Una mujer rubia de ojos castaños bajó del carruaje ayudada por uno de sus escoltas. Vestia se blanco con detalles dorados en hilo, Carolin se inclinó con elegancia ante la mujer.
_ Condesa, bienvenida_
No tenía que verla para saber que estaría disgustada con ella.
_ ¿Debería cortarte las manos Carolin?, veo que no te tembló el pulso cuando mandaste esa carta de rechazó ante mi solicitud, parece que ni siquiera te has esforzado en convencer a mi hijo para que lo aconseje durante las selecciones _
Se mantuvo inclinada pero esas palabras le aterraron, podía responder pero no levantar la cabeza al menos de que esa mujer le diera permiso, alguien las interrumpió.
_ En ese caso tendré que hacer lo mismo con ustedes condesa, después de todo mi secretaria y solo hace lo que le pido. Es mi nombre el que está desafiando con esas palabras _
La condesa se regresó molesta hacía su hijo.
_ ¿Cómo puedes hablarme de esa manera Aarón?_
Las palabras de su madre no le importaron, hacía mucho que ya no le importaba lo que saliera de su boca y en ese momento estaba molesto.
_ General_ aclaró _ y se lo diré personalmente ya que hizo un largo viaje hasta aquí condesa. La quiero lejos de mi vista, regrese a la capital_
_ Solo vine a asegurarme de que cumplas con los deseos de tú padre y no lo conviertas en una burla pública su testamento _
_ Estoy cumpliendo con mi parte y en éste punto pensé que le daría igual con quién me case, si no me equivoco fue usted quien rogó por un matrimonio a cualquier costo y me dió su palabra de que no interfería_
_ Recibí un informe de que pensabas dimitir ante tus obligaciones, por favor dime qué es una broma y que no es por esa sucia mujer_
Claro que pensó que mandaría alguien para vigilar la situación, pero no sé imaginó que su madre iría por su propia cuenta hasta a ese lugar, no debía estar demasiado lejos esperando y su sombra era más rápido de lo que creía.
_ ¿Es lo que le preocupa?_
_ Supe que se te insinuó hace poco, ¿debo recordarle cuál es su lugar?_
Carolin se preocupo por las palabras de la condesa, su señor le hizo una señal para que se retirará del lugar y volvió a la conversación con su madre.
_ Algo me dice que ya tomó una desicion sobre el asunto hace mucho _
_ ¿Vas a tener está conversación con tú madre de pie? Un poco de cordialidad no te matará Aarón_
Pensó que la actitud de esa mujer que había tomado el cuerpo de Camil era extraña la última vez que la vió, pero ahora sabía muy bien porque no había superado sus traumas y porque tampoco podía.
Ver qué hacía esa expresión de terror con un rostro que no le pertenecía le disgusto, siendo que estaba en el cuerpo de Camil vio expresiones que nunca antes había visto en ella, desconfianza, disgusto, molestia y esa vez parecía tenerle miedo.
Las personas siempre le temían por su posición como general, por los comentarios que resultaban de sus batallas, por las historias de la mansión y el trato que tenía con las personas. Conocía el miedo, estaba acostumbrado a esas expresiones pero la mirada de ella era diferente a las que acostumbraba, quizás ella creía que se cobraría por sus crímenes del pasado. Sus expresiones eran tan fáciles de leer y lo que más le molestaba era que nunca pudo ver la culpa reflejada en el rostro de esa persona, como si no se arrepintiera de lo que hizo más allá del miedo al igual que nunca pudo ver una sonrisa sincera de Camil.
Ella tenía un castigo igual de difícil que el suyo, simplemente no hizo nada cuando todo ocurrió, no quería y no tenía porque hacer algo al respecto, podía dejar que el castigo de Camil la consumiera al igual que lo estaba haciendo con él y los demás a su alrededor, no tenía que verla para saber que sería tan miserable como los demás, pero la libertad que el le dió su madre se la arrebató. Al igual que su madre se movía entre las sombras él no se quedó atrás.
Esa mujer no le importaba en lo absoluto pero tenía el cuerpo de Camil y en el fondo anhelaba de que todo fuera como antes, aún creía que podría recuperar a la persona que amaba y las cosas volvieran a ser como antes, preservar su cuerpo era parte de esa estúpida esperanza. Era un idiota que a pesar de todo mantenía una esperanza en lo más profundo de su pecho, hasta que ese sentimiento de anheló desapareció por completo hacía algún tiempo cuando encontró el cadáver de esa mujer en la frontera de los territorios de Nortelia, el reino próximo a las murallas.
Seguramente el castigo habría sido más gratificante para su madre si hubiera sido realmente Camil quien ocupaba ese cuerpo, le guardaba un gran rencor después de todo lo que sucedió e incluso la culpó por la muerte de su padre, nunca acepto la culpa de toda la mierda que le hizo a Camil.
Uno de los sirvientes de la casa le sirvió algo de té, la condesa frunció el ceño.
_ Qué desagradable, ¿esto le ofrecen al general Cambrell?, hay mejores pocilgas en el pueblo cercano _
El sirviente que les estaba sirviendo empezó a temblar y Aaron levantó la mano para que se retiré, no habría una segunda taza de amabilidad.
Su madre seguía siendo la misma después de todo lo que habían vivido, no podía creer que alguna vez en su vida la admiro.Tomo su taza para terminar con esa conversación e ir al grano.
_ En ves de aceptar los resultados de tus actos veo que has desquitado tú irá con ella_ dijo.
Aaron se volvió demasíado blando después de perder a esa mujer y todo el tiempo parecía que la justificaba por sus acciones, acciones que perjudicaron y destruyeron a la familia Cambrell y esa mujer llamada Alanis la ayudó en todo.
_ Fui generosa al no haberme desecho de ella.Y ahora me queda claro que el castigo que le di no fue el adecuado si ha vuelto a intentar acercarse de nuevo a mí hijo_
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