Capítulo 4

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Unas cuantas horas antes del encuentro en el club:

La niña pija se había marchado escopetada, no soportaba a las niñas repelentes como ella.

Bueno en realidad no aguantaba a ninguna después de la última vez.

Me negaba a volver a pasar por lo mismo.

Busco un cepillo y recogedor viejo recogiendo todos los cristales para tirarlos a la basura.

Si no se curaba bien las rajas se las podría infectar lo decía por experiencia.

Cuando voy a cerrar la puerta veo el bolso de aquella chica.

Me agachó cogiéndolo para después cerrar la puerta echando el candado por dentro.

Camino apagando todo para ir hasta lo que es como mi casa solo que dentro de una habitación grande.

Me siento en el sofá comenzando a volcar todo lo que tenía dentro del bolso encima de la mesa.

Tampoco había muchas cosas.

Apartó el maquillaje cogiendo su móvil viendo la pantalla que había una foto de ella.

No tenía contraseña, me parecía extraño ya que todos los móviles tenían contraseñas o iban con la huella dactilar hasta con el desbloqueo de cara.

Me meto en galería viendo más fotos de ella, tampoco había muchas pero lo suficiente viendo su rostro por completo.

Era hermosa no iba a mentir, pero no dejaba de ser una niña mimada.

Tenía pocos contactos.

¿Es que acaso esta chica no tenía vida social?

Vuelvo a la galería porque tampoco tenía redes sociales.

Doy a una foto que me llama más la atención viendo que salía tumbada en su cama viéndose su largo cuerpo y delgado con un pijama corto.

Me salgo de galería bloqueando el móvil viendo que estaba su cartera.

La abro viendo su DNI no había dinero solo unas monedas que no te llegaban para comprar muchas cosas.

Era deprimente como si no tuviera dinero o a lo mejor lo escondía en otro sitio.

Abro bien la cartera sacudiéndola, pero no salía ningún billete.

Veo una foto pequeña de ella y nada más.

Unas llaves de color rosa además de algún que otro pintalabios.

Había visto bolsos más interesantes que este.

Me levanto caminando a donde tenía todas las botellas de alcohol cogiendo una cualquiera.

Veo los premios de boxeo colgados en la pared.

Niego con mi cabeza enciendo el casete empezando a escucharse la música.

Me tumbo en mi cama bebiéndome la botella mientras me enciendo un cigarro.

Mi móvil comienza a sonar, me levanto cogiéndolo.

-¿Qué pasa tío? – pongo mis ojos en blanco tumbándome de nuevo en mi cama bebiendo.

-¿Qué cojones quieres? – le digo molesto por las horas que eran.

-Lo mismo de siempre hermano un poco de coca para meterme, pero no hoy si no mañana en el club ese famoso donde mueven tan bien el culo esas putas – bajo la música ya que lo tenía cerca.

-Sabes que esos sitios no me gustan – le digo serio.

-Lo se hermano, pero es el mejor sitio para que no nos pillen a ninguno de los dos – era dinero.

-Está bien dime la hora y nos vemos mañana allí

Narra Evelyn:

Camino por encima de la acera evitando los callejones solitarios y más cuando me voy acercando al lugar.

Lo menos que quería es encontrarme con ese grupo de salidos que intentaron atraparme para abusar de mí.

Después de unos cuantos minutos llego al lugar encontrándome con que no estaba el candado echado.

Recuerdo la frase de uno de los hombres que intento atraparme, diciendo que hace mucho que nadie entraba en este sitio.

No sé qué lugar era este, empujo la pesada puerta dando él primer paso intentando tener cuidado con las escaleras.

Ahora sabía que había escaleras, no me pasaría lo mismo de nuevo.

Comienzo a bajar los escalones encontrándome con que él cristal seguía roto pero los trozos que había por él suelo ya no estaban, como si aquel chico se hubiera encargado de recogerlos.

Termino bajando todos los escalones estando todo oscuro, de nuevo tengo que caminar con cuidado entre la oscuridad sin saber dónde voy.

Me agacho con cuidado tocando el suelo por si llego a tocar mi bolso.

Pero nada no daba con él, me alumbraría con mi móvil, pero lo tenía justamente dentro del bolso.

Me levanto chocando con algo, suelto un quejido cuando siento algo duro dando con mi pie, extiendo mi mano escuchando como una puerta se abre.

Pero me detengo cuando la puerta vieja de la entrada se escucha y luego unos pasos.

Rápido corro sin saber dónde voy con mis manos estiradas tocando una pared.

Entonces se hace presente la luz en todo el sitio dejándome ciega.

Me tapo con mi brazo caminando despacio hasta que me encuentro con lo que es un ring tapado.

Frunzo mi ceño observándolo levantando la pesada manta de plástico que estaba llena de polvo.

Me agacho rápido tapándome con él ring cuando los pasos se hacen más cercanos.

Poso mis manos en el suelo del ring entre las cuerdas asomando un poco mi cabeza para ver de quien se trataba.

Veo a un hombre dándome la espalda viendo cómo se quita su camiseta caminando de nuevo abriendo una puerta.

Me agacho rápido cuando se detiene en la puerta dándose la vuelta rápido.

Llevo ambas manos a mi boca tapándola intentando que no se me escuchara ni si quiera respirar.

Puedo sentir una cierta tensión como se forma, levanto un poco mi cabeza viendo que ya no estaba en la puerta porque había entrado.

Suelto un suspiro saliendo de mi escondite quitándome los tacones para que no sonaran cada vez que andaba.

Rodeo el ring buscando mi bolso, pero no lo veía por ninguna parte.

¿Y si aquellos hombres lo vieron y se lo llevaron?

¿O el otro chico que estuvo se lo llevo?

Mierda...

La puerta por donde había entrado estaba medio abierta, me asomo no viéndole por ningún lado.

Pero puedo ver un sofá, una coma, una televisión como si fuera un cuarto, pero bien preparado para vivir.

Como yo, pero esto estaba muchísimo mejor.

Despacio entro cuando veo otra puerta abierta.

Entonces cuando entro por completo me encuentro con mi bolso encima de una mesa redonda de cristal, camino rápido cogiéndolo, pero me quedo congelada cuando veo mi mascara tirada en el sofá.

Doy un paso hacia atrás pero entonces siento como golpeo con algo duro.

Mi respiración se corta cerrando fuerte mis ojos.

-Otra vez tu... - esa voz...

La había escuchado y juraba que era la misma que la de aquel chico que me salvo de esos salidos, pero luego se comportó fatal conmigo.

Despacio me doy la vuelta pegándome contra la mesa encontrándome con sus ojos azules penetrantes.

-Yo... solo quería... - tartamudeo como boba.

¿Qué me pasaba?

No sé si era por su forma de mirarme, pero me olvidaba como se hablaba prácticamente y parecía una boba delante de él.

Él me observa esperando a que terminara de hablar.

-Mi bolso se quedó lo estaba buscando y lo encontré aquí - le digo todo lo rápido que podía. - Pero ya me iba... - miro de reojo mi mascara.

¿Qué hacía él con mi mascara?

Entonces él da un paso hacia delante quedándose casi pegado contra mi cuerpo.

Entre abro mis labios entonces a mi cabeza vienen las imágenes de aquel hombre en él club con su cara tapada que no dejaba de mirarme.

Él mismo que se fue del club pareciendo que estaba molesto y él mismo que se llevó mi mascara cuando choco contra su espalda al lazarla.

Lo miro sorprendida al caer.

Joder, claro era él...

¿Qué hacía en el club?

No creo que sepa que era yo porque estaba tapada también, si no me hubiera dicho algo ya.

-¿Tus papis no te enseñaron que no puedes entrar a lugares desconocidos que no son de tu propiedad? - su voz es ronca.

Le miro para después negar con mi cabeza sujetándome a la mesa sintiendo como un tacón se escapa de mi mano cayendo al suelo.

Él mira mi tacón cuando este cae al suelo para luego dar un paso hacia atrás alejándose un poco de mí.

Suelto una respiración larga tragando fuerte saliva.

-No quiero que vuelvas a entrar, aunque veas que este abierta la puerta, llévate tu bolso – rápido lo abro viendo que estaba todo.

-No me robaste el móvil – le suelto sorprendida porque cualquier otro, aunque no fuera el mejor del mundo lo hubiera vendido para sacarse algo.

-No tienes nada interesante que te robe – me dice con orgullo.

Imbécil...

-¿Vives aquí? - observo el lugar rápido. - Porque si es así déjame decirte que tampoco tienes nada interesante para robarte no te pienses que volveré a entrar en este sitio – le miro de arriba abajo con asco.

Él no era más que yo por más que fuera un hombre.

También me mira de arriba abajo para después mostrarme una sonrisa arrogante.

-Yo por lo menos no voy perdiendo las cosas y me pego mis cosas – aprieto mi mandíbula.

¿Qué demonios sabía él para juzgarme de esa manera?

Le empujo mirándole con odio.

-Sigues siendo un maleducado prepotente imbécil lo tienes todo – miro de nuevo la máscara, él se da cuenta de que la observo mirándola para luego mirarme de nuevo a mí. - Eres igual que todos...

Con eso salgo no sin antes coger mí tacón para luego caminar a pasos apresurados de ese sitio no queriendo volver a encontrármelo en la vida.

Maldito imbécil...

Para el próximo capítulo tenemos que llegar a 1,60 me gusta 👍

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Evelyn

Aiden

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