Capítulo 14 –la jefa.

-jefe los hombres del área este aún no llegan, ya se han tomado mucho tiempo.

-déjalos que se diviertan un poco más, además aquí somos suficientes para acabar con todos ellos

-jefe porque no usar las granadas para obligarlos a salir de la trinchera

-espera un poco más pelusa deja que los muchachos se diviertan hace rato que no lo hacían a lo grande.

-pero si le dan aviso a la policía.

-que lo hagan, igual no vendrán hasta mucho después que nos vallamos.

El jefe del enemigo hablaba descuidadamente con su secuaz de confianza dentro de una camioneta aparcada no muy lejos de las minivans, ambos miraban la escena delante de ellos con unos binoculares y desde ese punto daban las instrucciones.

-comandante ya es tiempo de que cambien de posición, a noventa grados hay un edificio en ruinas, en cinco minutos estarían allí, nosotros los cubriremos.

-está bien Micaela, a mí señal nos cubres.

-mayor ya escuchó hay que irnos de aquí, vienen muchos más de los que hemos acabado, hacia acá y estos autos ya están dañados.

La pobre Clara estaba hecha un manojo de nervios y aunque quería llorar no sé podía permitir hacerlo, tenía que ser fuerte por sus pequeños hijos y su amado que la esperaban en casa, tenía que sobrevivir a todo este infierno y volver a ver a los suyos, por eso cuando el asistente le pregunto si estaba lista ella asintió con la cabeza sin dudarlo.

El grupo de once personas salió de la trinchera hacia el lugar señalado por Micaela, en medio de los hombres iba clara. Los francotiradores hacían lo suyo dándoles tiempo para llegar, mientras que Angus y el resto se movían con sigilo sin bajar la guardia y con las armas en posición de tiro dando de baja a todo aquel que quería llegar a ellos, estando en esa y a pocos metros del edificio una bala impacto en la pierna a un camarada de Norris cayendo este al suelo, Norris se devolvió para arrastrarlo al edificio que estaba en la mira.

-comandante déjeme y siga adelante yo trataré de detenerlos para darles tiempo.

-nunca dejaría a uno de mis soldados atrás y mucho menos si está herido

-comandante lo siento nos hemos quedado sin municiones dense prisa y entren nosotros bajaremos y también los enfrentaremos

-entendido Micaela.

-si me lleva con usted solo lo retrasaría

-ya lo decidí y no te dejaré aquí, tú vienes conmigo y es una orden soldado.

Cuando Norris levanta al mercenario para sostenerlo y caminar una lluvia de balas los detuvieron, es allí cuando Angus llega con el guardaespaldas y el mayor par a cubrirlos

-no pensé que un hombre de su estatus arriesgaría su vida para salvar a unos simples lacayos

-mientras estuve en la milicia, como usted, nunca deje a un compañero herido.

Ya dentro del edificio tuvieron más espacio para maniobrar, se esparcieron en diferentes puntos en equipo de dos, la señora Clara estaba en un rincón al cual el mayor se acercó para entregarle un arma de fácil uso, enseñándole como debía usarla.

-si alguien se le acerca dispararle, no dudé en hacerlo porque es su vida o la de ellos, piense en que debe sobrevivir por su familia que creo que la tiene.

-si la tengo y deben estar extrañando que aún no llegó a casa

-un motivo para dispararle a esos mal nacidos.

Cuando Lissy y los demás prestaron los primeros auxilios a los heridos, partieron del lugar con la instrucción de los gemelos

-chicos cual es la situación de Norris

-no es favorable, pero han resistido, solo hay que seguir ganando tiempo (Antón)

-guíennos hacia otros objetivos.

Antes de seguir avanzando Lissy saco del morral que llevaba en la espalda tres armas, una para cada soldado.

-chicos son las últimas, así que no desperdicien las municiones esperen mi orden para disparar.

-lo que diga la jefa.

-jaja, entonces avancemos que nuestros camaradas necesitan que les salvemos el trasero.

-jajajaja, jajajajaa.

Entre risas y disparos avanzaron hacia nuevos objetivos y al tener ubicado otro grupo de enemigos les dieron de baja con facilidad ya que estos al igual que los primeros no tenían ni idea de dónde los estaban eliminando y antes de que pudiesen alertar al resto ya todos estaban tendidos sin vida en el suelo.

-revoltosa, desde que inicio toda esta masacre me he estado preguntando, a quien ofendió el degenerado para que enviaran a tantos hombres de la red para matarlo.

-no solo eso hermana, la pregunta sería como supieron ellos de la protección por parte de los nuestros.

-la red tiene gente donde menos pensamos y así como yo sospeche de ellos, no dudó que con ellos haya sido igual.

El equipo de cuatro con Lissy proclamada como líder y los gemelos como los ojos de ellos, planificaban un nuevo movimiento; entre tanto el diablo se percató que algo no estaba bien, por ende, llamó a sus secuaces para que le dijeran cómo marchaban las cosas con ellos, pero nadie le contesto.

-pelusa, averigua que es lo que pasa.

-diablo, nuestros hombres no aparecen y los que atacan al CEO, no saben que ha pasado ni quien, pero los han reducido a veinte hombres.

-que puta mierda me estás diciendo, que de toda la cantidad de hombres que dispuse para acabar con unos simples mercenarios, están desapareciendo y nadie sabe cómo ni quién lo está haciendo, ¿es eso?

-diablo, como deberíamos proceder.

-ya no más diversión, ordénales que obliguen a las ratas a salir de su escondite y nadie, absolutamente nadie, puede escapar esta noche.

Conforme la orden del diablo, les hablo el pelusa al resto. Por el lado de Lissy las condiciones eran más alentadoras, hasta que se dio cuenta que el móvil se estaba quedando sin carga.

-chicos me estoy quedando sin batería, hay alguna manera de usar algún otro método para permanecer comunicados.

-hay una manera y es usar la frecuencia de los intercomunicadores, aunque Norris sabrá que estás cerca de él y creo que no quieres que eso pase (Antón)

-no quiero que se distraiga por andar preocupándose por mí.

-hermano, desconectamos el intercomunicador que la revoltosa usaría del resto.

-porque no se me ocurrió antes, Lissy dame el número de serie del que vas a usar.

-8753…….

-ya está hecho pequeña

- ¡ay por todos los santos cielos!

-que pasa chicos, no callen, ya díganme.

Gritando

-pequeña están sacando una bazuca y no es para nosotros, se dirigen al comandante.

-carajos, si salimos a enfrentarlos directamente ya no seremos de ayuda, pero igual hay que detener que lancen esa cosa.

-Lissy Lan no estaréis pensando lo que creo que estás pensando, verdad. No vayas a arriesgarte de esa manera si te pasa algo Norris nos matará a todos.

-Maggi según tú, que es lo que piensa hacer la cabra esta.

-tranquila Maggi sabes que soy muy buena, ni el tío Fadi ha podido alcanzarme.

-que mierdas dices.

Grita exasperado Antón

-no grites que me dejas sorda, ya está decidido y además tengo esto.

La chica saca de uno de los bolsillos del yogger militar una granada de conmoción.

-pequeña de donde has sacado tantos juguetes (Antón)

-la tía siempre me ha dicho que las mujeres comunes llevan consigo su arma secreta para deslumbrar con su belleza a los hombres. Con nosotras es igual.

-sí, pero eso no responde a mi pregunta.

-estos juguetes, verás, unos son obsequios, otros me los gane en alguna apuesta y los otros, pues, eso es irrelevante.

Cuando la chica termina de hablar y cuando nadie se lo esperaba marcha en corrida como una gacela elegante y rápida que solo se le veía la sombra por doquier pasaba hasta llegar lo más cerca posible de los hombres que sostenían la bazuca y arrojarles con precisión la granada. ---

-hasta la vista baby.

 Para cuando ellos quisieron reaccionar la chica se escabulló entre los escombros para protegerse de la onda expansiva que se generó en segundos, dejando desorientados, aturdidos y hasta un poco ciegos a los hombres que estaban en un radio de dos metros a la redonda. Tiempo suficiente para que el resto del equipo se acercarán y dieran de baja a unos cuantos hombres, mientras estaba esa conmoción el diablo ordeno a otro hombre que lanzara al edificio en ruinas una granada de fragmentación.

Un soldado siempre esta presto de todo lo que pasa a su alrededor, de lo que se mueve y hasta de una hoja que cae, pero lo que les cayo donde estaban no era precisamente una hoja, sino una granada de fragmentación que al detonar expandía metralla y solo contaban con escasos cuatro minutos para protegerse del grave daño que podría ocasionarles, inclusive hasta la muerte.

Angus, Norris y el mayor se miraron entre sí y les gritaron a todos que se protegieran cubriéndose con lo que pudiesen hacerlo, mientras ellos hacían lo mismo corriendo para protegerse detrás de unos gruesos muros.

Entre el agudo silbido de las balas se escuchó la explosión acompañada de un destello de luz más gritos desgarradores y pedazo de escombros cayendo del viejo edificio, luego la noche cayo en un abismal silencio, hasta que la voz sonora de un hombre retumbo en medio del silencio.

-remátenlos a todos, que no quede nadie con vida.

Esa sola frase provoco en la chica un mar de sentimientos de dolor y odio segándole la razón por completo y transformándola en una persona totalmente diferente, no escuchaba a nadie, es como si desde su interior se desatara la oscuridad de las tinieblas y el fuego abrazador del mismísimo infierno.

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