Capitulo 18: Invitado Inesperado

Luego de que Emily y yo pasáramos al rededor de 30 minutos en la habitación, finalmente estaba lista, no entendía porque le costaba tanto escoger un vestido, si solo era abrir el armario y coger cualquier cosa, al menos era lo que yo hacía en mi vida pasada; además, no quiso decirme de qué invitado se trataba, o si venía acompañado. Me levanté del tocador y me puse frente al espejo de pie a una esquina de la habitación, junto al vestidor para mirar mi apariencia.

Desde los pies a la cabeza todo lucia de manera discreta. Tenía unos zapatos de tacón bajo bastante cómodos que me hacían ver mi estatura media, un vestido sin aro que hacía que la falda cayera de forma recta hasta los pies, con mangas largas y sin escote, ni encajes, solo un pañuelo blanco con bordes finos en el cuello como parte del diseño, y un broche de color azulado que hacía juego con unos pendientes sumamente pequeños. Todo el diseño era de color oscuro como pedí, pero no me imaginé que sería de color Prusia, al menos para mi ese color significaba preocupación, por suerte tenía unos guantes blancos que hacían juego con el pañuelo del vestido y el cabello recogido por completo en un moño alto de espiral.

–Señorita, ¿Esta segura que no quiere que oculte la cicatriz con algo de maquillaje?.

—Si, estoy completamente segura

«Cristal es pequeña, y su cuerpo es delgado, aún con esta ropa se ve que ha tenido una mala alimentación por un largo tiempo, su rostro tiene una cicatriz de tamaño medio que atraviesa su ojo izquierdo y es bastante gruesa, sin embargo, hay algo que me molesta»

Me mire de pies a cabeza nuevamente con una expresión seria y ojos rasgados de forma sombría, y entonces pude notar el motivo de mi molestia.

A pesar del cuerpo pequeño y delgado de Cristal, está tenía bonitas curvas. Si lucia ropa de colores vivos y tacones altos se vería más como una dama, pero aunque ahora estoy usando un atuendo oscuro, la piel de esta niña es tan blanca que hace que todo le luzca bien o resalte con su palidez. Su cabello es tan rojo como el mismo fuego, por más que lo recoja he intente ponerle la menor cantidad de adornos posible, sigue llamando mucho la atención, y su rostro... Cristal tiene un rostro con cortes finos, ojos levemente rasgados, labios finos pero con algo de volumen y un tierno color rosado, y la gran cicatriz en el rostro que surca desde la ceja hasta sus rosadas mejillas, justo cuando tiene esta mirada tan fría y vacía en esos dos orbes azules brillantes que tiene como ojos, la hacen ver con un aire misterioso he incluso algo intimidante. Si tuviera un aura un poco más fuerte, estoy completamente segura de que sería la típica villana que infunde terror, y a la que nadie quiere cerca.

—Emily, ¿Como crees que me veo?

–Sencilla y elegante, se ve estupenda señorita Cristal

—¿Tanto como para ser alguien cerca de debutar?

–Bueno... Quizás si cubrimos su cicatriz y cambiamos su vestuario a algo rojo o violeta, quizás...

—No —Me di la vuelta y comencé a caminar hacia la puerta de la habitación— déjalo así, así está bien

–Como usted diga señorita

El guardia que se encontraba en la entrada de la habitación nos abrió la puerta, su postura firme y derecha sin siquiera mover un músculo dentro de aquél uniforme azulado, me hizo pensar si realmente era una persona. Luego de salir nos dirigimos hacia la sala de espera seguidas por el guardia. Con cada paso que nos acercabamos me sentía solamente más ansiosa, y no paraba de repetirme las mismas preguntas.

¿Por qué un enviado del emperador me busca?.

¿Por qué a mí y no a la duquesa?.

¿Por qué a mí y no al duque?.

¿Por qué a mí y no a Kasir, quién es el primero en la línea de sucesión?

Tendría más sentido si los buscarán a ellos y no a la bruja de la familia Lawnig, incluso si buscaran hablar con Eleonoro y Vanessa, sería más creíble que el hecho de que me buscasen a mi.

Finalmente llegamos a la entrada de la sala de espera, y le pedí a Emily quedarse junto a la puerta con el guardia, luego abrí la puerta y entre en el salón. El mismo estaba tranquilo, en silencio. Maikel estaba sentado en el sofá de la derecha junto a una mujer mayor que tenía una túnica blanca. Su cabello plateado y su piel arrugada decían que está mujer tenía varios años de experiencia. A su lado me sorprendió ver a Vanessa. Esta miraba a Maikel como si fuera un bicho raro, y lo regañaba por cualquier cosa, solo que Maikel no le obedecía.

No se qué hacía en esta reunión Vanessa, pero nada bueno debe ser, y su apariencia excéntrica con vestidos de corsé apretado en la cintura, y de color amarillo brillante, con tantos adornos en el cabello que parecía un candelabro, se veía que intentaba hacerse notar.

«Ahora que lo pienso, la duquesa no está en el ducado, ¿Será por eso que Vanessa se ve tan ridícula?»

—Con permiso —Dije al entrar, haciendo que Maikel saltara hacia mi para aferrarse de mi falda como un pequeño cachorro—

-¡Tía Cristal!

—Cariño, calma, ¿Quieres que ambos terminemos en el suelo?

La risa de la anciana quien se levantó de su asiento hizo que devolviera la mirada a ella, y entonces realice una cortes reverencia como pude ya que Maikel me sujetaba muy fuerte.

—Mis disculpas por las molestias que haya podido causar mi pequeño Maikel —dije despacio y en tono suave—

–Oh no se preocupe señorita, está abuela se ha estado divirtiendo mucho gracias a este pequeño prodigio

Escuche a Maikel reír y nuevamente gritar

–Tia Cristal, ¡La abuela también brilla como la tía Cristal!, ¿Lo ves?

Me quedé en shock, un poco asustada además, no quería que alguien además de mi supiera sobre las habilidades de Maikel, quién sabe lo que podría pasarle a mi pequeño Maikel si eso ocurría.

—Pequeño, ven aquí —Le cargue en mis brazos y este me abrazó, rodeando mi cuello con sus brazos y mi cintura con mis piernas— no debes decir esas cosas frente a los invitados, puedes hacerlos sentir incómodos, ¿Entendiste?

Le apreté levemente la nariz y este hizo una mueca divertida que me hizo reírme levemente

—Disculpe a mi pequeño Maikel, es un poco hiperactivo, pero es un buen niño, aprenderá mejor los modales a futuro

–No se preocupe por eso señorita

-Sacalo de aquí —Hablo molesta Vanessa— Es solo un niño insoportable

—Hermana, ¿Que dices?. ¿Por qué dices algo tan horrible como eso? —De inmediato mis ojos se aguaron, y pude agradecer mis años en el club de actualización para poder aparentar fácilmente estar dañada por sus palabras— ¿Por qué eres así?

Vi a Vanessa burbujear en irá, hasta que miro el silencio de Maikel, y en sus ojos se reflejaron un notable terror. Pero al mirar a Maikel solo pude ver su cabello color rojo fresa cubrir su lindo y acaramelado rostro, tan serio que pareciera un témpano de hielo, y miraba en dirección a Vanessa sin siquiera parpadear.

–Por favor, calma señorita Vanessa, señorita Cristal —interfirió la anciana– ¿Podemos sentarnos y conversar?

—S-Si —Limpie mis falsas lágrimas y me senté, con Maikel en mi regazo mientras se sostenía de mi, la abuela y Vanessa hicieron lo mismo, pero Vanessa no volvió a mirar a Maikel el resto de la reunión—

Unos minutos después ya había dejado de "llorar", y el ambiente en la sala estaba más relajado, tomando un pequeño pañuelo que le había dado a Maikel cuando se raspo la rodilla hace tiempo, seque mis lágrimas y mire en dirección a la anciana.

–¿Se siente mejor señorita Cristal?

—Si, muchas gracias por su preocupación, he retrasado la reunión con mi comportamiento, lo lamento

–No se preocupe, la señorita Vanessa fue un poco dura al hablarle así a su sobrino. Escuche que tiene un hermano mayor, ¿Acaso es hijo suyo?. ¿Esta casado el jovencito?

—Oh, no, no es así

Maikel se puso jugar con algunos mechones sueltos de mi cabello que se habían salido del peinado

—Maikel Lawnig, es mi hijo adoptivo

la sorpresa en el rostro de la anciana y de Vanessa fue justamente lo que me esperaba, pero no me había esperado la presencia de otra persona, que estaba al fondo de la habitación en la parte oscura por el triángulo que se formaba en la unión de las paredes.

–Eso es una acción muy humilde, señorita Lawnig

Y mi sorpresa fue incluso mayor que la de Vanessa.

—¿Su alteza el príncipe heredero?. ¿Que está haciendo aquí?

«No, no, no ¿¡Esto tenía que ocurrir!?. ¿¡Por qué!?»

–Vine como acompañante de la sacerdotisa Akum Serescero, pero mis asuntos son con la cabeza de familia

—¿Serescero? —dijimos a su vez Vanessa y yo—

–Asi es señorita Cristal —se levantó de su lugar haciendo una reverencia— vine por la inspección mágica

—¿inspección mágica? —Repetimos en unísono las dos, lo cual ya nos estaba molestando bastante—

–Asi es, también he venido por orden del emperador para tratar otros asuntos con las ladys Lawnig —Miro discretamente al príncipe heredero, y este asintió en correspondiente—

-Maikel —Este miro al príncipe quién le llamo— ¿Te gustan los caballeros?

–¡si!

-A mi también —Le sonrió— dime, ¿te gustaría jugar con una espada de verdad ahí afuera?

Maikel me miró, dudaba de que responder a su alteza, en cambio yo, acaricie sus cabellos color fresa y me rendí ante el brillo de esos ojos color ámbar intenso

—Puedes ir cariño, pero ten mucho cuidado y portate bien

-¡lo haré!, gracias tía Cristal —y dándome un beso en la mejilla se fue con el príncipe heredero—

–Bueno, ya que el niño se ha ido con su alteza, ¿podemos conversar por un rato?

—C-claro, tomé asiento

–Gracias

Esta se sentó, Vanessa y yo imitamos la acción, y préstamos atención a lo que estaba por venir

—El emperador ha solicitado que uno de los magos de la línea directa del duque Lawnig fuera a la guerra en el norte, como apoyo mágico, para pelear con los demonios en el norte. Por esta razón he sido enviada aquí, para realizar las pruebas mágicas a las señoritas junto al señor Kasir. El enviado a la guerra tendrá un periodo máximo de 5 años de prestación de servicio, y al volver será condecorado y tendrá el honor de pedir directamente al emperador, algo a cambio de su arduo trabajo

Nos quedamos en silencio, sabía que había más que eso, sino, ¿por qué simplemente no mandar a alguien con el aparato mágico o como quiera que se llame?.

–Pero... —Ahi está, siempre hay un pero– el emperador me pidió que hablara en privado con las señoritas Lawnig

—¿Con que objetivo? —Pregunte—

–Pues el emperador ya tiene cierta edad... y pronto tendrá que entregar el trono a uno de sus hijos... y bueno, la familia Lawnig es la línea más unida y confiable del emperador, y como tienen dos hijas que están en edad de casarse, el pensó que sería una buena oportunidad para que estás ascendieran a emperatriz

«¿¡Que como es!?. Espera, espera, ¿acaso escuché mal?»

-¿¡Ser emperatriz!? —hablo emocionada Vanessa en casi un grito–

«Nop, no escuché mal»

–Asi es señorita Vanessa —La anciana tocó su sien, parecía con dolor de cabeza por el grito de Vanessa–

-Claro que estaría encantada

–Señorita Vanessa, no he dicho que el emperador me haya enviado a pedir su mano, pues el duque tiene dos hijas

Ambas nos miramos, yo tenía una mano en la cabeza por la irritación y no poder pensar bien. Si Vanessa se vuelve emperatriz, será muy difícil vengarme, si huyo me encontrarán, si por casualidad soy yo quien llega al trono, mi vida se volverá imposible, y si voy a la guerra podría morir.

«Mundo, ¿por qué eres tan cruel conmigo?»

-Señora, ¿ha visto la apariencia de Cristal?

–La estoy viendo señorita Vanessa, y la señorita Cristal es alguien muy encantadora

—¿Aún con el rostro marcado?

–Una emperatriz no se mide por su rostro ni su tamaño, sino por lo que es capaz de hacer

-Pero... no puede... Cristal aún está de Luto

–Son solo algunas de las jóvenes que están por debutar, pero al ser de la familia más cercana al emperador, es más probable, pero no significa que ninguna vaya a ser emperatriz, además, escuche que la señorita Cristal acaba de levantar su luto

—Si, así es. Han pasado muchos años desde que mi madre murió, mi vida no ha vuelto a ser la misma sin ella, pero he aprendido a vivir con su ausencia.

–¿Es solo por su madre su luto?

—Por mi madre y... —desvíe la mirada hacia mis pies— por las heridas del pasado que no me volverán a dañar

Si, así es, los sentimientos que mostraré de ahora en adelante, las cosas que haga de ahora en adelante, y lo que diga de ahora en adelante, será todo porque yo lo decida, y no porque me lo impongan.

Así poder decirme con gusto que no me arrepiento de nada.

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