El Guardián De Mi Corazón.
A las orillas de un bosque, en una isla desolada ubicada al Sur de Japón, un barco yacía en la orilla, esperando a qué la única persona en el bajará con sus maletas.
Narumi Kimura miró los grandes árboles que cubrían el lugar con un rastro de preocupación. Levantó su pesada maleta y bajo del bote, se despidió del barquero y caminó hacia la entrada disponible entre dos árboles milenarios.
-No recuerdo mucho del caminó a casa. Me preocupa perderme- murmuró con preocupación, mordió sus labios con algo de fuerza mientras miraba la gran cantidad de arbustos y plantas que iban a lo largo junto con el caminó.
-Bien, no importa. Después de tantos años, al fin voy a volver a mi pueblo natal en la Isla Ryü- se estiró y respiró aire fresco con una sonrisa optimista. Avanzó hacía delante tirando de su maleta.
Narumi Kimura se detenía de vez en cuando y miraba sus alrededores, asegurándose de no equivocarse de camino. Sus labios se fruncian cada vez que sentía equivocarse, y luego se daba la vuelta y miraba atrás -Sí, voy por buen camino- decía cada vez que sentía completamente segura.
A pesar de estar rodeada por miles de árboles y arbustos, y no ver a largas distancias, no sentía aquella sensación de frialdad y oscuridad como cuando pasaba por un callejón oscuro en la cuidad.
Sin embargo, de vez en cuando se sentía un poco confundida por los caminos que cambiaban y se hacían más de uno. Entre el boscoso y frondoso bosque, suspiró con un poco de enojo -Debí decirle a mí padre que fuera por mí a la entrada de la isla ¡Ahora no sé dónde diablos estoy!.
Gritó enojada, tirando de su cabello. Jugó a la suerte al escoger el camino que tenía delante y avanzo con un poco de cautela, sin embargo, esa cautela desaparecía cada vez que se detenía y miraba los árboles antiguos y milenarios a lo lejos, con admiración brillando en sus ojos.
Mientras disfrutaba de la vista del paisaje que apenas recordaba, llegó a un pequeño riachuelo dónde los salmones nadaban río arriba, luchando contra la corriente.
-¡En fin, el ciclo de la vida!- murmuró antes de saltar sobre las rocas y llegar al otro lado con éxito.
Para sorpresa de Narumi, el caminó simplemente se hacía un poco más ancho cuando cruzó el riachuelo. Ella avanzó con más rapidez, creyendo que el pueblo ya estaban más cerca.
Pronto se hicieron las Gogo 1-ji (Una de la tarde), Narumi ya tenía un poco de hambre. Finalmente dejó de caminar cuando llegó a un árbol gigantesco y majestuoso. Más grande que cualquiera que haya visto durante todo su camino hacía acá.
Narumi rodeó el árbol y se dio cuenta de que el caminó terminaba allí, no pudo evitar suspirar con frustración -Esto no estaba cuando me fui a la Cuidad ¿O sí? ¡No lo sé, estoy tan confundida ahora!
Ella se lamentaba con enojo, tirando de su preciado cabello con frustración cuando de pronto, un poderoso rugido se escuchó por todo el bosque. El cuerpo de Narumi se puso rígido por completo y todos los vellos de su cuerpo se pusieron de punta.
~RUARHH~ sonó el rugido una vez más, aproximándose al lugar donde Narumi se encontraba. La chica abrazó con fuerza al árbol con el rostro pálido.
El sonido retumbante sólo se volvía más fuerte y las ramas rotas lo acompañaban. Todo el cuerpo de Narumi tembló con fuerza y sus piernas se debilitaron, por lo que se aferró con más fuerza al árbol, sus ojos miraron en dirección al sonido.
~RUARHHH~ El poderoso rugido sonó a tan sólo un kilómetro de distancia, fue en ese momento que el rostro de Narumi perdió todo el color -¡Oh, mierd*!¡Voy a morir hoy!- gritó con terror, el sudor corriendo por su espalda como un pequeño arroyo.
EL rugido se detuvo cuando una majestuosa y hermosa figura grande y blanca, con rayas negras y de ojos azules apareció delante de Narumi. El hermoso pelaje del tigre parecía relucir con sus hermosas rayas, las cuales, le daban el toque de la elegancia y grandeza.
-¡Este tigre es de tamaño sobrenatural!- gritó en voz baja mirando a la gran bestia que la miraba con esos hermosos ojos azules, tan profundos y misteriosos como el mismo cielo.
-Sin embargo...- murmuró relajándose un poco -¡Es tan hermoso!- jadeo un poco con asombro, mirándolo mejor.
Narumi lentamente soltó el árbol y se volvió hacia el frente para mirarlo mejor, la admiración brillo en sus ojos cuando su vista cayó sobre los ojos de la gran bestia. Su corazón comenzó a latir con fuerza por alguna razón cuando sus ojos se encontraron ¡Sus ojos la cautivaron por completo!.
La chica se obligó a calmarse por completo y dejó de sentir miedo, desde pequeña, su madre le había enseñado a respetar a los animales del bosque, así como todo lo que los rodea. Tal como decía su madre "La confianza de los animales se gana con respeto" sin embargo, no tenía ni la mínima idea de cómo hacer eso.
El hermoso tigre Blanca sólo se quedó parado, mirándola a una distancia de unos tres metros, bastante cerca. Sus perlas azules y profundas nunca dejaron el rostro de Narumi, era como si estuviese pensando seriamente en algo.
-¡Qué ojos tan hermosos!- murmuró involuntariamente, jadeando con admiración, sin querer, soltó su maleta y esta cayó al suelo, pero aún así, el tigre no se movió y sólo meneo suavemente su cola larga y gruesa.
-Tus halagos no harán nada para salvarte, humana- una voz humana y masculina sonó desde la boca del tigre cuando soltó un gruñido bajo, entrecerro los ojos hacia Narumi con un brillo en sus ojos.
Los ojos de Narumi se abrieron como platos y su quijada casi se cayó, ella no pudo evitar frotar sus orejas, pensando si había escuchado mal, se preguntó -¿El tigre blanco acaba de hablar?
Como si al escucharlo, su miedo interior desapareciera por completo, despertó el temperamento de su padre, dio una paso adelante con una postura firme, ambas manos en la cadera, frunciendo el ceño lo señalo con el dedo índice -Oye, oye, oye, aquí nadie te está halagando, no me mal entiendas amigo. Son sólo comentarios para mí en referencia a ti.
Una expresión fría apareció en el rostro de la chica -Eres un animal hermoso y tan grande que es sobrenatural, pero eso no te da derecho de tratar mal a otros- regañó con enojo.
-¡Tengo el temperamento de mi padre en su mayoría!¡Así que te aconsejo no provocarme!- se cruzó de brazos y lo miró desafiante, con una luz peligrosa en sus ojos.
Los ojos del felino brillaron con interés, dio un paso adelante, la tierra casi tembló cuando su pata presionó contra ella. El corazón de Narumi tembló, sin embargo, no cedió y lo miró con provocativamente.
La gran boca del felino blanco se abrió de par en par y bostezo como si sintiera pereza, dio otro paso adelante, acortando cada vez más la distancia entre ambos -Esto es nuevo, una humana que puede entender lo que digo. Parece que la Aldea será un poco más interesante.
Narumi sintió que sufriría un terrible dolor de cabeza a causa de esto, sentía la necesidad de salir corriendo pero no se permitió hacerlo. Ella levantó la cabeza de repente y se dio cuenta de algo en lo que dijo el tigre -¿Sabes dónde está el pueblo Kita Kara?
Sus ojos brillaron con esperanza. Al contrario de lo que esperaba, en lugar de responder, el gran animal soltó un poderoso rugido que casi deja sorda a Narumi, su cabeza pareció vibrar juntos con el sonido.
El tigre presionó sus patas con fuerza contra el suelo y saltó hacia adelante, en dirección a Narumi.
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Updated 152 Episodes
Comments
Carmen Juarez
me gusta leer
2022-08-19
1
CayenauWu
h
2022-08-12
1
😈 Hunter. 😈
Interesante, interesante.
2022-07-06
1