Capítulo 13 DESPEDIDA

...🚙🚙🚙🚙 BELÉN GIMÉNEZ 🚙🚙🚙🚙...

Llegó el día tan esperado por mi para abandonar mi ciudad e irme a empezar mi nueva vida como estudiante universitaria.

Ingeniería en finanzas fue lo que elegí estudiar finalmente porque no es tan larga y tiene un buen sueldo después, incluso puedo hacer un posgrado para capacitarme mejor y si mantengo mis excelentes notas saliendo de aquella universidad seguro conseguiré trabajo en donde sea que decida establecerme.

Mis padres se opusieron a que me vaya en autobús y mis hermanos no podían llevarme. Ellos me acompañarían y yo feliz de poder así estar más horas junto a ellos pero a último momento el coche decidió no funcionar bien.

Había subido mis maletas al carro junto a todo lo que necesitaba para estudiar pero al hacer doscientos metros nos detuvimos abruptamente y por más que mi padre intentó encender el auto, éste decidió no funcionar más. ¿Podría tener más mala suerte?

-Llamaré a Romeo para que me remolque a casa y allí veré que le sucedió- mi padre le habló a mi madre quien solo asintió en respuesta

-Ire caminando a casa, necesito usar el baño- dije como excusa y allí mi madre me dió las llaves para poder entrar ya que todo había quedado cerrado

Fui a casa con grandes zancadas renegando de mi mala suerte. El universo y mis padres conspiraban en mi contra porque cuánto más me alejaba del idiota, más lo acercaban a mi.

Me lancé a mi cama, tomé la almohada y ahogué un fuerte grito para aliviar la frustración que sentía. Después solo arrojé la almohada y me quedé con los ojos cerrados totalmente recta y estirada.

Escuché la puerta de mi dormitorio abrirse y cerrarse, esperé que mi madre hablara pero no lo hizo. Fue entonces cuando una voz bien conocida ajena a mi familia interrumpió mi momento de paz.

-Levantate niña que nos vamos- dijo en tono fuerte haciéndome sobresaltar

-¿Pero que te pasa estúpido? ¿Que haces en mi habitación? Aquí nadie te invitó, sal inmediatamente- señalé la puerta pero no sé movió ni medio metro, solo me veía divertido con su sonrisa característica

-Quizas la edad te afecta la audición querido hermano- mencioné con burla y se puso serio en apenas medio segundo o quizás menos- SAL DE AQUÍ- le grité con fuerza

-¿Se puede saber por qué estás gritando como una loca? Hasta los vecinos podrían escucharte- mi madre entró reclamando por mi accionar

-Le pedí amablemente que se vaya, le señalé incluso la puerta pero parece no escucharme así que le grité porque parece sordo- me defendí enojada

-Yo le pedí que viniera, a tu padre se le rompió el carro y por eso Romeo amablemente se ofreció a llevarte, siempre tan bueno. Levántate y ve con él, ya tus pertenencias están en su auto- no daba crédito a lo que oía, mi propia madre estaba haciéndome esto sabiendo que no lo quiero ver ni a un kilómetro de distancia

-¿Por qué me odias madre?- puse mi mejor rostro triste pero ni eso funcionó porque salió de mi cuarto

-Como te decía niña, nos vamos- dijo el estúpido sumamente divertido y salió del cuarto, ahora ni gritándole a la almohada podría calmarme

Fui a la sala donde mis padres estaban parados junto al tonto para despedirnos y deshacerse en agradecimientos para él por su "ofrecimiento".

Me despedí de mis padres sin poder ni llorar debido al enojo que albergaba en mi cuerpo y subí al auto de él pegando un portazo.

-¿Lista enana?- preguntó subiendo al vehículo pero decidí aplicarle la ley del hielo así que no lo escuché

Abruptamente se detuvo antes de tomar la ruta y recién allí lo miré pero sólo se inclinó para abrocharme el cinturón de seguridad

-La seguridad es lo principal- dijo acabando de asegurar el cinturón mirando mi pecho un momento

-No deberías mirarle las tetas a tu hermana pequeña imbécil- lo empujé y subí más mi blusa para que no se me viera ni un milímetro

-No te miraba, además eres una profesora de natación, nada de pecho y nada de espalda- comentó riendo pero rojo por primera vez

-Viejo, sordo y ciego, ¿Algo más que agregar a tu lista de cualidades?- pregunté soltando mi risa, algo que lo hizo continuar el camino sin decir nada los próximos minutos

Mi teléfono sonó y era un audio de Ismael que escuché apoyando el oído en mi teléfono. Pulse para enviar un audio como respuesta "También te voy a extrañar, nos vemos a mi regreso. Un beso de los que te gustan" reí al finalizar la grabación.

-No tienes idea de lo mal que eso suena- comentó el tonto a mi lado

-Viejo verde- dije sin pensar

-Cualquier persona lo malinterpretaria, ¿Te acuestas con él?- preguntó y decidí mentirle

-Ya que tanto te importa, lo hacía si, ahora no porque estaré lejos- Me encogí de hombros y le resté importancia

Sus nudillos se pusieron blancos apretando con fuerza el volante mientras manejaba con una mirada asesina.

-Ahora harás el papel de hermano mayor celoso ¿Verdad? ¿No eras tú el que decía que al cuerpo había que darle lo que pedía? Siempre se lo dijiste a mis hermanos y yo como buena hermanita menor seguí tu sabio consejo - le dediqué una radiante sonrisa haciendo que se enojara aún más

-No soy tu hermano y jamás te aconsejé algo semejante, ¿En qué momento te convertiste en ésto?- negó con la cabeza molesto

-¿En qué me convertí? En alguien que creció y fue responsable, en una MUJER que terminó sus estudios con excelentes notas y que además de eso consiguió una beca en una excelente universidad. Estoy orgullosa de quién soy y digas lo que digas eso no cambiará- fui firme y contundente

-No quise decir eso, todos estamos orgullosos de tus logros pero no tenías por qué irte, todos te extrañaremos- me miró dos segundos

-Yo también extrañaré a mi familia y amigos. Me voy para hacer cosas propias de una niña de mi edad- le respondí con sarcasmo igual que él cuando le confesé mi estúpido amor pasado

-¿Qué puedo hacer para que me perdones?

-Yo ya te perdone pero eso no significa que lo haya olvidado y tus modos no fueron correctos pero hay algo que me gustaría y es ser la madrina de tu primer hijo

-Hey hey hey, ¿Que hijo?

-Yo estoy en edad de estudiar, tú de tener una pareja y formar una familia así que cuando lo decidas me lo dices, estaré más que encantada- volví a sonreír mientras él volvía a enojarse

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