Capítulo 3

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Dos golpes fuertes en la puerta hacen que me sobresalte en mi colchón viejo.

Llevo mi mano a mi cabeza sintiendo como mi cuerpo duele, este colchón era viejo siempre me levantaba con que me dolía todo el cuerpo nunca podía descansar cien por cien.

Otros dos golpes en la puerta hacen que reaccione despertándome por completo poniéndome en alerta.

Nunca se sabe lo que podía pasar.

- ¡VOY! – grito cuando vuelven a golpear a la puerta de metal haciendo un ruido espantoso. - ¡YA VOY! – vuelvo a gritar más fuerte cuando vuelven a llamar.

Camino tocando mis ojos soltando un bostezo.

Quito la llave haciendo mucha fuerza levantando la puerta.

Suelto un grito cuando siento como me cogen del cuello empujándome dentro.

Cierra la puerta dejándola caer escuchándose un fuerte ruido cuando cae la puerta de metal al suelo.

- ¡ZORRA ASQUEROSA! – suelto un jadeo de dolor cuando me empuja contra la encima de la cocina.

Levanto mi cabeza viendo de quien se trataba.

- ¡DAME LO QUE ME DEBES! – me grita furioso.

- Te lo iba a pagar hoy solo te dije que necesitaba unos días para cuando cobrara en negro – le digo.

Suelto otro jadeo de dolor cuando se vuelve a lanzar encima de mí cogiendo con una mano mi rostro haciendo que lo mirara fijamente a los ojos.

- Dame el puto dinero ahora mismo y si no lo tienes ya sabes como pagarme te pones de rodillas y me la chupas – me suelta de malas maneras haciendo que mi cabeza se echará un poco hacia atrás.

Me apartó de el empujándolo sacando el dinero que le debía y un poco de este mes.

Él me quita los billetes cuando extiendo mi brazo.

Empieza a contarlos durante unos segundos para después mirarme.

- Aquí no está todo de este mes – levanta el fajo de billetes.

- Te lo daré lo juro, no tengo más si te doy lo poco que tengo no voy a poder comer – le contesto.

- ¡ME DA IGUAL SI TE QUEDAS SIN COMER QUIERO EL PUTO DINERO EVELYN! – niego con mi cabeza.

- ¡NO TENGO MÁS! – levanto mi voz.

- Tres putos días te doy si no me lo das ya sabes como me vas a pagar! – me echo rápido hacia atrás cuando va a cogerme del cuello de nuevo.

Se guarda el dinero caminando hasta la puerta de metal levantándola saliendo para dejarla caer haciendo de nuevo ruido.

Me dejó caer en mi colchón llevando mis dos manos a mi cabeza tirando de mi pelo.

Cierro mis ojos fuertes intentando no llorar y ser fuerte pero cada día costaba más serlo.

Estaba jodida pero jodida de verdad si no le daba en tres días lo poco que tenía para comprar comida me tenía que acostar con él.

Decido por levantarme y prepararme para salir e ir al trabajo.

Bueno si se lo podía llamar trabajo…

Me lavo con el agua de las botellas que estaba fría para después ponerme la ropa.

Cojo mi chaqueta larga poniéndome los tacones.

Tenía que recuperar mi bolso, aunque no quisiera volver a ese sitio tenía que volver si o sí por mis cosas.

Levanto la puerta grande de metal saliendo para bajarla despacio echando la llave, la guardo comenzando caminar hacia el trabajo.

No podía llegar tarde si no tendría que verme con mi jefe y siempre intentaba evitarlo por la misma razón, quería tener sexo.

Camino por la acera mirando siempre al frente evitando la mirada de la gente.

Un rato después llegó viendo a algunas compañeras afuera.

Las saludo entrando por la puerta saludando a más compañeras hasta llegar a donde teníamos todas nuestras taquillas con nuestros nombres.

Abro la mía con la pequeña llave que tenía sacando la ropa para comenzar a cambiarme de nuevo.

- Chicas – entra uno de los seguratas sorprendiéndonos ya que no solían entrar aquí. – Hoy os tendréis que poner estas máscaras cuando salgan a bailar – nos mira a todas para después dejar la caja que tenía en sus manos en el suelo y marcharse.

- ¿Máscaras? – pregunta una de mis compañeras. – Nunca nos han hecho poner este tipo de máscaras – saca una observándola.

- Da igual si no quieres problemas abra que ponérselas – la contestó yo viendo como todas asienten con sus cabezas dándome la razón.

Nos terminamos de cambiar colocándonos las máscaras tapando casi todo nuestro rostro sobre todo la parte de arriba.

Me pongo los tacones más altos para después salir con mi compañera que me tocaba bailar.

Caminamos por el largo pasillo hasta que nos detenemos esperando nuestro aviso y que aún no había comenzado la fiesta para los hombres claramente.

Para ellos la fiesta era las veinticuatro horas.

La música empieza a sonar era nuestro momento de salir.

Miro a mi compañera que ella me sonríe saliendo y yo voy detrás de ella.

Los aplausos y los gritos de los hombres se hacen presentes cuando nos quitamos la fina chaqueta dejando nuestro conjunto expuesto delante de ellos.

Como siempre se escuchan palabras asquerosas de su parte.

Empezamos a mover nuestras caderas detrás del palo deslizando nuestras manos por él y el ambiente de ellos se animan más comenzando a berrearnos como si fuéramos vacas o algún otro tipo de animal.

Me deslizó por el suelo de cristal terminando casi tumbada mientras la música seguía resonando y los hombres gritaban eufóricos gastándose sus pagas en nosotras.

Veo a uno bastante alto mirarme fijamente, al principio pensé que estaba mirando a mi compañera pero al cabo del rato me di cuenta que su mirada se había quedado puesta en mí.

Solo miraba con su copa en mano no lanzaba ningún billete ni se acercaba.

Le observo sin parar de moverme no podía ver su rostro porque llevaba la máscara como nosotras ya que era como un evento especial…

Los hombres también llevaban máscaras todos, ninguno se salvaba.

Algunos se levantan acercándose a donde estábamos nosotras, mi compañera se desliza por el suelo hasta llegar a uno de ellos donde la mete unos cuantos billetes en su escote.

Sigo bailando pero de nuevo mi mirada va a aquel hombre con su copa en mano que seguía mirándome.

Su mirada me ponía algo nerviosa no podía mantenerla aunque quisiera ya que era demasiado intensa.

Veo como levanta su copa bebiendo de ella viendo como uno de los hombres se acerca ha él.

Hablan y puedo ver como hace algunas muecas de disgusto como si no estuviera cien por cien seguro.

Me apartó rápido cuando uno de los hombres que estaba cerca de nosotras me toca una de mis nalgas.

Le miro mal aunque tuviera la máscara puesta.

- ¡QUITENSE LAS MÁSCARAS! – grita uno a nosotras.

Entonces los demás se animan comenzando a gritar en mitad de la música que nos quitáramos las máscaras que teníamos puestas.

Mi amiga me mira y yo a ella sin saber que hacer, uno de los seguratas que estaba detrás de nosotras nos hace una seña con que nos la quitáramos.

Entonces miramos de nuevo al frente sin detener nuestras caderas.

Llevo mi mano a la máscara para quitármela, pero me detengo cuando el hombre que no paraba de mirarme deja la copa marchándose teniendo encima al mismo hombre que habló antes.

Me la quito lanzandola con fuerza pero lo que menos pensé es que la máscara daría en la espalda del hombre.

Él extrañado se da la vuelta viendo lo que le había golpeado cogiéndola.

Pero igual se marcha haciendo gestos como si estuviera molesto.

Sigo bailando teniendo que aguantar los comentarios de los asquerosos por horas.

De nuevo mis pies comenzaban a doler al igual que mis muslos.

Pasa otro rato más cuando terminamos y otras dos compañeras salen comenzando a bailar.

Me quito los tacones caminando de nuevo por el pasillo largo hasta llegar donde estaban las taquillas.

Lanzo los tacones con fuerza rompiendo a llorar.

No puedo más…

- Evelyn… - se acerca mi compañera. – Tenemos que aguantar – ella tampoco quería trabajar en esto pero no le quedaba más remedio.

- Estoy cansada, tenemos que aguantar cosas que los hombres no y ya sabes a lo que me refiero – la digo sincera apartando mis lágrimas observándola.

- Lo sé me jode tanto como a ti pero no tenemos otra cosa mejor – me levanto de la banqueta en la que me había sentado.

- Tengo que irme antes de que empiece a anoche más – la digo abriendo mi taquilla sacando la ropa.

Aquí las horas pasaban rápido y a veces lentas depende del día.

Pero acababas siempre molida por estar horas bailando para que luego a final del mes te pagaran una mierda.

- ¿Dónde tienes que ir? – me pregunta.

- Aun sitio a recoger ropa que deje para que me lavaran ya que mi lavadora se estropeó – miento.

- Esta bien yo no puedo irme aún tengo que ir a hablar con el jefe – solo por la forma en que me lo dice y su mirada ya se lo que va a pasar.

- Suerte – la digo viendo como se despide saliendo.

Comienzo a desvestirme quitándome el conjunto poniéndome mi ropa.

Lo dejó lo otro en la taquilla cerrándola para después ponerme la chaqueta larga y salir pitando todo lo rápido que puedo.

Bien, espero no encontrarme a ese imbécil en ese lugar y que no se haya llevado mis pocas cosas.

Si no tendremos unas palabras porque era lo único que tenía…

Para el próximo capítulo tenemos que llegar a 1,500 mil 👍

Evelyn

Aiden

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