Capitulo 20: Intervención

—Entonces... Si hay una posibilidad...

El príncipe sonrió satisfecho, pensando que Maikel había comprendido lo imposible que era la situación, pero su rostro satisfactorio cambio al ver como los ojos ámbar del pequeño brillaban, y un aura oscura se hacía visible a su alrededor, y poco a poco tomaba destellos azules y rojos

—Debo eliminarte... Así, ya no interferiras en mi camino, y me casaré con la Tía Cristal.

Y en el rostro del pequeño se tornó una sonrisa torcida, tal vez todo era por magia, o una alucinación del príncipe Erick, pero sabía... Que algo no andaba bien en todo esto.

—"«Porque ella, es mía»" —Pronuncio con voz algo dispersa el pequeño Maikel—

El príncipe, quién cada vez se sentía más atrapado, comenzaba a dar pasos en retroceso debido al aura del pequeño, que en cada minuto se volvía más turbia. Para el, nunca había visto un pequeño de su edad, con semejantes "llamaradas de fuego" a su alrededor, donde toda su dulzura se había transformado para infundirle terror.

Erick dispuesto a enfrentarse a aquellas alucinaciones que a cada momento se volvían más reales, desenterró su espada del suelo y apunto el filo del arma hacia el pequeño Maikel. Pronto bajo sus pies, el suelo comenzó a hacerse añicos, como en un espejo que se iba quebrando y los pequeños cristales se desprendían. El príncipe, intentando estabilizar sus pies en trozos de tierra que aún estuvieran sobre aquella oscuridad que parecía querer tragarle, descuido el hecho de que todo a su alrededor se iba tiñendo de negro, y las cosas, plantas, incluso el "cielo", se iba ocultando tras el manto negro que desprendía ahora el aura del pequeño niño frente a él.

Cuando levantó la mirada, sus manos se tensaron bajo el mango de la espada, para mirar la silueta deforme de un niño de cabello fresa. Entremezclada con colores azules y rojos, la fuerza que desprendía le hacía sentir impotente. Las gotas frías de sudor corrían por su frente, y dudaba de su siguiente movimiento bajo la fría mirada de esos ojos color ámbar intensos, que le miraban con la rudeza de dos cuchillos queriendo perforar su alma.

Dudo, incontables veces de si debía o no proceder, pero ante sus ojos, Maikel había dejado de ser un niño lindo he inocente, con un raro y adelantado concepto del amor. Fue hasta que la silueta diforme comenzó a avanzar hacia él con pasos pesados, que pudo recuperar el conocimiento y sostener su espada firmemente. Con una postura firme cual caballero a punto de enfrentar el mal, tomo su valor de las entrañas de su ser, para ponerlas en el fino filo de la hoja de acero.

-¡Detente!. ¡No des ni un paso más! —Exclamó el príncipe Erick, más el pequeño Maikel no le escuchó— ¡Atacare si sigues avanzando!

No se tardó mucho tiempo en pronunciar, pero al ver el fino rostro cuarteado en ranuras negras del pequeño, bajo una sonrisa ampliamente abierta, con colmillos residuales y los nacientes cuernos pequeños en su cabeza, su conciencia se paralizó, y su cuerpo no dudó en mantener la posición o enfrentarle, eligiendo así atacarle con un corte transversal hacia el pecho del menor.

Y luego de que el filo de la espada se viera manchada en sangre, entonces... Reaccionó.

—Y mientras tanto, en la reunión de Cristal—

–¿Es solo por su madre su luto señorita Cristal?

—Por mi madre y... —desvíe la mirada hacia mis pies— por las heridas del pasado que no me volverán a dañar

Si, así es, los sentimientos que mostraré de ahora en adelante, las cosas que haga de ahora en adelante, y lo que diga de ahora en adelante, será todo porque yo lo decida, y no porque me lo impongan.

Así podré decirme con gusto que no me arrepiento de nada.

El ahora de "Cristal", no es el ahora que tenía en el pasado, cuando ella solo un personaje de la novela, y actuaba como una mal villana cayendo directo hacia la muerte.

–Hay cosas que no podemos cambiar —Dijo la anciana, mientras miraba al rostro de Cristal—

—Soy consciente, pero el pasado son solo letras de nuestra vida que ya no podemos cambiar, sin embargo, el presente es el que se necesita para escribir el futuro

La anciana sonrió mientras asentía dándole la razón a las palabras de Cristal, pero la incomodidad de Vanessa y su recelo se hacía notable, por lo que no pudo evitar intervenir

\=Pero eso no significa que pueda ser emperatriz —hablo finalmente Vanessa—

–Eso es así, no solo las palabras nos hacen llegar al trono, son nuestras acciones quienes nos elevan —Dijo desinteresada la sacerdotisa en cuanto a las palabras de Vanessa—

—Pero todo es relativo, acaba de decir que solo somos parte de las señoritas que están por debutar

–Asi es, se preparará un gran baile en honor a esas damas, ese día, todas las jovencitas harán su debut en el mundo social, y podrán proceder a casarse, o comprometerse —Dejo su taza de té sobre la mesa la anciana sacerdotisa—

\=Es por eso que la persona a quién se le dé el primer baile es tan importante. —llevo una mano a su pecho el candelabro andante que estaba hecha Vanessa—

–Bueno, no lo sé, en mis tiempos habían otras leyes —Pronuncio la sacerdotisa— pero lo que si se es que serán escogidas las damas más distinguidas para candidatas a emperatriz. No todas las señoritas de la sociedad podrán estar entre las candidatas, el reino escogerá sabiamente a aquella que pueda llevar nuestro imperio a la gloria, y gobernar justamente como una buena luna, para el futuro sol de nuestro imperio.

«El futuro sol normalmente sería el primer príncipe Erick de Castilla sin embargo, su hermano menor Ekiar de Castilla, en la historia original se dice que se une a algunos grupos y personas que trabajan juntos y le hacen alcanzar el trono, luego de varios tratos y conspiraciones, la corona del primer príncipe se ve en peligro, y el pueblo comienza a quejarse por la falta de atención y desajuste en las leyes. Cristal, la hija mayor del duque Lawnig, es la primera en entregar todo para que el segundo príncipe eleve su reinado, y por causa de eso, es usada y desechada como una muñeca vieja, cuando ya no puede aportarle nada más»

Apreté el puño con fuerza contra mi falda

«Si ese tipo sigue con ese pensamiento en esta historia, no solo mi vida podría perderla nuevamente, sino todas las comodidades, y mis planes de llevar la vida de ensueño se arruinaría para siempre, además... El segundo príncipe tenía sentimientos encontrados hacia el ducado Lawnig, por el aprecio del emperador, así que es necesario evitar que el llegue a la corona»

–¿Señorita Cristal?. —por quinta vez la voz de la anciana la había llamado, y fue hasta entonces que reaccionó— ¿Se encuentra usted bien?

—Ah, si si, no pasa nada, solo me distraje un momento —Le sonreí mientras imitaba su acción, y me levantaba— ¿Que decía?

–Preguntaba si podíamos proceder con la inspección mágica

—Claro, será mejor hacer lo que había planeado, lleva varios días fuera debido a mi culpa, y no deseo prolongar más este evento

\=Sacerdotisa Akum Serescero —Llamo Vanessa desde la entrada del salón— Por favor, por aquí, mi hermano nos espera para la inspección mágica

Emily y el guardia que el duque había puesto a mi vigilancia nos siguieron, en una posición de encabezado estaba Vanessa, quién hablaba emocionadamente de sus "cualidades" con la sacerdotisa Akum Serescero. Luego en la segunda plana, estaba yo, quién caminaba tras estas mientras miraba mis pisadas en el suelo, no me sentía precisamente cómoda con está situación, pero era algo que debía hacerse, y en la tercera plana estaba Emily y el guardia, tras de mí.

Llegamos entonces al lugar donde se llevaría a cabo la inspección mágica. El lugar estaba en vista al patio trasero del ducado, el cual había sido renovado por completo hace poco, y ahora tenía un césped verde vivo, con varias flores y rosas de olores dulces, caminos rocosos, incluso bancos pequeños y caminos rocosos.

Estábamos en una especie de panteón con fina estructura, el cuál estaba hecho en honor a los dioses, pues el duque y la familia Lawnig era una de las pocas que no tenía una preferencia por un dios en específico, amaba a todos y depositaba su fe en cada uno de ellos, siempre que cumpliera la razón por la que fueron hechos, que era apoyar la vida.

Y mientras caminabamos por entre los pilares con enredaderas de rosas, pude tener lo que es llamado "un mal presentimiento", sin embargo, no podía decir exactamente cuál era. Llegando a nuestro punto de reunión, podía ver qué serían más personas de las previstas las que estarían en la inspección mágica.

A un lado, estaba Kasir, el hermano mayor de la verdadera dueña de este cuerpo. Tenía un traje serio, de color negro y de cuello azul, a juego con el pañuelo, su cabello tirado hacia un lado lo hacía ver en una onda emo, pero el contraste con sus ojos rasgados de color gris le hacía ver bien. Junto a él, estaba el hombre de cabello canoso y apariencia elegante, su alta estatura y rostro algo estirado le daba a ver una apariencia fría he inexpresiva, digo de un emisario del norte, al parecer quería comprobar por el mismo el resultado de la inspección, y la persona que acompañaría la defensa de la guerra en el norte.

Justo del otro lado de estos había un chico, parecía un niño, o bueno, más bien parecía tener la edad de la verdadera dueña de este cuerpo. Era delgado y con cabello castaño, sus ojos miel y su piel tersa se veía muy bien bajo su apariencia delgada. Sus manos sostenían algunos papeles y un maletín, y tenía una túnica blanca al igual que la anciana sacerdotisa que caminaba junto a nosotras.

Al llegar con estos la sacerdotisa pidió al joven el aparato mágico que haría de mediador para realizar la inspección. Junto a esta, el joven iba con el maletín que antes sostenía, ahora abierto, y luego de ordenar en fila a los sucesores directos del duque Lawnig, comenzó con la inspección.

–Este será el objeto mágico que ayudará a medir su proporción mágica. Es solo un dispositivo que llega hasta el 40% del poder que puede tener una persona principiante, debido a que no me informaron si antes ya habían usado la magia, y su tanque de mana de había aumentado

Mientras que la sacerdotisa hablaba, sentía que mi mente quería escapar de ese lugar, pero al igual que yo quería escapar de esta vida, no tenía a donde correr. Me había quedado en blanco, y para cuándo la sacerdotisa termino de hablar, mis sentidos solo se habían vuelto más sosos, y mi pecho comenzaba a doler.

–Entonces, empezaremos con el señor Kasir —El mismo dio un paso al frente— ¿Con que Dios guarda su fe?

-El dios del viento, Venmir 

—No hay muchos seguidores de ese dios hoy en día, y su fe ha disminuido, es bueno que aún queden algunos

Del maletín sacó una gema amarillenta del tamaño de un caramelo, y un pequeño frasco de color amarillo. Junto la gema con la bebida, y en cuanto esta comenzó a destellar, le pidió a Kasir que virtiera una gota de su sangre en ella. Al hacerlo, unas líneas del mismo color comenzaron a salir desde el corazón de Kasir, y comenzaron a rodear su cuerpo, fue entonces cuando el "palo" del mango del aparato mágico comenzó a temblar, y un líquido amarillo comenzó a llenarlo en dirección a la gema de su punta, subiendo hasta el 35.5%.

–Parece que no me equivoqué con usted señor Kasir

-Espero que no

Paso así luego a Vanessa, preguntando las mismas cosas. Vanessa respondió que su fe iba al Dios del agua y la sanación, Belaxo. Procediendo a hacer lo mismo que anteriormente, con una gema y un frasco de color azul, la sangre comenzó a burbujear y el líquido amarillo en el bastón mágico se extinguió, para comenzar a brotar uno azul, que para la molestia de Vanessa y sus ánimos de ser siempre la mejor, no marcó más del 20%.

Pero cuando la sacerdotisa vino a mi, sentía que mi cabeza daba vueltas, y podía sentir un extraño hormigeo en la espalda, como si algo malo estuviera a punto de pasar.

–¿A quien otorga su fe señorita Cristal?

—Umm, yo... Umm —Me sentía cada vez más incómoda—

–Si no tiene un dios a quien dar su fe, el procedimiento podría ser dañado

—Lo siento, no tengo

–Entiendo... Sin embargo, esto podría causar un mal resultado en el medidor

—Lo entiendo

–Bien —saco una gema incolora, y la colocó en un frasco— porfavor, una gota de su sangre

Con una aguja pinche mi dedo, y verti una gota de sangre en el frasco. Pasaron varios minutos, pero el instrumento mágico no reaccionó. No había líquido en su interior, ni líneas mágicas al rededor de mi cuerpo, así que sentí que habíamos terminado, y en algún modo, me vi aliviada, ya que Kasir había obtenido el mayor porcentaje.

-Entonces, el resultado está decidido —Intervino el enviado del norte— el mago que irá a la guerra en el norte...

Pero antes de que terminara de hablar, sentí una punzada en mi pecho, el dolor en mi brazo derecho me tomo desprevenida, y cuando opte por quejarme, el grito inesperado de Maikel pronunciando mi nombre, me hizo sentir frustrada, asustada, y ansiosa.

—¿¡¡Maikel!!?

pero antes de que saliera corriendo, el frasco que la sacerdotisa tenía en sus manos reventó, y el aparato mágico se llenó de un extraño líquido rojo vivo, que subió con una fuerte presión y calor, haciendo al pequeño aparato reventar, por no tener la medida suficiente para resguardarlo.

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