Sin decir nada, Narumi sacó una ficha con el emblema familiar de los Kimura. Su madre se lo había dado hace ya varios años atrás, por si en algún momento quería volver a su pueblo natal.
Ella se lo entrego al guardia que habló anteriormente y lo miró con una sonrisa confiada.
-Esto testifica que soy la hija del jefe Kimura ¿Ahora puedo entrar, por favor?- preguntó con tranquilidad, mirándolo.
El rostro del guardia robusto se puso pálido al ver la ficha, ambos cambiaron sus expresión de arrogantes a respetuosas y se inclinaron ante la joven, sin atreverse a mirarlas, ambos dijeron al unísono -¡Bienvenida, Joven Señorita!.
Narumi no pudo evitar sentirse extasiada al ver al hombre arrogante de antes saludarla de esa manera, ella tomó la ficha de vuelta y la guardo con una sonrisa gentil.
-Por favor, déjense de formalidades, solo quiero apresurarme y ver a mis padres- dijo con una cálida sonrisa, mirándolos gentilmente. Este era sin duda, el temperamento de su madre.
-Por favor, Joven Maestra, permítame guiarla- dijo el guardia que estaba al lado del hombre frío y arrogante, hizo una reverencia y abrió las puertas para dejarla pasar. La chica asintió con la cabeza y lo siguió dentro de la residencia.
Los ojos de Narumi vagaron por todo el lugar con curiosidad, como una niña que entra a un mundo nuevo y desconocido. Para su sorpresa, en el patio principal nadaban muchas carpas coloridas y lindos pez cois de distintos tamaños. Sobre ellos, habían pequeños lotos de agua de distintos colores, se veían muy hermosos.
El jardín estaba repleto de flores que nunca antes había visto, eran exóticas y hermosas, los aromas que desprendían también eran agradables y frescos, dando una sensación cálida y de tranquilidad.
-Mamá tiene tan buen gusto para las flores, que aveces me pregunto si soy su hija- murmuró la chica mirando fascinada el hermoso jardín.
Los labios del guardia se crisparon al escuchar las palabras de la mujer que caminaba detrás de él, aún así, no se atrevió a decir nada al respecto y simplemente la llevó hasta la entrada principal de la mansión Kimura.
Al llevar, él hizo una reverencia y señala la puerta principal, invitandome a entrar como un caballero. Después se agradecerle y permitir que se retirará, abrió la puerta y entró, se quitó los zapatos y levantó la cabeza para mirar mejor. Sus ojos brillaron cuando vio la belleza del lugar.
Todos los muebles estaban hechos con una madera muy parecida al caoba, sólo que más oscura de color y con un aroma más agradable. La elegancia y hermosura era simplemente demasiado grande, aunque no se veía excesivo como en esas películas de millonarios.
Narumi busco los sofá para sentarse pero no había ni uno sólo, solo sillas hechas con excelente trabajo artesanal. Ella miró las mesas que eran tan bajas que apenas llegaban a sus rodillas, en ella, los cubiertos estaban acomodados de manera elegante, como si algunas personas estaban a punto de comer.
Tres floreros de colocaron cuidadosamente en jarrones de porcelana y se acomodaron en fila en el centro de la mesa, dándole un poco de sabor femenino a la madera oscura.
El gran salón se separaba en dos partes: Comedor y la sala de té. Narumi sonrió al ver que sus padres no habían perdido los gustos de antes y siempre mantuvieron la cultura viva. Aunque también le pareció un poco extraño que separaran el comedor de sala de té, supuso que lo demás se distribuía en los distintos edificios en la mansión.
-¡Papá!¡Mamá!- gritó en voz alta para llamar la atención de sus padres que estaban quien sabe donde en la gran mansión Kimura. Narumi se sentó en un cojín colocado en la sala de té para esperar la llegada de sus padres.
Ella frunció los labios, sintiéndose triste por haber dejado la maleta perdida ¡Allí estaba su celular! la chica sintió ganas de llorar por un momento pero no tenía lágrimas, así que solo suspiro y miró la puerta que daba al patio trasero.
Sólo pasaron unos minutos antes de que pasos apresurados se escucharan desde fuera de la sala de té, en el patio trasero. Varias figuras aparecieron en la puerta, guiadas por una pareja de mediana edad, todos vestidos con kimonos elegantes y sencillos.
Narumi se levantó de un saltó y corrió con los brazos abierto hacia la pareja de mediana edad, los abrazo a ambos a la misma vez y sonrió felizmente. La familia de tres se abrazó, pues ya tenían casi dos años sin verse.
-¡Padre, madre, los extrañé tanto!- exclamó emocionada, apretando sus brazos en la pareja.
Yoshito miró a su hija con una sonrisa cariñosa y le acarició el cabello -Mi preciosa hija ha crecido tanto en estos dos años. Te has vuelto cada vez más hermosa, como tu madre- le dijo cariñosamente.
-Papá, ya estoy muy grande, no tienes que decirme eso- sonrió gentilmente y dijo haciendo un puchero. Luego miró a su alrededor con una expresión seria -Todo es tan diferente de lo que recuerdo. Es como sin nunca hubiese estado aquí.
Ella los soltó lentamente, volvió a su apariencia seria y elegante normal. Sus ojos cayeron en las personas detrás de sus padres, hizo una reverencia formal y elegante como un saludó, sonrió gentilmente y dijo -Buenas tardes, mi nombre es Narumi Kimura. Espero disculpen mi mal comportamiento.
Tres de las cuatro personas presentes eran desconocidas para Narumi, sin embargo, entre ellos, se encontraba un rostro hermoso, el gran tigre hermoso estaba parado detrás de su padre como un guardián.
-Hija mía, este joven es Keitaro Nishimura. Es el hijo del jefe del pueblo del oeste... y también es...- Yoshito, el padre de Narumi, tosio un par de veces y dijo con seriedad -...Tu posible prometido.
La expresión de Narumi se oscureció, pero aún forzó la sonrisa en su rostro y no cuestionó a su padre "Sólo esperaré a que estas personas se vallan antes de armar un escándalo" pensó con furia, temblando de rabia por dentro.
Yoshito palmeo el hombro del joven parado delante de los dos hombres de negro y dijo -El joven maestro Keitaro escuchó la noticia de que hoy vendrías y quiso darte la bienvenida a la isla Ryú.
El joven Keitaro mostró una sonrisa gentil, sus ojos brillaron cuando recorrió con ellos el cuerpo de Narumi. Dio un paso adelante y se inclinó como todo un caballero -Es un placer conocer a la Joven Señorita Kimura, mis ojos se deleitan con su belleza- dijo gentilmente.
-El placer es todo mío, Señor Nishimura- respondió Narumi con una sonrisa elegante y cortés, asintiendo con la cabeza. Ella apartó la mirada y sus ojos cayeron sobre el joven de cabello blanco parado detrás de su padre con una expresión fría.
Yoshito se dio cuenta de la mirada de su hija y sonrió, luego se volvió hacia el hombre detrás de él y lo presentó con una sonrisa cálida -Este es mi guardia personal y de mayor confianza, su nombre es Towa Kotsu, se encargará de cuidarte de ahora en adelante. Él será tu guardián.
Narumi miró sobre la cabeza del hombre, Towa Kotsu, buscando las orejas blancas y hermosas que estaban antes, pero ahora habían desaparecido.
Una sonrisa gentil pero a la vez significativa apareció en el rostro de Narumi mientras miraba directamente a Towa a los ojos -Entonces tu nombre es Towa Kotsu, me pregunto si realmente tienes esa eterna habilidad como lo dice tu nombre- sus ojos brillaron con enojo.
Ella inclinó un poco su cuerpo con una sonrisa maliciosa -Mi nombre es Narumi, pero debes llamarme Señorita de ahora en adelante. Como mi guardián, no tienes que pasar los límites- sus ojos casi parecían disparar dagas al hombre.
Yoshito sintió que la atmósfera era mala entre las dos personas y no pudo evitar preguntar -¿Ambos se conocieron antes?- los miró a ambos en busca de preguntas.
Towa hizo una reverencia y explicó con tranquilidad -Ayude a la Señorita a salir a salvo de una bestia, Maestro- nunca miró a Yoshito directamente a los ojos y tampoco a Narumi.
"Parece que realmente respeta a mi padre como su maestro" pensó Narumi con interés. Una sonrisa llena de un significado apareció en su rostro por unos segundos antes de que desapareciera.
La chica miró una vez más al joven Keitaro, quien lucia una sonrisa cálida y gentil en su rostro, el cabello negro y corto del hombre le daban un toque de erudito y sofisticado. Sin embargo, esa sonrisa solo provocó que se sintiera enferma, ni siquiera el aura cálida y suave que exudaba el hombre fue de su agrado.
"Veamos si eres apto para casarte conmigo" una luz fría brillo en sus ojos mientras sonreía elegantemente al joven Keitaro, este también la miró con una sonrisa capaz de volver loca a cualquier mujer.
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Comments
😈 Hunter. 😈
Quiero más!!!.
2022-07-06
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