para asistir.
Él había llegado solo y cuando se acercó a saludarme con un abrazo di un paso atrás y estreche su mano con perfectos modales.
-Queria desearte feliz cumpleaños- mencionó sonriendo como tantas veces hizo y ahora ya no me causaba nada porque recordaba de lo que era capaz
-Gracias por sus buenos deseos- mencioné con gran educación
-Hablemos por favor, ¿Hasta cuándo seguirás así? Ya pasó un año
-Lo estoy tratando con respeto por ser mí mayor, además no somos amigos cercanos, no se lo que espera exactamente
-Contigo es imposible hablar, cuando madures espero que podamos tener una conversación tu y yo- dicho esto se dió media vuelta y fue con mis hermanos quienes nos miraban con absoluta atención
En todo éste tiempo ellos han querido saber que sucedió para que nos dejemos de tratar como antes pero no les dije nada, lo menos que pretendía era que se pelearan con él por mí causa. Lo bueno es que él por su parte tampoco hizo algo por avergonzarme.
Mí cuerpo gracias a Dios ya está mucho más desarrollado y ya no soy la niña que parecía una tabla ahora, sino que ya tengo más curvas y una estatura mayor, algo que me hace sentir muy bien conmigo misma.
Ahora ya puedo sentir varias miradas sobre mí pero no tengo apuro en tener una relación, esperaré al indicado. Tengo presente que tal vez me vaya de la ciudad para estudiar en otro sitio porque por mis notas puedo acceder a una beca completa.
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Comments
Estrella
BUENO ME ESPERO QUE TU COMPORTAMIENTO DE FRUTOS BUENOS Y QUEDAS ENCONTRAR UN CHICO QUE TE VALORE
2024-02-27
2
Patty Molina
me gusta qué quiera estudiar y salir adelante
2024-01-11
2
Nelly Márquez
así
2023-10-18
0