SOFIA
Oigo que tocan la puerta de mi habitación, me quiero morir, me siento súper cansada, anoche casi no pude dormir nada, cuando pude conciliar el sueño ya era muy entrada la madrugada
- ¿Quién es? – pregunto aun adormilada
- Soy su doncella mi princesa – me contesta la persona del otro lado, luego abrió la puerta y se asomó una hermosa chica, parecía tener más o menos mi edad, su cabello era castaño claro y sus ojos de color café oscuro, la verdad hacía un bonito contraste, que resaltaba con su piel que no era ni muy clara ni muy oscura.
- Adelante pasa – le dije al ver que aún no entraba a la habitación - ¿Cómo te llamas? – le pregunto cuando está cerca de mi
- Mi nombre es Samanta, su majestad – me dijo mis tras hacia un reverencia, lo de las reverencias me ponía incomoda, pero aun no conocía a la chica así que aunque le pidiera que no lo hiciera, seguro no me haría caso – desde hoy seré su doncella, vine aquí para prepararla para el desayuno, sus majestades la esperan en el comedor
- Buenos días – le dije con una sonrisa, a lo que la chica me contesto muy cortésmente para luego dirigirse al closet como si de su cuarto se tratara
- ¿Qué desea usar el día de hoy su majestad? – me dijo mientras esperaba mi respuesta, la verdad no sabía que debía usar, ya que hasta ahora había usado lo que había traído de mi casa, pero no sé qué es lo que se usa aquí, en el baile todos usaban vestidos o trajes que combinaban los antiguo con lo moderno, por lo que no sé qué debería usar en el día a día, por ejemplo Samanta trae el típico traje de una sirvienta o cridada que se ven en la películas de época, solo que con unos toques más modernos, como el largo de la falda y cosas así
- Lo dejo a tu criterio – le dije con una sonrisa, al principio parecía estar confundida, pero después saco unas prendas del armario y la coloco en una silla que estaba alado del closet – aquí le dejo su ropa – me comunico, para luego quedarse allí parada, que ¿acaso espera que me cambie enfrente de ella?
- Ya puedes irte, gracias por todo – le digo con la esperanza que se retire
- Pero su majestad no desea que la ayude a alistarse – me dijo muy segura, mientras se acercaba, pero la verdad cambiarme frente a alguien no es algo muy de mi gusto, y mucho menos que me ayude a vestirme y es que no es algo a lo que este acostumbrada
- No es necesario, ya puedes retirarte – le dije intentando sonar firme pero a la vez amable, Samanta, quien aún no parecía muy convencida salió para dejarme sola, pude ver lo que eligió y note que no era muy diferente a lo que yo solía usar día con día, si bien se veía un poco más elegante y tenía unos adornos que lucían realmente caros, la ropa no era tan extravagante como me lo llegue a imaginar, una vez estuve lista salí de mi habitación donde afortunadamente me encontré a Samanta cerca de la habitación, lo que para mí fue algo increíble ya que el lugar era enorme y sin un guía seguro me perdería.
Samanta me guio por los laberinticos pasillos hasta el comedor donde mis padres ya me esperaban, al igual que yo mi mamá no lucia ropa muy diferente a la que solía usar para ir al trabajo, así que fuera quien fuera el que eligió la ropa para llenar nuestros armarios nos conocía muy bien.
- Buenos días ma, buenos días pa – salude a ambos mientras me acercaba a tomar asiento
- Buenos días cariño – me contestaron ambos al unísono, entonces mi padre hizo un gesto con la mano y nos sirvieron el desayuno, la verdad se veía delicioso, sabía que como princesa tenía que tener unos modales implacables, pero yo no me crie de esa manera, así que por el momento usaría lo que Olivia me enseño en estos dos días, y más adelante ella seguro me enseñara más cosas
Una vez que acabamos de desayuna mi padre nos pidió a mi madre y a mí que lo acompañáramos a su estudio, allí se encontraba el padre de Olivia
- Buenos días su majestades – nos saludó el hombre con una reverencia al entrar, al verlo cualquiera creería que era un estirado, pero si algo se es que es un señor muy genial
- Buenos días Héctor – lo saludo mi madre, luego ambos se dieron un corto abrazo, ya saben esos que se dan los hombres al saludarse, con palmadas en la espalda y todo
Poco después de que llegáramos tocaron la puerta, mi padre les dio permiso para entrar, así ingresaron a la habitación Uriel, el otro duque y antiguo jefe de mi madre, Karen, la madre de Olivia, y la misma Olivia
- Bueno ya estamos todos, hay que empezar – dijo mi padre muy serio
- ¿Empezar qué? – pregunto
- Un plan para acabar con aquellos que nos quieren muertos – me contesto
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 68 Episodes
Comments
Teresa Frias
uuuff ,cierto q d esto no hay q olvidarse
2025-02-17
1
Francisca Alcantara
Sofía debe de adaptarse ya que es una princesa
2023-06-23
6
Irma Ruelas
😱🫣🤔😍😍😍😍
2023-06-15
1