Doña Gilda

Capítulo 3

Doña Gilda

A Toba le llegó un olor a perfume barato y cigarros. Tenía la cara de una mujer, de pelo muy liso y muy negro, casi pegada a la suya. Ella lo observaba con una mirada seria y despiadada.

Toba se sobresaltó un poco a pesar de que no era alguien que se asustara fácilmente. Supuso, ya que es mujer estaba en la habitación, que es una de las encargadas de su seguridad enviada por su familia.

Tanto hombres como mujeres llevan a cabo esa labor, debido principalmente a la acción e influencia de su madre que consideraba al género femenino están tan capaz como al masculino en los asuntos de la familia.

Aun así le sorprende que ella esté en la habitación. Normalmente, los miembros de la seguridad no se acercaban tanto. Le suelta a bocajarro:

- ¿Tú quién eres y qué haces aquí?. Vete y quédate en la puerta.

Él no es el jefe de la familia, pero está acostumbrado a dar órdenes a todos los subordinados. Después de todo se ha criado con sus poderosos padres. La mujer lo miró sin inmutarse y sin hacerle ningún caso metió las manos en los bolsillos de la amplia gabardina negra que la cubría.

Se alejó hacia la ventana y se dejó caer con estilo sobre uno de los sillones de cuero de la sala, subiendo las piernas a la mesita del centro.

Toba pensó que para ser un soldado de su madre era bastante descarada. Todos los subordinados de doña Gilda eran disciplinados y guardan una respetuosa distancia con los jefes. Pero esta mujer no. Él frunció el ceño y preguntó:

- ¿Eres de doña Gilda?

Ella ni siquiera contestó. Se pasó la lengua por los labios y miró en silencio al otro lado. Parecía molesta con la pregunta.

De todos modos él estaba demasiado cansado como para ponerse a indagar o discutir así que se acomodó un poco y sin alarmarse cerró los ojos.

La mujer de la gabardina negra se recostó en el sillón y cerró los ojos por un minuto con la cabeza hacia atrás. Estaba agotada. Acababa de llegar de una misión y sin apenas descanso fue convocada por la jefa para atender este asunto.

Resultaba que ahora tendría que cuidar del mimado de la familia y estaba francamente cabreada. No le dijeron exactamente qué debía hacer, pero lo más seguro es que la pusieran a cuidar al niño. A ella le gustaba trabajar sola y no le importaba lo complicado que fuera el trabajo. Siempre lo resolvía. Pero no le gustaba cuidar de otros ni trabajar en equipo.

En algunas ocasiones le asignaban compañeros, pero en lo posible evitaba las colaboraciones muy largas.

La mujer era de la opinión de que si quieres algo bien hecho, mejor hazlo tú mismo. Además, en esta profesión es mejor no confiar en nadie ni pretender que otro te cubra las espaldas. Ella sabe muy bien lo fácil que es que te traicionen y mueras.

Eso la convertía en alguien que estaba siempre en tensión y alerta incluso cuando, como ahora, parecía estar en reposo. Extrañamente, se permitió descansar en esta habitación. Aquí estaba segura con la seguridad de afuera. En la planta hay varios guardaespaldas de la familia que por supuesto están protegiendo al bobo ese de la cama.

No tenía claro para qué la había convocado la jefa. El único mensaje que recibió fue que se presentara ahí al dia siguiente y que esperara por doña Gilda. Ella se adelantó a ver el panorama y cuando llegó, el hombre estaba dormido, así que aprovechó para mirarlo bien de cerca. No sabía que tenía de especial. Siempre oía a las del equipo femenino hablar de él como si fuera el último hombre de la Tierra y a todas se les caía la baba solo hablando de él.

Como soldado de la familia se mantenía ella siempre se había mantenido a prudente distancia de los jefes, así que era la primera vez que veía al heredero tan de cerca. Era guapo, muy guapo, pensó. Eso era verdad.

Pero seguramente tendría el carácter del típico niño rico y creído. Ella no se relacionaba con el resto de trabajadores y nunca entraba a los cotilleos ni conversaciones sobre cómo eran los miembros de la familia principal. Tampoco le importaban nada. Pero escuchaba y recordaba todo. Pensaba que toda esa información podría ser útil algún día y era parte de su trabajo recopilar datos de todo tipo.

Ella solo quería trabajar y recibir el pago. Y mejor si la dejaban tranquila. Para alguien que se había criado como ella, entre gritos, palizas y borracheras, y luego en la calle huyendo de asesinos, violadores y proxenetas, las únicas dos cosas que valoraba más que a su propia vida eran su paz y su libertad.

Si además de eso tenía un poco de dinero para gastar, no necesitaba de nada ni a nadie.

Toba siguió durmiendo sin preocupaciones. Y ella también se durmió sobre el sillón.

...............................

Marián despertó y miró a la izquierda a donde estaba su madre. La pobre mujer cabeceaba sentada, con las manos sobre el regazo. Marián le había dicho que se fuera, que ella estaría bien, pero su mamá se negó. Estaba muy asustada y cuando supo que su niña estaba hospitalizada se sintió desfallecer.

No estuvo en paz hasta que la vio y habló con ella. Marián había descansado todo el día y se notaba dolorida pero mejor, gracias a los calmantes.

Había visto los mensajes de Toba en WhatsApp, pero no quiso contestar. Estaba preocupada. Le habían dicho que la policía investigaba la explosión y parecía ser un simple accidente. Pero a ella no le parecía eso en absoluto. Ella vio lo que pasó y el hecho de que intentaran ocultar la verdad unido al cambio de habitación a una de lujo, protegida con un montón de guardaespaldas, la hizo desconfiar.

No entendía a qué venía esto. Se preguntó quién era Toba que tenía a su disposición todo esto. Desde luego no se correspondía con su imagen del diseñador gráfico que llevaba una vida simple, según aparentaba.

Por eso no contestó a los mensajes. Sentía que estaba siendo engañada. Toba no era lo que parecía. Y el accidente había sido un coche bomba. Quería explicaciones de él y después ya vería qué hacer.

Con todo esto en la cabeza andaba cuando alguien entró en la habitación. Varias figuras de negro se acercaron en silencio y velozmente a ella y a su madre. Intentó gritar, pero apenas le salió un gemido cuando recibió una descarga y se desmayó. El cuerpo de su madre cayó con un sonido opaco al suelo y ella quedó tendida en la cama. Sus últimos pensamientos fueron: "¿esto es una Taser?... ¡Mami!..."

...............................

Gilda estaba en casa con una copa de vino en la mano y mirando afuera por el ventanal del salón. Tenía una congoja en el pecho y no identificaba muy bien el por qué.

Cuando vio a su hijo hoy en el hospital, herido, se sintió mucho peor de lo que dejó ver. El único que se dio cuenta de eso fue su marido que la conocía demasiado bien como para dejarse engañar por su aparente sonrisa.

Gilda asumía que todo lo acontecido encajaba dentro de los planes, pero aun así tenía sus dudas. Se apartó de la ventana y dio un gran suspiro.

Tanto ella como su marido llevaban muchos años dirigiendo la organización y no era ni la primera ni la última vez que se veían en la necesidad de tomar duras decisiones.

Si era lo que tocaba hacer no les temblaba la mano y, sin embargo, cuando se trataba de los asuntos que afectaban directamente a alguno de sus hijos esas decisiones pesaban mucho más. Incluso aunque pensaran que era lo necesario para el futuro de todos

No siempre estaba claro que lo necesario y lo correcto fueran la misma cosa, pensó Gilda y tomó un trago del vino.

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Comments

Viviana Bustos Aldana

Viviana Bustos Aldana

Ya me cae bien la mujer 🤭🤭

2025-03-06

0

Blanca Montero Angulo

Blanca Montero Angulo

Quiénes serán ĺos qué entran a la habitación de marian 🤔 👀 😱

2024-11-19

0

Asle Chiquinquirá Urdaneta Morillo

Asle Chiquinquirá Urdaneta Morillo

Estoy bastante intrigada!!!/CoolGuy//CoolGuy//CoolGuy/

2024-07-05

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