Capítulo 4 AMARGOS DIECISÉIS

...🥰🥰🥰🥰 BELÉN GIMÉNEZ 🥰🥰🥰🥰...

Llegó mí cumpleaños dieciséis, el día más especial para mí. Esperé mucho por éste día porque finalmente decidí tomar valor y declararle mis sentimientos a Romeo.

Mí mamá me obsequió un lindo vestido de color coral que se ajustaba a mí poco busto que para mí fortuna había crecido un poco el último tiempo. Tal vez haberme convertido en señorita a los quince había atrasado mí desarrollo más que el de otras chicas de mí edad. Mí cintura se veía diminuta y desde allí se hacía más suelto hasta acabar en una falda acampanada que terminaba justo a la altura de mis rodillas. Me puse unos tacones de color dorado y un lindo maquillaje con las tonalidades de mí vestido.

-Te ves hermosa hija, toda una mujercita- mí madre entró a mí cuarto y me abrazó con lágrimas en los ojos

-Mamá no te pongas sentimental que me harás llorar a mí también y sabes lo que me costó maquillarme- pedí intentando contener mis sentimientos y le regalé una radiante sonrisa a la mujer que me dio la vida

Fuimos al jardín de casa donde se celebraría el día tan especial, la noche era templada y mis padres con ayuda de mis hermanos habían puesto decoraciones e improvisado un espacio para bailar.

Llegaron mis amigas y varios compañeros de clase quienes me entregaron un obsequio y me dieron sus buenos deseos. Conversamos y bromeamos más de una hora pero aunque intentaba estar atenta a la conversación lo más posible me mantenía pendiente por si llegaba Romeo.

Romeo finalmente llegó pero no lo hizo solo, vino con algunas amigas de mis hermanos y algunos chicos también. Mis hermanos fueron los más interesados en aquellas personas mientras que yo solamente veía lo lindo que estaba con una camisa de color celeste que se ajustaba a su cuerpo con los primeros dos botones desabrochados y un pantalón de vestir negro.

Mis amigas me apartaron del grupo donde estábamos y fueron conmigo al baño para ayudarme a retocar mí maquillaje y llenarme de preguntas.

-¿Estás segura de lo que harás?- Anto retocando mí labial me preguntaba mirándome con preocupación

-No, pero es momento de que deje de tratarme como su hermana pequeña y me vea como lo que soy, una mujer - afirmé con seguridad para tranquilizarla mientras intentaba calmar mi gran temor

-Si ya lo decidiste sabes que tienes nuestro apoyo pero si te rechaza lo olvidas, después de todo él se lo pierde, ¿Está bien?- me abrazó Cami

-Vamos chicas, deseenme suerte, siento que la voy a necesitar- pronuncié nerviosa tomando el picaporte y saliendo con lentitud del baño con ellas detrás mío

-¡SUERTE!- gritaron ellas haciendo que casi me cayera del susto y empezamos las tres a reír, menos mal solo mi madre estaba cerca de nosotras porque sino habría sido demasiado raro

Volvimos a la fiesta y cortamos el pastel, después me cantaron el feliz cumpleaños y comenzamos todos a bailar. Cuando Romeo vino a felicitarme y bailar conmigo fue el momento de tomar valor y pedirle hablar en privado.

-¿Podemos hablar más allá?- lo miré a los ojos

-Si enana, ¿Necesitas algo?- me miró con preocupación y le di una sonrisa

-Todo está bien, solo quería que hablemos de algo importante un momento- me alejé y mire hacia atrás que mis amigas levantaban sus pulgares para darme ánimos

-¿De que querías hablar?- se paró frente a mi aún viéndome con curiosidad y algo de preocupación

-Yo se que eres mayor que yo y que eres amigo de mis hermanos, sabes que te quiero mucho- sentí como me sonrojaba y tomé una gran bocanada de aire para seguir hablando- hace tiempo tu me gustas, estoy enamorada de ti- terminé de decir y lo miré a los ojos

Su rostro expresaba genuina sorpresa y me veía diferente pero no como esperaba, se veía molesto por mi declaración. No estaba feliz y si tenía la esperanza de recibir mi primer beso supe que no iba a suceder.

-Belén no sabes de lo que estás hablando, no eres más que una niñita y yo soy un hombre, ¿Es que no te das cuenta?- me preguntó con evidente disgusto

-Se que soy joven pero te amo, de verdad lo hago- dió una carcajada llena de sarcasmo

-Hare de cuenta como si ésto jamás hubiese ocurrido. Deberías hacer algo más importante de niñas de tu edad y no estar intentando crecer apresuradamente como ahora. A mí me gustan las mujeres, no las niñas. Busca a alguien de tu edad o mejor aún madura antes porque del amor no sabes nada- salió caminando de vuelta a la fiesta mientras yo luchaba por contener las lágrimas, sabía que me podía rechazar pero no esperé una reacción tan brusca como aquella

Volví a la fiesta fingiendo felicidad y decidí ignorarlo mientras que él hacía lo mismo. Mis amigas me preguntaron que ocurrió pero les dije que mañana se los diría con calma, que no era momento ni lugar pero se dieron cuenta de que nada salió bien.

-Hija deberías despedirte de Romeo, creo que ya se va- mí madre vino a mí lado y me habló con su clara sonrisa como siempre y su voz tan calmada que la caracterizaba

-Estoy ocupada mamá y no creo que el quiera perder el tiempo despidiéndose de mí- no medí mis palabras y esto causó que ella frunciera el ceño

-¿Pasó algo de lo que deba enterarme?- me preguntó con seriedad ahora, siempre lo quiso mucho a él

-Dejela Margot, está con sus amigos, es normal que no quiera perder el tiempo en algo como despedirse de mí- apareció detrás de mí y cuando miré hacia mis amigos todos de habían alejado algunos pasos

-Olvidé darte mí regalo de cumpleaños, espero que sea de tu agrado- me tendió un pequeño estuche rectangular

-Puedes dejarlo por allá junto a los demás regalos o bien llevártelo, un hombre mayor no tiene que hacerle regalos a una niña pequeña, deberías hacer algo propio de tu edad. ¿No te ibas?- le hablé más enojada que nunca en un tono bajo para que nadie me escuche y lo fulmine con la mirada

Él se retiró mirándome molesto y sorprendido porque siempre lo traté con dulzura pero ahora aunque así quisiera hacerlo no podría. Él había roto mí primera ilusión de amor de la peor manera haciéndome sentir una estúpida y en un día especial para mí.

Jamás olvidaría mí cumpleaños, el día dónde mis anhelados dieciséis se convirtieron en un amargo recuerdo que tendría grabado por siempre en mí corazón.

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